“El hombre piensa, su idea le invade el espíritu; su voluntad aspira a la realización de la idea.” (Médico don Salvador Angulo en “El abuelo”, Benito Pérez Galdós). Más o menos este sería el proceso que nos lleva a las rutas: durante la semana pensamos dónde ir el sábado. Lo decidimos y esa idea invade nuestro espíritu. Finalmente, nuestra voluntad nos lleva a la realización de esa idea y allá que nos vamos, a una nueva ruta.
En esta ocasión se trata de una sencilla y clásica ruta entre las poblaciones de Ribesalbes (Plana Baja) y Fanzara (Alto Mijares) que sin ser nada espectacular nos hará pasar una entretenida mañana de senderismo y que además nos permite almorzar en esta última.
No sabemos lo que nos puede deparar cada nuevo día. Los días de ruta también tenemos esa sensación y mientras esperamos que nos recojan, me viene a la mente muchas veces la letra de la preciosa canción de Silvio Rodríguez "Causas y azares".
"Cuando Pedro salió a su ventana
no sabía - mi amor, no sabía -
que la luz de esa clara mañana
era luz de su último día.
Y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible."
A primerísima hora de la mañana, ya bien amanecido, aparcamos el coche junto al pabellón polideportivo de Ribesalbees.
Como hacemos habitualmente, no puede faltar la foto de inicio para la posteridad, si es que ésta existe. Rafa Lafuente (izquierda) y servidor.
Enfilamos nuestros pasos hacia el puente que cruza el Mijares en la cola del embalse de Sitjar. Vemos con sorpresa que has levantado una pasarela junto al puente que salva el paso por éste, evitando así el posible peligro de los coches.
Vemos que el nivel del pantano es muy bajo. La verdad es que no ha llovido mucho.
Salimos de Ribesalbes por la Avenida de Onda hasta encontrarnos con estas paletas direccionales que nos marcan el camino de Toga y el de Fanzara y que coincide también con un tramo del GR 333. Nos desviamos por aquí.
Cruzamos otro puente sobre el Mijares, el puente de Remi.
Enfrente del puente, vemos la Central Hidroeléctrica de Vallat.
El Mijares camino del embalse.
"Cielo en el río del alba
-mi amor en tus ojos vagos-
oh, naufragar -¡ascender!-
¡siempre más hondo! ¡más alto!
...Río en el amanecer..."
Jaime Torres Bodet
A un kilómetro de la salida encontramos esta otra pala que nos guía.
Seguimos ahora un ancho camino en subida, iluminado y atemperado por el sol naciente.
Aproximadamente a kilómetro y medio otra pala que seguimos dirección Tales, siguiendo el GR 333 pero que dejaremos un poco más adelante.
A nuestra izquierda, las remansadas aguas del Mijares.
"Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua."
Jorge Luis Borjes
Unos ligeros sonidos que parecían producidos por el viento, pero que eran los leves movimientos de un rebaño de cabras, nos hizo volvernos y pudimos disfrutar de unos bonitos momentos viendo a esta bonita familia de cabras montesas.
Las cabritas nos miraban tranquilas y curiosas.
Siguieron su camino, nosotros el nuestro.
Nuevamente las paletas guían nuestros pasos hacia Fanzara.
Salimos al canal de la cota 220, que en este punto se entuba para saltar el Mijares y llevar el agua hasta una balsa reguladora para riego.
Caminaremos junto al canal, a partir de aquí al aire libre, aproximadamente un kilómetro.
Aparecen dos emblemáticas cimas del Alto Mijares: el Turio y el prominente espolón de la Peña Saganta.
Nuestra sombra, que siempre sigue nuestros pasos, estaba alli.
En este punto dejaremos el camino que transcurre paralelo al canal para seguir por otro que sale por la derecha y que básicamente transcurre casi paralelo al canal, pero a mayor altura. También dejamos aquí el tramo de GR 333.
Nuevo cruce que hemos de seguir hacia la izquierda.
Caminamos entre olivos y muy cómodos.
Como comenté, el canal, casi paralelo al camino, queda ahora más abajo.
Más cercanas ahora las cimas del Turio y la Peña Saganta.
Cualquier pequeño detalle enriquece el recorrido.
Esta flor de pino anuncia una inminente primavera.
La ermita del Santo Sepulcro destaca en la cima de una colina y anuncia la cercanía de Fanzara.
“El ambiente es de una limpidez soberbia. Allá
en la inmensidad remota, ¿no se ve pura, limpia, destacándose en el cielo, la
ermita puesta sobre un cerrillo? No hay ningún estrépito que turbe el silencio.
Este sosiego, o mejor, esta seguridad en
el sosiego, esta certidumbre de que nuestra
paz y la paz del paisaje no será turbada, ¿no vale más que todos los placeres
que pueden ofrecernos las ciudades? (Azorín, Castilla)
Estas bellotas de una coscoja son otro pequeño detalle de los que nos gusta disfrutar en nuestras rutas, que no son únicamente un ejercicio físico. Son mucho más, son una forma de entender y ver el mundo, de entender y ver la vida.
Ya tenemos a la vista Fanzara. Aún nos queda un poco, pero ya estamos ahí.
"Y hay en nuestras montañas, y en nuestros cielos
en cuanto tiene vida y en cuanto tiene ser,
un color de suavidad y transparencia húmeda,
de vaguedad, que sólo a nosotros da placer."
Rosalía de Castro
Si, como he comentado más arriba, nos gusta disfrutar de pequeñas cosas durante nuestras rutas, ¡ qué decir de las minúsculas y aromáticas florecillas de las matas de tomillo que íbamos encontrando en el camino!
"Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas..."
Antonio Machado
Salimos de nuevo al camino que dejamos cuando nos separamos del canal de la cota 220. Caminaremos ahora por la Cañada Real de Aragón que nos llevará hasta Fanzara.
Apenas incorporados al camino, en una pequeña balma en un recodo del camino encontramos un sencillo altar con la imagen de una virgen.
El camino sale por la parte alta de Fanzara.
Esta primera parte a Fanzara es la más cómoda de la ruta.
Nos llamó la atención este algarrobo tan joven. Estamos acostumbrados a especímenes de mayor edad.
En este cruce nos desviaremos a la izquierda hacia Fanzara. Tras almorzar, volveremos hasta aquí y seguiremos por el camino que sale a nuestra derecha: el antiguo camino de Fanzara a Ribesalbes.
Excepcional escenario en el que se enclava el pueblo.
Estos chopos no tardarán en recuperar sus hojas.
Y acertamos a ver ya una de las obras del M.I.A.U (Museo Inacabado de Arte Urbano), que tan famoso ha hecho a Fanzara, haciendo que reciba gran cantidad de curiosos que se acercan a la población a disfrutar de estas obras de arte al aire libre y que se va ampliando año tras año.
Entramos en Fanzara junto al antiguo lavadero.
En su interior encontramos también una escultura.
Junto al lavadero, la fuente-abrevadero El Cantón.
Nuestro objetivo es almorzar en el bar de Abajo. De camino hacia allí vamos disfrutando de las obras que encontramos a nuestro paso.
Disfrutamos de callejear por Fanzara. Un gran silencio invade la atmósfera.
"Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos."
Miguel Hernández
Otro original mural.
Llegamos hasta esta plaza con fuente, justo enfrente del bar de Abajo, al que nos disponemos a entrar enseguida.
A la vista está que almorzamos bien.
Tras almorzar tranquilamente, seguimos la ruta ahora en dirección contraria: hemos de regresar a Ribesalbes.
El que me ha leído alguna vez sabe de mi debilidad por las puertas. ¿No os atrae ésta?
Una puerta nos dice muchas cosas, o nos las oculta, o ambas cosas. Tal vez en eso se encuentra su misterio y su belleza.
Volvemos a pasar por el antiguo lavadero municipal.
Y por la fuente de El Cantón.
"La risa de la fuente me parece ser lloro;
el aire perfumado tiene aliento de lirios;
añoranzas me llegan de unos viejos martirios
y a mi mente se asoman unos ojos que adoro..."
Arturo Borja
A la salida encontramos un panel que nos indica que el antiguo camino a Ribesalbes forma parte del GR 333.
A la salida de Fanzara otro anuncio de la inminente primavera.
Retomamos el ancho camino que nos llevó a Fanzara, pero ahora en sentido contrario.
Y llegamos al cruce que nos señala hacia la izquierda el antiguo camino de Ribesalbes.
Este tramo es el de mayor desnivel de la ruta y nos hará esforzarnos un poco más que en el tramo que habíamos realizado hasta Fanzara. El sendero irá en subida hasta llegar a un collado en el que alcanzaremos la cota máxima de la ruta.
Sin pérdida. El poste nos guía.
Los tramos empedrados nos indican que transitamos por un camino con solera, con historia, hollado por miles y miles de pies que por aquí anduvieron cada uno con su historia. Ante caminos con tanta raigambre, se nos viene a la cabeza este bonito poema que León Felipe dedicó a las piedras que asfaltan los viejos caminos.
"Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera..."
León Felipe
Alcanzamos altura y tenemos una magnífica panorámica de Fanzara con la Peña Saganta al fondo.
Algún tramo transcurre entre pinos.
La señal inequívoca de que transitamos por un GR.
Vamos ascendiendo hacia el Collado.
Los muros de los ribazos nos hablan de tiempos pretéritos en los que contenían campos de almendros, olivos, algarrobos...ahora se encuentran poblados de otras especies: palmitos, adelfas, brezo, romero...
A pocos metros del collado este refugio que nos puede servir de protección en caso de lluvia o tormenta.
Llegamos al Collado y alcanzamos el punto álgido de la ruta: 338 m.s.n.m.
El colorido morado de estas globularias (coronas de fraile) pone un matiz menos monótono que el verde que con distintas tonalidades abunda en la zona.
Ya avistamos Ribesalbes y un pequeño sector del embalse de Sitjar.
Ribesalbes.
Bajaremos hacia Ribesalbes entre bancales abandonados.
El brezo también abunda en toda la zona.
La paleta nos marca los escasos veintiseis minutos que nos faltan para llegara a Ribesalbes.
Hacemos la bajada con cuidado por la piedra suelta.
Ya estamos casi a nivel del río, que vemos frente a nosotros.
Enfilamos por este amplio paseo el tramo final de nuestro recorrido de hoy. Vemos que los árboles a la izquierda del camino han sufrido algún incendio en tiempos no muy lejanos.
El Mijares llegando a la cola del embalse.
Este panel cerámico pone nombre al camino que acabamos de realizar.
Pasamos junto al pabellón polideportivo.
Y antes de llegar al destino final, nos detenemos obteniendo esta triste imagen del bajo nivel que presenta el embalse. Esperemos que llueva y esta situación mejore.
Esta magnífica imagen mostraba la cola del embalse en marzo de 2017. La diferencia es palmaria.
Y, finalmente, llegamos hasta el aparcamiento donde dejamos el coche esta mañana.
Si empezamos con las primeras estrofas de "Causas y azares", terminamos la entrada con las últimas estrofas de la misma canción. Hasta la próxima, si llega.
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