Aprovechando un corto viaje de fin de semana por las machadianas tierras de Soria, no dudamos en acercarnos, aunque sólo fuera únicamente para conocerlo un poco, al Parque Natural del Cañón del Río Lobos. La verdad es que valió la pena y nos causó tan buena impresión que nos quedamos un poco frustados ante la imposibilidad de recorrerlo en su totalidad. Pero, por ello, no cejaremos en el empeño de realizar este pequeño sueño en cuanto nos sea posible.
El Cañón del Río Lobos es un profundo tajo de aproximadamente veinticinco kilómetros que el río Lobos ha excavado en la caliza Meseta del Duero durante miles de siglos. Nace en tierras de Burgos, concretamente en el término de Mamolar, en la sierra de la Demanda (Wikipedia) y a partir de la localidad de Hontoria del Pinar forma un impresionante cañón de más de veinticinco kilómetros, entra en la provincia de Soria y llega hasta la localidad de Ucero, donde tributa sus aguas al río que recibe el nombre de esta localidad (río Ucero, afluente del Duero).
El Cañón y las tierras circundantes (unas diez mil hectáreas) fueron declarados Parque Natural en 1985 y abarca terrenos de siete términos municipales de Soria y Burgos: Ucero, Nafría de Ucero, Herrera de Soria, Casarejos, San Leonardo de Yagüe, Santa María de las Hoyas y Hontoria del Pinar.
El sendero PR BU-SO 65, denominado "Senda del río", recorre íntegramente el Cañón en un trayecto de aproximadamente veinticinco kilómetros que podemos transitar empezando bien en Hontoria del Pinar, bien en Ucero. Aproximadamente en mitad del recorrido podemos partir el sendero en dos si decidimos terminar en San Leonardo de Yagüe.
A ambos lados del Cañón tenemos una gran red de senderos complementarios que ayudan a obtener un panorama completo de este espectacular Parque Natural (PR-SO-66, PR-SO-67, PR SO-46, PR-SO-47, PR-SO-49, PR-SO-03, PR-BU-05, PR-SO-06, y un tramo del largísimo GR 86 , que tiene 933 km de recorrido).
En el camino nos encontraremos con un paisaje altamente kárstico debido a la erosión del agua sobre las calizas que componen el terreno, dando lugar a curiosas formas en las rocas, numerosas cuevas, simas, y ríos subterráneos...Además, disfrutaremos de una flora particular según la parte del Cañón que estemos recorriendo: sabinas, pinos resinero y silvestre, pino laricio, arces de Montpellier, endrinos, chopos, sauces, fresnos, lirios de agua, nenúfares amarillos... Por último, la fauna del Cañón también es muy interesante, pudiendo encontrarse diferentes especies entre las que se encuentran mamíferos como corzos, jabalíes, ardillas, tejones, ginetas, comadrejas, ratas de agua, conejo, nutrias, ocasionalmente lobos (antiguamente más numerosos); anfibios y reptiles como víbora hocicuda, culebras de agua, lagarto ocelado, lagartija colilarga, ranita de San Antón, sapo de espuelas; peces en las aguas del río como la trucha, barbo colmillejas...que serán difíciles de ver en vivo. Pero seguro que tendremos ocasión de disfrutar de diferentes especies de aves, pudiendo disfrutar del vuelo majestuoso de algunas rapaces que pueblan los verticales farallones del Cañón. Entre ellas encontramos chovas, grajos, grajillas, cornejas, cuervos, garzas reales, búhos reales, diferentes especies de águilas, vencejos, abubillas, halcón peregrino, alimoche, pero el señor de todas ellas es el buitre leonado que sobrevuela las alturas del cañón contribuyendo a dar más espectacularidad, si cabe, a este maravilloso y espectacular enclave natural.
