Teníamos muchas ganas de realizar la tercera etapa que se nos antojaba espectacular. Subiríamos el Portarró de Espot para, a continuación, bajar por el pleno corazón de Aigüestortes, hasta la localidad de Boí. Pero no siempre las cosas salen como a uno le gustaría.
Comenzábamos el día con un pésimo pronóstico del tiempo que amenazaba fuertes lluvias y durante prácticamente toda la mañana.
El hotel Roya sería nuestro punto de partida.
Estábamos dispuestos a salir. Nos encontrábamos con ilusión y muchas ganas y éramos optimistas con el pronóstico del tiempo, a pesar de las gotas que tímidamente empezaban a caer cuando nos hacíamos la foto.
Detrás: Pedro y María José. Delante: Rafa Medina, Ricardo, Emilio Romero yservidor. Agachado: Jaime.
Detrás: Pedro y María José. Delante: Rafa Medina, Ricardo, Emilio Romero yservidor. Agachado: Jaime.
Un Jeep nos trasladó hasta San Mauricio donde comenzábamos la ruta.
Tras pertrecharnos con chubasqueros porque la lluvía ya comenzaba, hicimos esta foto de grupo en el lago. El viento también se hacía de notar, bajando la temperatura en bastantes grados.
Comenzamos la ruta con la esperanza de que la lluvia cesara.
No solo la lluvia no cesa, sino que va a más. El cielo está muy cerrado y no se atisba que vaya a despejarse en breve.
La senda, de momento va aguantando bien la lluvia.
El sendero se empina un poco y la lluvia arrecia.
Pasamos junto al refugio de Ernest Mallafré.
Dejamos a la izquierda el sendero que lleva al valle de Monestero y seguimos hacia el Portarró de Espot.
La lluvia arrecia y apenas nos deja ver las aguas de San Mauricio.
La temperatura es aproximadamente de 8º y vamos calados hasta los huesos. Nuestros chubasqueros han aguantado una hora y media más o menos, así como nuestras botas (a pesar del Gore tex) que se ha llenado de agua y nuestros pies nadan dentro de ellas. Llevamos aproximadamente tres kilómetros y medio. Nos faltaba otro tanto para llegar al portarró y después nos quedaba un largo descenso hasta Boí.
Decidimos hacer una parada para valorar la situación y decidir qué hacer. Por mayoría, viendo la situación, decidimos volvernos. Eso hicimos.
Pues media vuelta y regreso hasta San Mauricio. Ahora el sendero era un verdadero arroyo por donde el agua bajaba a raudales.
Parte del grupo paró en el refugio de Ernest Mallafré (donde recibió un pequeño puro por salir con esas condiciones meteorológicas) para avisar a un Land Rover que subiera a recogernos.El resto, esperamos en la caseta de información a que viniera otro Land Rover y nos recogiera. Agradecimos la atención que recibimos por parte de la guarda que se encontraba en ese momento allí.
La temperatura es aproximadamente de 8º y vamos calados hasta los huesos. Nuestros chubasqueros han aguantado una hora y media más o menos, así como nuestras botas (a pesar del Gore tex) que se ha llenado de agua y nuestros pies nadan dentro de ellas. Llevamos aproximadamente tres kilómetros y medio. Nos faltaba otro tanto para llegar al portarró y después nos quedaba un largo descenso hasta Boí.
Decidimos hacer una parada para valorar la situación y decidir qué hacer. Por mayoría, viendo la situación, decidimos volvernos. Eso hicimos.
Pues media vuelta y regreso hasta San Mauricio. Ahora el sendero era un verdadero arroyo por donde el agua bajaba a raudales.
Parte del grupo paró en el refugio de Ernest Mallafré (donde recibió un pequeño puro por salir con esas condiciones meteorológicas) para avisar a un Land Rover que subiera a recogernos.El resto, esperamos en la caseta de información a que viniera otro Land Rover y nos recogiera. Agradecimos la atención que recibimos por parte de la guarda que se encontraba en ese momento allí.
Els Encantats, de nuevo ante nosotros.
Panorámica del lago antes de regresar.
Retornamos pues a Espot. Volvimos al hotel Roya donde nos recibieron de nuevo muy amablemente dándonos la oportunidad de utilizar de nuevo la habitación para poder cambiarnos. El problema es que no teníamos ropa seca puesto que los equipajes ya habían salido rumbo a Boí.
Algunos nos cambiamos la camiseta y los calcetines y montamos un campamento provisional para secar el resto de la ropa.
