Volvemos a Vallada cinco años después para realizar una ruta clásica que ya realizamos entonces, pero que ahora haremos con alguna variante que la hace más corta, pero algo más dura. Si pincháis en el siguiente enlace podéis ver la que hicimos hace cinco años "Vallada". En esta ocasión volveremos a subir al Tossal, al Penyó y al castillo. Ésta es la crónica.
Seguimos buscando el camino que nos lleve no sabemos a dónde, una semana tras otra lo hacemos y siempre volvemos con la impresión de que hemos de seguir buscándolo. ¿Tal vez sea el camino estar siempre caminando? Esta duda nos trajo de nuevo a Vallada cinco años después para hacer una ruta en parte conocida, pero al mismo tiempo diferente. Tal vez los caminos sean como los ríos, que aunque los volvamos a recorrer ya no son los mismos que fueron cuando pasamos por ellos. Volveríamos a subir tres puntos emblemáticos de la localidad pero lo haremos con algunas variantes que lo harán diferente e igualmente atractivo.
Llegando a la localidad, nos sigue impresionando la espectacular imagen del Penyó como lo hizo hace ya cinco años (¡cómo pasa el tiempo!, un suspiro es más largo). El cerro del castillo también aparece en la imagen, pero no nos impresiona tanto.
Entramos en la localidad y aparcamos en la Avenida "dels Molinets"
Vamos buscando la parte alta del pueblo que nos llevará hasta el inicio del Calvario que llega hasta la ermita de San Esteban.
Aquí encontramos la primera estación del calvario: Jesús es condenado a muerte.
Camino de la ermita iremos encontrando las otras trece, a uno y otro lado del camino.
Éste es el bonito paseo que nos lleva hasta la ermita. A esta temprana hora ya se agradece la sombra. Imaginamos, cuando el día avance, lo fuerte que pegará el sol.
Poco antes del aparcamiento que hay en el paraje, nos detenemos porque giraremos aquí por un puente de madera que cruza una pequeña rambla. Este panel nos informa del recorrido del PR "El Tossal" que haremos en parte.
Antes nos detenemos de nuevo ante este "cohete de piedra" que nos impresiona y nos desafía consciente de la inexpugnabilidad que desde este punto presenta. Pero hasta el enemigo más fuerte tiene su talón de Aquiles. Buscaremos el del Penyó.
Al fondo, la ermita de San Sebastián, pero nosotros no llegamos hasta allí.
La fachada de la ermita con zoom.
Pero antes de comenzar, nos hacemos la foto de grupo con el Penyó como fondo.
De izquierda a derecha: Emilio Romero, servidor y Rafa.
Aquí giramos para seguir la ruta.
Salimos a la derecha a este ancho camino.
Que termina donde comienza este sendero.
El sendero empieza a tirar hacia arriba y no nos va dar casi tregua hasta el Tossal.
Nos detenemos a retomar aire y volver la vista atrás. Disfrutamos de esta vista y pensamos que en breve estaremos por allí.
Alcanzamos altura y nos hemos alejado de Vallada, que ahora vemos desde más arriba.
Aún no somos capaces de transmitir los aromas que respiramos en el monte. Son una maravilla, las plantas aromàticas nos encantan y perfuman el ambiente de una manera natural y muy agradable. Entre ellas, la ajedrea o hierba de olivas tiene un característico olor que no pasa nunca desapercibido.
¿Será inexpugnable de verdad?
Nadie duda de la belleza natural de la margarita y de sus dotes de adivinación ("Me quiere, no me quiere, me quiere...") que todos hemos utilizado alguna vez.
Estas dos encontraron la respuesta y ahí están, juntas.
Sin embargo, nada sabemos de la soledad de esta florecilla. ¿Preguntará a la margarita?
El sendero se bifurca.
Seguimos subiendo, siempre subiendo.
No recordamos estos peldaños de la vez anterior.
Y esta escalera menos.