En nuestro caso, nos quedaremos con las ganas de recorrer en su totalidad el sendero y nos tendremos que conformar con un cortísimo recorrido (el más turístico) que nos dejará un muy sabor de boca y un deseo irreprimible de recorrerlo íntegramente algún día.
La mejor manera de recoger información sobre este bello paraje natural y las actividades que podemos realizar en él, es visitar la "Casa del Parque", centro de interpretación situado en lo que era un antiguo molino reconstruido y convertido además en piscifactoría. Se encuentra situado a poco menos de un kilómetro de la localidad de Ucero.
Entrada a la "Casa del Parque". En este centro de interpretación encontraréis información completa del Parque y de las actividades que podemos realizar en él. También es interesante la visita guiada al mismo.
El centro de interpretación se encuentra enclavado en un antiguo molino reconstruido, junto al río Ucero y que alberga también una piscifactoría.
Visitamos pues la Casa del Parque, en la que una guía nos explicó cosas generales sobre el Parque.En la foto, una reconstrucción en maqueta del Cañón del Río Lobos.
También podemos contemplar especies de animales disecados que podemos encontrar en el Cañón.
En la foto, el rey de las rapaces del Parque Natural: el buitre leonado.
O la lechuza.
Maqueta de la ermita de San Bartolomé, que veremos al natural después.
En el primer piso también encontramos mamíferos disecados, habitantes del Cañón.
En la foto, un tejón.
O este pequeño zorro.
En el exterior del centro de interpretación, podemos disfrutar de este bonito rincón en la "Balsa de pesca del aula del río".
Tras la visita a la Casa del Parque, nos dirigimos al aparcamiento de Valdecea, desde donde comenzaremos este corto paseo por un tramo del Cañón del Río Lobos. Antes de éste encontramos otros dos aparcamientos con zona recreativa en donde podemos parar: El aparcamiento de la Galiana y el de la Cueva Fría.
Aparcamiento de Valdecea.
Este poste nos marca claramente el 1,1 km que nos separa de la ermita de San Bartolomé.
Escaso recorrido para poder admirar completamente todas las maravillas que guarda esta maravilla de la naturaleza.
Aquí mismo, disfrutamos de una de las numerosas pozas que encontramos en el Cañón.
Se trata de la poza de Valdecea.
Un panel informativo nos explica la importancia de la conservación de estas pozas para preservar este hábitat tan especial.
Caminamos por un paseo cómodo.
Otros paneles nos informan de las actuaciones para preservar y conservar el Parque Natural del Cañón del Río Lobos y otros parajes protegidos (Laguna Negra).
Como comenté antes, este corto tramo, por su escaso recorrido y su facilidad para ser realizado, es el más por los turistas.
En algunos puntos cruzamos el río por grandes piedras que ayudan a ello.
Seguimos cómodamente disfrutando de un entorno natural privilegiado y una animada conversación.
Atravesamos bonitas y frondosas pinadas.
Pasamos junto a este poste, donde se puede enlazar con uno de los numerosos senderos que podemos recorrer en el entorno del cañón.
Y seguimos en animada conversación, a la sombra de los altísimos pinos.
Transitamos, como nos indica el poste, por el PR-SO-BU-65 o Senda del Río que cruza íntegramente el Cañón.
Como vemos en el poste, también por este tramo transcurre parte del GR 86.
En algunas zonas por las que paseamos, encontramos estos paneles que nos informan de que esos terrenos están siendo restaurados.
Hasta ahora, el río es una corriente de agua modesta, que transcurre en este tramo por un ancho cauce.
En un momento determinado, avistamos enfrente de nosotros el edificio de la ermita de San Bartolomé.
Antes de llegar a la ermita, pasamos junto a este monolito natural que llama nuestra atención.
Los alrededores de la ermita eran un hervidero de personas. El buen tiempo ayudaba mucho a disfrutar de este emblemático paraje.
Antes de acercarnos totalmente a la ermita, este hueco en la roca, por encima de nosotros, llamó nuestra atención y nos invitó a que lo visitáramos.
