Aprovechando que el día 6 estuve en Montanejos y habiendo visto una ruta en el blog de SimónCorresendas (que recomiendo) que en los años que llevo viniendo a esta zona nunca había hecho, decidí convocar a un grupo de amigos, compañeros de otras rutas, para , con el track de su página, intentar realizarla.
Quedamos a las 9,30 h. en la entrada de Montanejos, para desde allí dirigirnos al pantano de Arenoso, a 4 km en dirección a la Puebla de Arenoso. Allí dejaríamos los coches y comenzaríamos la ruta. Sobre las 10 h empezamos a caminar. Antes como es costumbre hicimos la foto de grupo.
De izq. a der. Paco Álvarez, servidor, Amparo, Paco, Pepa, Enrique y Ana. Agachado Paco Bayarri
Desde este punto vemos enfrente la Peña Redonda. Justo detrás de ella se encuentra el Mas de Sancho. A la vuelta la rodearíamos por delante hasta regresar a nuestro punto de inicio.
Peña Redonda. Preciosa montaña con una forma peculiar que le da el nombre.
Cruzamos la carretera que transcurre por encima de la escollera del pantano. Hacia el final, antes de llegar a los aliviaderos que se encuentran en la otra parte, cogemos una pista asfaltada a la izquierda que nos lleva a otra de tierra en cuya orilla hemos de buscar un sendero en ascenso que transcurre durante un tramo paralelo a la pista, hasta que gira a la izquierda y se adentra en una densa pinada. Hay que decir que la senda no está marcada, por lo que es conveniente el GPS. En algún tramo podemos encontrar algunos puntos azules que nos guíen. En algún otro tramo hay cintas amarillas de plástico en los pinos que también nos ayudan, aunque algunas ya se han caído.
Cruzando el pantano.
Una vez dimos con la senda, lo que nos llevó un rato, empezamos a subir. La subida se mantendrá prácticamente hasta llegar al Mas de Sancho. A tramos llaneará un poco entre los pinos para luego empinarse para llevarnos a la base de los farallones rocosos de la Redonda, a donde nos acercaremos saliendo unos metros de la pista para contemplar impresionados, la belleza del paisaje que nos rodea, y unas vistas inusuales del pantano de Arenoso.
En esta foto vemos la pendiente de la senda al poco de iniciarla.
En algún tramo, entre los pinos, se asomaba tímidamente la vertical pared de la Redonda. En la foto se aprecia el rodeo que vamos dando a la montaña.
La Redonda asomando tímidamente entre los pinos.
Por tramos la senda se endurecía.
Las lluvias recientes han llenado el monte de multitud de setas de todos los tipos y colores. Como muestra estas de la foto, descansando sobre un verde tapiz de musgo.
Sobre las 10,45 nos entraron ganas de almorzar, seguramente como consecuencia de la primera subida y nos dispusimos a ello con todo el empeño del que fuimos capaces. Bastante nos aplicamos en la faena dado que nos llevó unos 45 min. realizarla y además doy fe de que no nos dejamos nada. Acabamos con todo lo que llevábamos.
Momento del almuerzo, uno de los más esperados por algunos.
Este raro fruto nos encontramos en un pino y probamos de él. La buena fruta siempre nos ha gustado.
Después del almuerzo reemprendimos la marcha. En este tramo nos ayudamos por fitas de piedra que íbamos encontrando, aunque el camino era bastante perceptible.
Y nuevamente a subir después del algún tramo más llano.
En un punto de la senda, vemos ya las paredes rocosas de la redonda. Nos salimos unos metros de ella para contemplar la belleza del paisaje.
En esta vista inusual del pantano, vemos el dique de escollera que forma la presa a los pies del Morrón de Campos del que podemos apreciar su dorso, por el que transcurre una pista forestal que nos conduce hasta su cima. En el fondo, a la derecha, asoma la cima del Pico de Pina o Sta. Bárbara (1404 m).
Aquí vemos mejor el pico de Pina
Varios buitres nos estuvieron acompañando en este tramo, el más elevado de la ruta. En esta foto se puede apreciar unos de ellos en el centro de la nube.
De nuevo hacia arriba, con la lengua fuera.
En un momento dado, acaba la ascensión y llegamos a un llano donde encontramos esta caseta de pastor junto a la que poso.
Caseta de pastor.
A partir de este punto más o menos, empezamos a encontrar puntos azules en algunas piedras y árboles, indicando el camino.
Flecha direccional señalando la senda.
Estos restos de bancales nos anuncian la proximidad del Mas de Sancho.