Y aquí empieza una de las variantes con respecto a la vez anterior. En este punto, dejaremos la senda que nos llevaría a la fuente de España y nos desviamos por este sendero de la derecha que tiene una verticalidad muy grande, con mucha piedra suelta y va a probar la fuerza de nuestras piernas, nuestros pulmones y nuestro corazón. Una subida muy directa hacia el Tossal y bastante dura.
Evidentemente, como hace Rafa en la foto, era preciso parar de vez en cuando para recobrar las constantes vitales.
Este precioso bichito se posó en mi mano. Ni qué decir tiene que quedé prendado de él enseguida. Me lo hubiera llevado conmigo para siempre, pero él tenía aquí su hogar y no era yo quien osara perturbar su apacible vida. Un ligero soplido lo devolvió a su casa. Un halo de tristeza empañó mi alma.
Había que seguir el camino, no muy fácil, por cierto, como se aprecia en la foto; una fuerte pendiente complicaba el descompuesto suelo lleno de piedras sueltas que dificultaba la ya de por sí fuerte subida.
Finalmente, tras unos minutos de sufrimiento, llegamos a este camino junto a unos campos plantados de no sabemos qué cultivo. Seguimos hacia la izquierda.
El camino sale a un llano desde el que vemos la cima del Tossal, hacia la que nos dirigimos.
El tramo de subida que nos lleva al Tossal es más suave que el que acabamos de hacer.
Aún así, nos detenemos para acompasar el ritmo de nuestro corazón y a disfrutar de las vistas de este mirador sobre este valle.
Nos gusta detenernos, detener también el tiempo, para disfrutar del paisaje y de la vida, aunque no siempre lo conseguimos.
En la lejanía observamos como sobresale la afilada silueta del Benicadell.
El Montcabrer tampoco nos pasa desapercibido.
Tras la contemplación, viene la obligación: hemos de continuar si queremos llegar a algún sitio.
Subimos un poco más y la visión del valle es más amplia.
Los últimos metros transcurren por encima de estas rocas.
El Tossal de Vallada (726 msnm).
Esto no ha cambiado prácticamente con respecto a la vez anterior.
Tal vez, el panel informativo haya perdido nitidez.
Panorámica desde el Tossal del valle del río Cañoles.
Vallada a los pies del Tossal.
Y la cercana Montesa, dominada por su, en otra época, importante castillo de la orden del mismo nombre.
Foto cimera en el Tossal (foto de Emilio Romero).
El Alto de la Cruz (903 msnm) también es visible desde el Tossal.
Iniciamos la bajada del Tossal por un sendero enmarcado por coscojas.
El sendero desemboca en el camino de la fuente de España, que seguimos a la derecha.
Ahora se nos abre un amplio horizonte, y nosotros continuamos caminando, siempre caminando.
Vallada.
Una bella campanilla sobrevive en un medio aparentemente árido y hostil.
No siempre la delicadeza es ausencia de fortaleza.
No siempre la delicadeza es ausencia de fortaleza.
En el castillo, unas escasas y maltrechas ruinas aguantan el paso del tiempo.
Caminamos ahora siempre con el Penyó frente a nosotros.
El camino desemboca en la CV-649 que va a Onteniente junto a esta casita.
La cruzamos...
...y seguimos por este amplio camino casi paralelo a la carretera.
Pero lo dejaremos en esta bifurcación para seguir a la derecha por una senda.
Aquí veis la senda. Este tramo también varía con respecto al recorrido del 2014.
Ya empezamos a vislumbrar el punto débil del Penyó. Lo estamos rodeando y vemos que por su parte posterior una chepa nos dará acceso a su puntiaguda y rocosa cima.
Acercamos con el zoom la cruz de hierro que corona la cima.
La pista se empina de lo lindo y tenemos que ponernos las pilas.
Lágrimas es la lluvia desde el
cielo,
y es el viento sollozo sin partida,
pesar, la sombra sin ningún consuelo,
y lluvia y viento y sombra hacen la vida.
pesar, la sombra sin ningún consuelo,
y lluvia y viento y sombra hacen la vida.