Y tras habernos impresionado hasta ahora con la magnificencia del Cañón, llegamos a este enclave en el que nos sorprende la presencia de esta bella ermita románica en lugar tan poco previsible. En medio de un cañón por el que ningún camino pasa, se construye esta ermita allá por los inicios del siglo XIII.
La ermita, según algunos estudiosos, estaría relacionada con la Orden del Temple y vendría a ser un compendio de los saberes y secretos iniciáticos que los Templarios guardaban con tanto celo. Sin embargo, otros estudiosos no ven razones especiales para pensar que esto sea así. Se basan en el hecho de que no existe ninguna referencia que así lo atestigüe. Sin embargo, sí que parece evidente que existen muchos detalles y simbología variada en este bello edificio que lo relacionan con los Templarios. En cualquier caso, sea templaria o no, la ermita nos hechiza y nos encanta y nos disponemos a realizar una visita a su interior. Pero antes nos detenemos ante el pórtico de entrada.
Esta puerta meridional con seis preciosas arquivoltas, da entrada al templo y nos indica que el estilo románico en el que se construyó estaba en plena fase de transición.
Si el exterior nos impacta por su sobriedad y elegancia, el interior nos llena de paz, silencio y tranquilidad.
En la foto, el coro en la cara oeste del edificio.
Altar Mayor con este retablo del S. XVIII con una imagen de San Bartolomé en la hornacina central.
La ermita, con planta de cruz latina, presenta en el brazo que da al norte este altar dedicado a la Virgen de la Salud.
En el suelo de esta capilla de la Virgen de la Salud se encuentra esta loseta con este relieve que nos llama la atención.
La fe y la tradición popular afirman que esta loseta tiene una fuerza especial que podemos notar y percibir si la pisamos descalzos. De esta manera se consigue tener buena salud.
Perspectiva de la nave central de la ermita, donde apreciamos el cañón apuntado de la bóveda.
Púlpito.
También nos damos una vuelta por el exterior para disfrutar de la elegancia de esta ermita.
En la foto, detalle de una de las dos ventanas que se abren en el ábside.
Estos rosetones adornan la fachada meridional...
...y la fachada norte de la ermita.
Al parecer, según los expertos, este rosetón tan especial está lleno de simbología y compendia una serie de saberes y conocimientos iniciáticos de los que los Templarios eran tan conocedores.
Aún desconociendo esta simbología, este rosetón puede impresionar a cualquiera por su belleza y perfección geométrica.
Tras disfrutar de la belleza de la ermita, volvemos al entorno natural y seguimos impresionados por la enorme fractura que el río ha formado en la caliza.
Aprovechamos para subir al balconcillo y dsifrutar de ese capricho de la naturaleza. Nada más empezar a subir nos encontramos con este mirador.
Vistas desde el mirador.
Un panel nos explica cómo el hombre habitó las cuevas y oquedades de este lugar desde tiempos remotos.
Subimos hacia el balconcillo por un senderillo en el que cuidaremos de no resbalar en algún tramo con la piedra muy pulida y resbaladiza.
Subimos un poco y damos la vuelta para disfrutar de otra panorámica de la ermita.
También miramos hacia el fondo del cañón.
Y finalmente, nos hacemos una foto para el recuerdo en esta curiosa forma de la naturaleza, una ventana de roca abierta hacia el fondo del cañón.
Vistas desde el arco de piedra.
Iniciamos la vuelta y empezamos a disfrutar del espectacular vuelo de algún buitre.
Y el arco natural se nos va quedando en lo alto.
Panorámica.
Justo detrás de la ermita, se encuentra dos cuevas cercanas entre sí, pero de diferente tamaño una de otra. Por eso, una recibe el nombre de Cueva Mayor y la otra, lógicamente, Cueva Menor.
En este panel nos explican que estuvieron ocupadas en la Edad del Bronce y en ellas se pueden contemplar (es mucho decir) pinturas rupestres de esa época.