Efectivamente enseguida vemos las paredes de las primeras casas de esta masía abandonada.
La senda nos conduce al centro de la masía donde paramos unos instantes a fotografiar y recorrer los restos de lo que fue un duro modo de vida (economía de subsistencia).
Todas las viviendas que componían la masía, que debió ser bastante grande, se encuentran destechadas, lo que favorece su ruina.
Posando delante de los restos de las casas.
Otra vivienda en ruinas.
El Mas de Sancho está emplazado en un pequeño llano. El viento soplaba con cierta fuerza y algo frío. La altura seguramente influía en ello. Yo había estado aquí hace bastantes años, pero en aquella ocasión había llegado desde una senda que salía de otra masía abandonada, "Los Molares", situada junto a la carretera que desde Montanejos conduce a Cortes de Arenoso y al Mas de Aceite. es decir, justo desde la otra dirección a la que lo hacía ahora. Fue gratificante volver aquí después de tanto tiempo. Unos de los comentarios que suscita en todo el mundo este tipo de masías, es el de lo difícil y dura que sería la vida en estos inhóspitos lugares y valorar el esfuerzo y la dificultad que supondría para los habitantes de estos núcleos de población ,sin ninguna comodidad ni servicios de ninguna clase, el día a día, esa vida cotidiana que para nosotros es tan acomodada y fácil.
Después de un rato en el Mas y dada la hora (12h de la mañana) y la distancia que según el track de SimónCorresendas nos quedaba, decidimos reducir la ruta y volver a nuestro origen dejando para otra vez el tramo que no íbamos a realizar. Empezamos pues a descender por una senda que salía de la masía en descenso. Imagino que dicha senda sería la que en tiempos conduciría al desaparecido pueblo de Campos de Arenoso, ahora hundido en el pantano. El hecho de encontrar tramos donde aún se conserva el empedrado de los caminos de mula de la época nos hace pensar que éste sería con bastante seguridad, el camino que entraba en Campos de Arenoso a través de su puente colgante que cruzaba el río Mijares.
Esta senda transcurre por la umbría en todo momento y zigzaguea hacia abajo, en busca de lo que hoy son las orillas del pantano.
En algún punto de la senda captamos a lo lejos, la Puebla de Arenoso. A sus pies, la cola del pantano que ha amenazado seriamente la integridad del pueblo: la corriente del agua se estaba llevando el suelo donde se asienta la Puebla, haciéndola peligrar.Actualmente se ha puesto remedio a este problema reconduciendo el agua del pantano a través de unos canales de hormigón que protegen el suelo donde se asienta el pueblo.
La senda transcurre por bonitas pinadas que han invadido lo que antaño fueron bancales de cultivo de almendros y olivos principalmente. Los pinos han crecido indiscriminadamente y ello ha dado lugar a curiosas formaciones en las que los pinos han crecido entre el ramaje de almendros y olivos.
A la izquierda un detalle de la senda a través de la pinada por la que transcurre. A la derecha un pino que ha crecido entre las ramas de un almendro y se apoya sobre una de ellas.
En un punto del camino, un desprendimiento de la montaña, al parecer reciente, ha roto muchos pinos y los ha hecho caer sobre la senda, lo que la hace impracticable, por lo que hemos de dar un rodeo para buscar más adelante el camino.
En este punto un desprendimiento ha cortado la senda, por lo que hay que dar un rodeo para poder seguirla.
Ya hemos descendido bastante y vemos entre los pinos, en algunos puntos, la azulada agua del pantano, lo que nos avisa de la proximidad a la orilla. Oímos también cencerros de vaca cada vez más cercanos. Enseguida daremos con ellas.
Las aguas del pantano se mostraban próximas a nosotros.
Por fin descubrimos de donde procedían los sonidos de los cencerros.Un rebaño de vacas descansaba en este recodo del pantano.
En la otra orilla del pantano destacaba, en la cima de esta montaña cónica, el castillo de la Viñaza, objetivo de otra excursión que ya publiqué en su día.
A medida que caminábamos, veíamos el rodeo que realizábamos ahora por delante de la Peña Redonda, a la que veíamos a lo alto.
En la foto apreciamos el rodeo por delante de la Peña Redonda.
A partir de este punto la senda transcurre paralela al pantano, lo que se agradece dado que las vistas hasta el final de la ruta son preciosas. El azul de las aguas del pantano ofrece un colorido especial al entorno, dotándolo de un cromatismo fabuloso que hace las delicias de nuestra vista.
La senda transcurre paralela al pantano.