Del poema “Qué es tu vida” Miguel de Unamuno
Un turbio laberinto
de estrellas ahumadas
enreda mi ilusión
casi marchita.
¡La sombra de mi alma!
de estrellas ahumadas
enreda mi ilusión
casi marchita.
¡La sombra de mi alma!
Del poema “La sombra de mi alma” Federico García Lorca
Pasamos de largo el enlace hacia el túnel del Sumidor y la ermita de San Sebastián.
Pocos metros más adelante encontramos el inicio del sendero que nos llevará hasta la cima del Penyó.
Hemos conseguido vencer su desafío. Hollaremos su cima.
Hemos conseguido vencer su desafío. Hollaremos su cima.
En este desvío subiremos de frente. Al volver, llegaremos hasta aquí y seguiremos por el sendero de la izquierda que ahora dejamos.
El primer tramo de subida es por un sendero con bastante inclinación y muy descompuesto, con piedra suelta y transcurre por una breve pinada.
De nuevo nuestra vista se desvía al Benicadell que ahora vemos mejor y en toda su extensión.
Los últimos metros de ascensión son entre rocas. En todo el tramo encontramos un cable que nos ayudará a afianzar nuestra posición en la subida ya que hay tramos no aptos para personas con vértigo.
Los últimos metros de ascensión son entre rocas. En todo el tramo encontramos un cable que nos ayudará a afianzar nuestra posición en la subida ya que hay tramos no aptos para personas con vértigo.
Este es quizás el punto más delicado de la subida. Estos escalones se encuentran abocados al vacío. A nuestra derecha tenemos una buena caída y habremos de tener precaución a la hora de subir.
Mirad, este es el patio que os comento. Por eso, hemos de actuar en todo momento con precaución y sin un despiste.
Ya acertamos a ver la cima.
Pero aún faltan por subir Rafa y Emilio.
Y llegamos a la cima. Esa caseta de madera no estaba hace cinco años, aunque está vacía de información.
El poste indica "El Penyó" Altitud 593 m. Esta altura no coincide con la que marca el mapa del IGN, donde aparece la cifra de 649 m.
El poste indica "El Penyó" Altitud 593 m. Esta altura no coincide con la que marca el mapa del IGN, donde aparece la cifra de 649 m.
De nuevo, la contemplación de este amplio horizonte, a esta altura sobre el suelo, nos lleva muy lejos de aquí; no sabemos a dónde, ni cuándo, ni como...pero sabemos que lejos, en algún sitio, un día cualquiera, encontraremos nuestro lugar definitivo.
Foto de grupo en la segunda cima de la jornada.
Vistas del Benicadell desde el Penyó.
Lógicamente, en esta privilegiada atalaya tomamos un bocado y algo más.
Rafa tuvo el detalle de traer una benjamín para celebrar el santo de los Emilios, que fue el pasado jueves. Gracias Rafa.
Rafa tuvo el detalle de traer una benjamín para celebrar el santo de los Emilios, que fue el pasado jueves. Gracias Rafa.
Ahora toca bajar. Los que estáis acostumbrados a ir a la montaña, sabéis que las bajadas siempre son peor que las subidas. Este es el caso. Aunque para tranquilizaros, deciros que, siempre con la debida precaución, se puede bajar sin mayor problema. Eso sí, los que tengan vértigo lo pueden pasar mal.
Este es el tramo que os comenté antes. Junto a estos escalones hay una buena caída.
Precaución.
Precaución.
Acabado el tramo rocoso, volvemos al descompuesto sendero y mira por donde, fue en este tramo en apariencia menos peligroso, donde resbalamos y nos dimos un porrazo. Gajes del oficio.
Y esta foto es la prueba de la caída. Llevaba la cámara en la mano y se disparó al caer.
Algo así le pasó a mis vista mientras caía.
Llegamos al cruce que comenté un poco más arriba y seguimos la senda por la derecha.
Algo así le pasó a mis vista mientras caía.