Al mal tiempo buena cara. Ahora teníamos que encontrar la forma de ir a Boí. Un taxi nos salía muy caro y decidimos coger un autobús que, haciendo trasbordo en Viella nos llevaría a Boí en dos horas y media. Lo único es que habríamos de esperarnos hasta las 5,45 de la tarde.
Retornamos pues a Espot. Volvimos al hotel Roya donde nos recibieron de nuevo muy amablemente dándonos la oportunidad de utilizar de nuevo la habitación para poder cambiarnos. El problema es que no teníamos ropa seca puesto que los equipajes ya habían salido rumbo a Boí.
Algunos nos cambiamos la camiseta y los calcetines y montamos un campamento provisional para secar el resto de la ropa.
Al mal tiempo buena cara. Ahora teníamos que encontrar la forma de ir a Boí. Un taxi nos salía muy caro y decidimos coger un autobús que, haciendo trasbordo en Viella nos llevaría a Boí en dos horas y media. Lo único es que habríamos de esperarnos hasta las 5,45 de la tarde.
Tras comer algo, para hacer tiempo, volvimos a hacer turismo por Espot.
Así, nos acercamos hasta el puente medieval sobre el río Escrita.
También volvimos a visitar la iglesia de Santa Leocadia.
Nos acercamos a su fachada, donde la tarde anterior nos llamó la atención la imagen que se encontraba en la hornacina encima de la portada de la iglesia.
Efectivamente, ahora fijándonos mejor, comprobamos que se trataba de una imagen de San Roque, como muy amablemente nos ha informado Vicente Civera.
Nos acercamos a su fachada, donde la tarde anterior nos llamó la atención la imagen que se encontraba en la hornacina encima de la portada de la iglesia.
Efectivamente, ahora fijándonos mejor, comprobamos que se trataba de una imagen de San Roque, como muy amablemente nos ha informado Vicente Civera.
También, en una ladera cercana, vemos la torre "dels Moros", que tenía carácter defensivo.
Pero el día no terminaba aquí. Aún nos quedaban algunas sorpresas por vivir. Ahora os lo paso a contar.
Cogimos el autobús que nos llevaría a Viella por el puerto de la Bonaigua que fue una delicia a pesar de las curvas. En Viella aguardamos unos minutos antes de hacer el trasbordo en el autobús que nos acercaría hasta Boí. Hasta ahora, todo normal. Pero poco antes de la parada en Pont de Suert, un accidente iba a poner otra nota negativa a la mala jornada que llevábamos. Un lamento del conductor, seguido de un fuerte golpe y la parada súbita del autobús, nos puso a todos los pasajeros (unos quince) en alerta porque algo grave había sucedido. En efecto, un vehículo que venía de frente adelantando a otros vehículos, se encontró de cara con el autobús. Al no poder volver a su carril, intentó esquivar al autobús saliéndose de la carretera hacia un prado.Aunque el impacto no fue frontal del todo, el autobús impactó con el vehículo en su salida hacia el prado. Fueron unos momentos angustiosos por lo que podría haberle pasado al ocupante u ocupantes del vehículo. A los ocupantes del autobús, a primera vista, no nos había ocurrido nada malo. Rápidamente, llegaron efectivos de los Mossos, una ambulancia y los bomberos. Afortunadamente, el conductor del vehículo tampoco sufrió ninguna lesión grave y tras los protocolos de rigor por parte de la policía, pudimos seguir viaje a Boí.
Este es el vehículo accidentado que quedó en el prado.
Este es el lado del vehículo en el que impacto el autobús.
Y este es el morro del autobús que quedó así tras el impacto.
Retiraron el autobús a un polígono cercano donde la policía tomó nuestros datos y la declaración al conductor del autobús. Posteriormente, otro autobús nos llevó hasta Boí, esta vez ya sin ningún problema.
Por fin, sobre las diez de la noche (hora y media más tarde de lo previsto) llegamos hasta Boí donde la iluminada torre de la iglesia de San Juan, nos recibió cuando las últimas luces del día declinaban.
Y muy cerca, el hotel Pey, lugar donde nos alojamos.
Nuestra habitación, en la que pudimos descansar esa noche tras sufrir un ajetreado día.
Una estupenda cena nos compensó de las peripecias y avatares ocurridas durante tan nefasto día.
En resumen, cuando no vemos las cosas claras en alta montaña, lo mejor es desistir y dejar lo previsto para otro momento; aunque como pudimos comprobar, eso no te asegura que no vayas a tener otros inconvenientes e imprevistos que puedan estropearte el día. Al final, todo quedó en una anécdota y el descanso nos haría emprender la siguiente etapa con muchas ganas e ilusión.