Al fondo se vislumbra ya el dique de la presa.
Las vistas sobre el pantano son espectaculares.
Al inicio de la ruta oímos también sonido de cencerros, hasta que nos alejamos y dejamos de oírlos. Ahora hacia el final volvíamos a escucharlos de nuevo. Se trataba de otro rebaño de vacas que reposaban en las orillas del pantano.
Rebaño de vacas descansando en la orilla del pantano.
La senda nos devuelve al inicio de la ruta.
Son cerca de las 2 h. de la tarde. Nos disponemos a llegar de nuevo a los coches.
Nos despedimos agradecidos de la Peña Redonda por las buenas sensaciones que nos había producido esta preciosa ruta, prometiendo volver muy pronto.
Y como casi siempre, acabamos la ruta con una comida a la que se unieron otros buenos amigos que a veces también nos acompañan en nuestras rutas, pero que en esta ocasión no lo hicieron.
En resumen, una preciosa ruta de unos 10 km aproximadamente que nos costó 4 horas recorrer, parando unos 45 minutos para almorzar.La ruta presenta bastantes alicientes. Al inicio, las vistas sobre el pantano desde la base de las rocosas paredes de la Redonda. A la vuelta, la senda transcurre paralela durante el último tramo al pantano, lo que nos ofrece también bellas panorámicas sobre el mismo. El pero es que, al no estar convenientemente señalizada, en algún tramo podemos despistarnos.
Mas de Sancho-Cantiles del Cantón.
Más fotos.
Espero poder disfrutar de esta bonita ruta en otra ocasión!
ResponderEliminarM Carmen
Tenemos pendiente esa ruta.
ResponderEliminarA ver si por Semana Santa subo al pueblo y la hago
Saludos
@An�nimo
ResponderEliminarA ver si a la próxima toca.El senderismo es una actividad emocionante y muy agradecida:siempre te hace disfrutar.
Un beso.
¡Hola Tiocanya!. A ver si subo yo también y la hacemos juntos. Espero que nos reconozcamos.Yo creo que sí.
ResponderEliminarUn saludo.
Preciosa ruta,Emilio.
ResponderEliminarEsa zona de Montanejos,Puebla de Arenoso etc. la tengo en asignaturas pendientes,a ver si me pongo al día.
Siento fascinación por las masías antiguas,especialmente cuando pienso en lo duro que les sería subsistir a las gentes que morarían en ellas.
¿donde venden semillas para plantar ese tipo de arboles que dan frutos tan buenos?
Un abrazo.
¡Hola Dani!Pues sí, deberías ponerte al día.En esta zona hay rutas con mucho encanto. En cuanto a las masías abandonadas tienen un encanto especial y producen una sensación de desolación y abandono dificil de describir.
ResponderEliminarEn cuanto a las semillas, preguntaré en algún vivero y ya te lo comunicaré.
Un abrazo.
Hola Emilio hoy nos ofreces un recorrido muy interesante por tu querida comarca del alto Mijares. Una ruta sin duda ha tener muy en cuenta, por cierto he visto el pantano bastante lleno ¿no? me alegra que este así. Es muy triste ver un pantano casi vacío. Saludos
ResponderEliminarHola Emilio, no sabia yo que las lágrimas de la uva se daban en los pinos, jajajajaja.
ResponderEliminarComo cambia la perspectiva de verlas cosas desde abajo a verlas desde arriba, siempre es bueno tener mas de un punto de vista.
La ruta desde luego es muy entretenida y no solo por la naturaleza sino por la cultura y la historia que conservan las piedras de la masía.
Pero los mas espabilados fueron los que solo se apuntan a comer, estos son de los míos, jajajajaja.
Un abrazo
¡Hola José Ramón! Sí, es una bonita ruta. El azul del pantano ayuda mucho a la estética de la ruta y le da un encanto especial, sobre todo en su última parte. El pantano tiene bastante agua, tal vez un poco menos que a principio del verano, pero está bastante bien. Así da gusto.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Qué tal, Abi?. Ya ves, el mejor amigo del hombre colgado de una rama de pino (ja,ja,ja...), cualquier sitio es bueno. La ruta preciosa y además permite conocer de cerca un modo de vida perdido que fue habitual en estas tierras y de una dureza y sobriedad difícil de entender en nuestro tiempo con la mentalidad actual:la vida en las masías.
ResponderEliminarSobre el encanto de ver las cosas desde las alturas, ya conocéis mi opinión: todo se ve de otra forma, más global, más de conjunto.Y sobre la comida, pues...eso.
Un abrazo.