Llegamos al cruce que comenté un poco más arriba y seguimos la senda por la derecha.
El sendero tiene algún tramo escalones de madera que facilitan la bajada, porque el sendero también tiene mucha piedra suelta.
En este otro cruce se encuentra otra variante con respecto a la ruta del 2014. La vez anterior regresaríamos desde el castillo hasta aquí para bajar por la Peña del Águila. En esta ocasión bajaríamos a Vallada por otra senda.
En este otro cruce se encuentra otra variante con respecto a la ruta del 2014. La vez anterior regresaríamos desde el castillo hasta aquí para bajar por la Peña del Águila. En esta ocasión bajaríamos a Vallada por otra senda.
En esta pala seguimos dirección al castillo.
Ahora rodeamos el Penyó por su otra vertiente. Al final no era tan fiero el león como lo pintan.
Y frente a nosotros el tercer objetivo de la jornada: el castillo.
Accederemos a sus ruinas por el sendero de la derecha.
Luego, regresaremos de nuevo hasta aquí.
Luego, regresaremos de nuevo hasta aquí.
Ya tenemos los restos frente a nosotros. Accedemos fácilmente al recinto.
Castillo de Vallada o de Umbría (553 m).
Castillo de Vallada o de Umbría (553 m).
Una herbosa explanada nos espera. Escasos restos de muralla y otras estancias rodean la explanada.
Este panel no nos informa de nada. Es totalmente ilegible. Que lo cambien o lo quiten.
Vallada desde su castillo.
Como chiste malo valga decir que a pesar de su nombre, no la vimos rodeada de ninguna cerca.
Como chiste malo valga decir que a pesar de su nombre, no la vimos rodeada de ninguna cerca.
Nuevamente, la contemplación de espacios abiertos nos abstrae y nos encandila.
Nos hipnotiza y dejamos volar nuestra imaginación.
Nos hipnotiza y dejamos volar nuestra imaginación.
A la izquierda, alcanzamos a ver la vecina Moixent.
Desde el castillo también nos asomamos al paraje de la ermita de San Sebastián. Aquí vemos el aparcamiento.
Aquí, en el tercer objetivo medio ocultos por la alta hierba.
Volvemos al inicio de la senda de acceso al castillo para coger un sendero a la derecha que será la última variante con respecto a la anterior ruta que realizamos. No conocía este sendero que nos dejará de nuevo en Vallada. Bajaremos también con cuidado de no resbalar.
Descendemos hacia Vallada.
Acercamos con zoom la iglesia de San Bartolomé Apóstol.
Y la capilla del Divino Juez, por la que pasaremos en unos momentos.
El sendero se enfila derecho a Vallada.
Desemboca en un camino...
...que entra en Vallada junto a su depósito de agua potable.
Apenas entramo en el pueblo, pasamos junto a la capilla de la Santa Cruz,
sencilla como suelen ser las ermitas.
sencilla como suelen ser las ermitas.
Enfilamos la calle Paseo de Valencia.
También pasamos por delante de la capilla del Divino Juez que antes vimos desde el castillo.
Y ya estamos de nuevo en la Avenida dels Molinets, donde dejamos el coche.
Pero antes toca un poco de relax e hidratación antes de regresar.
Y de nuevo en el lugar de inicio, donde ponemos punto y final a esta bonita e intensa ruta.
Seguiremos buscando y soñando caminos:
Yo voy soñando caminos
de la tarde.¡ Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas !...
¿Adónde el camino irá?
de la tarde.¡ Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas !...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-La tarde cayendo está-.