Enlaces relacionados.
La corta ruta en el mapa (Track de Emilio Romero).
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La corta ruta en el mapa (Track de Emilio Romero).
Película.
Hola Emilo.
ResponderEliminarUna lástima que no pudieseis completar esta etapa, pero en la alta montaña quien dicta las reglas es la naturaleza y ahí poco podemos hacer los humanos. De lo que si que somos capaces es de hacer imprudencias que pueden acabar en tragedia. Menos mal que todo quedó en un susto tanto para el chico del coche como para vosotros.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! A nuestra edad, la prudencia es nuestra primera prioridad. En el estado en el que íbamos lo más conveniente era volver atrás. No nos arrepentimos, aunque a veces, algo pasa que las cosas se complican. Queriendo evitar una dificultad resulta que te surgen otras. Menos mal que al final todo salió bienm.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarPor lo que relatas al principio,la ruta se antojaba espectacular,pero la meteo también ''juega'' y bien es cierto que muchas veces no lo hace a nuestro favor,aunque en este tipo de travesías,fastidia un poco mas.
Desde luego el día parece que quería seguir con dificultades.Menos mal que todo quedo en anécdota con susto.
Bueno al final una buena cena y a descansar para acometer esa cuarta etapa,que esperamos en breve...
Un abrazo.
¡Hola, Juane! Era sin duda, una excelente ruta. Pero en la montaña, el tiempo manda. No tenemos nada que ganar si caminamos en condiciones desfaborables. No estamos ya para determinadas proezas. Se vuelve atrás y punto. Seguro que hay más ocasiones. El día no fue brillante, aunque tuvo un buen final, de lo cual hay que alegrarse.
EliminarUn abrazo.
Una lástima que no pudiéramos culminar esta etapa como teníamos previsto con la ilusión que nos hacía. En fín, no pasa nada, ya tenemos excusa para volver. De cualquier modo, si después de varios años yendo a Los Pirineos, ejecutando un número importante (relativamente) de travesías ya podemos darnos con un canto en los dientes que sólo se haya truncado una (no quiero contabilizar la del Contraix dado que se sustituyó por otra en su lugar también motivado por fenómenos atmosféricos contrarios a nuestros intereses). Ya tengo ansiedad de leer tu próxima etapa. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Emiliete! Pues fue una verdadera pena no terminar la ruta, pero lo importante es no correr riesgos innecesarios en la montaña. Como bien dices, ya tenemos excusa para volver.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarUna lastima que el tiempo arruinara esta tercera etapa pero con el tiempo tan revuelto que ha hecho este verano en Pirineos lo fácil es que algún día os saliese rana.
Me alegro que el accidente solo acabará en un susto, ya tienes una historia más para contar a tus nietos cuando seas mayor.
Un saludo
¡Hola, Eduardo! Si la circunstancias no son buenas, lo mejor es no arriesgarse. Uno no tiene nada que ganar y mucho que perder. Otra vez será. Y menos mal que el accidente sólo quedó en un susto.
EliminarUn saludo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarEs una lástima haber tenido que dejar esta etapa pero a veces la prudencia marca el auténtico logro.
Supongo que volveréis a retomarla, y en ese caso os recomiendo el acceso al Portarró d'Espot por el camino que rodea el estany de San Mauricio por el lado norte puesto que las vistas de Els Encantats y del lago compensan el pequeño aumento de recorrido.
Te escribo también para apuntarte que la imagen del santo de la hornacina de la fachada de la iglesia de Santa Leocádia en Espot no es Santiago sino San Roque. Santo al que se representa (extraigo de Wikipedia) "vestido de peregrino con bordón, sombrero y capa, herido en una pierna, siendo la más habitual la izquierda, y acompañado de un perro".
Por lo demás vuestros viajes son inspiradores y el blog muy interesante.
Un saludo.
¡Hola, Vicente! Ante todo, gracias por tu comentario y por tu aclaración. Ahora mismo paso a rectificar el pie de foto, siempre en pos de una información lo más fidedigna posible. Muchas gracias por tu apunte porque es cierto que nuestra primera impresión fue pensar en San Roque, pero el atuendo de peregrino me llevó al error. Gracias de nuevo. En cuanto a la mala suerte por no haber podido acabar la ruta, es uno de los imponderables que no puedes controlar y hay que asumirlos sin más. Lo volveremos a intentar. Subíamos al portarró de Espot por esa parte porque el día anterior, el final de etapa lo hicimos por el lado norte que nos indicas y no queríamos repetir. Gracias de nuevo y hasta otra.
EliminarUn saludo cordial.