(Antonio Machado)
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
Película
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Hermosa y exigente ruta (sobre todo al inicio por el fuerte desnivel terrenal), no exenta de emociones empíricas, en especial no en la subida sino en el descenso del Penyó. Interesante en su conjunto con vistas panorámicas dignas de mención y más vistosas en la época del año que hay menos bruma. Si encima esta ruta la abordas en grata compañía, la dicha se completa. Si además para rematar la faena, nos obsequias con este bello y ameno reportaje y tan acertada selección musical, ya ni te cuento. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Emilio! Hemos pasado un día fenomenal y se nos ha olvidado ya lo de la dificultad, ¿no? Pues eso, lo que importa es que disfrutemos mucho y volvamos a casa de una pieza. La compañía lo mejor, por supuesto.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarCinco años, muchas cosas pueden cambiar en ese periodo de tiempo, incluso nosotros mismos, pero lo que no cambia es la belleza de estas montañas de Vallada ni tampoco la imponente estampa del Penyó. Me han parecido muy interesantes esas alternativas, tanto la subida más directa al Tossal, como la bajada desde el castillo a Vallada. Bonito reportaje como de costumbre, esta vez hasta con documento gráfico del batacazo incluido ;-)
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Ciertamente la estampa del Peñón es imponente y desafiante. Luego pierde fuerza cuando la abordas por detrás, pero vale la pena subir hasta ella y disfrutar de las vistas.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Emilio!
ResponderEliminarLa de posibilidades que nos ofrece la montaña, que incluso repitiendo enclaves podemos acceder a ellos de diferentes formas, haciendo que una misma similar sea completamente diferente.
Impresionante el Penyó, parece inexpugnable, pero siempre las montañas nos esconden la forma de poder ascender a ellas de una forma u otra, y esa trepada final para llegar a hollar su cima tiene muy buena pinta.
Espero que la caída quedara solo en eso, una foto curiosa.
Un abrazo.
¡Hola, David! Como tú bien sabes, cuantas más rutas hacemos más nos faltan por hacer. Y es que como dices, cuando has hecho alguna, te das cuenta de las otras posibles alternativas que la harían diferente y vuelves otra vez u otras veces. Es lo que tiene la montaña, que no te la acabas. La caída sin consecuencias importantes.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarIba a ver tus entradas por Montanejos,pero he visto la de "nuestro" Peñón y no he podido resistirme a ver esta primero...jejeje.
Una completa ruta por esa Serra Grossa y con esas dos variantes que nos has mostrado.La primera no la conocía,con esa subida mas directa hacia el Tossal,no así la segunda,que la recuerdo de la primera vez que subimos al Peñón y en la que pasamos por el castillo,donde hice la foto que ilustra la portada del blog,en 2012.
Me ha llamado la atención esas partes que parece que se están acondicionando,con las escaleras de madera o los paneles,en los que espero que pongan la info pertinente.
El año pasado durante el rodaje de Mountain Bloggers,no pudimos acceder al interior de las ruinas del castillo,una cinta prohibía el paso.Veo que ya la han quitado.
Sin duda magnificas vistas desde ese Peñón,con subida y bajada final,bastante aérea.
Yo también doy fe de algún resbalón en esa bajada...jejeje.Quizá también este en vías acondicionar mejor...
Un abrazo.
¡Hola, Juane! No me extraña nada tu preferencia a la hora de ller las entradas. Lógicamente, ésta que tiene como protagonista al Peñón, el emblema de vuestro grupo, tenía que ser la primera. Gran ruta desde luego que hicimos a gusto porque realizamos esas variantes que la diferenciaban de la de la vez anterior. La disfrutamos como si fuera la primera vez que vinimos aquí. Al castillo pudimos acceder sin ningún problema, como has visto en la entrada.Y el resbalón forma parte de los gajes del oficio.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio, una chulada de ruta muy parecida a la que hicimos en 2015 y me encantó. Ahora al rememorarla con tu reportaje me gusta aún más. Esa subida al Peñón es muy chula y la recompensa de las vistas la enriquece más. Espero que la caída quedara en un susto que, por lo que veo, parece que así fue. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Paco! Se lo decía a Juane, nos encantó volver porque con las variantes que hicimos fue como si la ruta no la conociéramos. Es una preciosa ruta que con ese imponente Peñón no deja indiferente a nadie. La caída una anécdota más del día, nada importante, gracias.
EliminarUn abrazo.