Nosotros visitamos únicamente la Cueva Mayor o cueva Grande, se trata de una amplia cueva, de suelo arenoso y de fácil acceso.
Tras visitar la cueva, muy concurrida, salimos de nuevo al exterior y obtenemos esta vista del ábside de la ermita.
A la salida el río nos recibe de nuevo. Como tenemos un poco de tiempo, vamos a recorrer un tramo más de Cañón. Nos apetece.
Aprovechamos un rincón para hacer la foto de grupo (una parte muy pequeña de él).
Siguiendo el PR, pasamos por la cara norte de la ermita.
Y seguimos caminando cómodamente por un amplio camino.
El caudal no es muy abundante, pero encontramos pozas en el recorrido con bastante agua.
Es una gozada para los sentidos pasear por este extraordinario paraje.
El rosetón que encontramos en la ermita es el emblema del Parque.
Las sabinas acompañan nuestro caminar.
Y vamos disfrutando de todo el entorno que nos rodea.
Nos estamos acercando al paraje denominado "El Colmenar de los Frailes".
Es punto, con verticales y escarpadas paredes, parece el elegido por los buitres leonados y otras aves, para albergar sus nidos. Los podemos ver acercando el zoom a los altos riscos de la pared.
Estas chovas también encuentran cobijo en estos altos paredones.
El río camina apaciblemente y sin prisas por este bello rincón.
Nos entretenemos en leer el panel informativo en el que nos explica que este paraje albergaba colmenas de los templarios fabricadas en troncos de árbol huecos.
Aquí en la foto podéis ver alguna de esta colmenas en ese saliente de la roca.
Desconozco si éstos están a modo de escaparate o siguen activos.
También estuvimos un rato disfrutando del ir y venir de los buitres y otras aves que ora se posaban en lo más alto de la pared, ora salían en elegante y majestuoso vuelo buscando no sé muy bien qué cosa.
Y aunque nos preguntamos qué bellezas nos quedarían por contemplar si pudiésemos continuar recorriendo este profundo cañón, no nos queda más remedio que dar la vuelta en este paraje y volver sobre nuestros pasos hasta la ermita.
Ahora disfrutamos del camino al contrario de como vinimos y descubrimos nuevos matices y ángulos diferentes que nos distraen por igual, como si antes no hubiésemos pasado por aquí.
Por ejemplo, captamos el arco en la roca desde abajo.
Y la barandilla de madera del mirador por el que nos asomamos antes.
Y la Cueva Menor que antes nos pasó desapercibida.
De nuevo la fachada norte de la ermita, cuya piedra se encuentra más oscura debido a estar orientada al norte.
Ábside.
Ahora, desde la ermita, en lugar de volver al aparcamiento por la senda de antes, cruzamos este puente sobre el río y caminaremos por la pista que transcurre por la otra orilla.
Puente de madera que cruzamos para volver por la pista.
Este lado es más ancho y de caminar un poco más sencillo.
Pasamos también por tramos de bonita pinada.
El río transcurre ahora por nuestra derecha.
Y en poco más de un kilómetro, estamos de nuevo en el aparcamiento de Valdecea.
En este punto encontramos una fuente.
El aparcamiento marcó el inicio de esta corta ruta y también el final.
No había tiempo para más.
Y acabamos en este panel que nos describe el recorrido que nos hubiera gustado realizar entero. Lo dejamos para otra ocasión. Aunque hemos realizado un cortísimo tramo del Cañón, hemos quedado prendados de su belleza y nos ha animado para intentar venir más adelante a disfrutarlo íntegramente. Os lo recomiendo.
La ruta en el mapa.
La ruta en el mapa.
La ruta en wikiloc.
Hola Emilio.
ResponderEliminarPrecioso el Cañón del Río Lobos, curiosamente cuando estuvimos en 2013 hicimos exactamente el mismo recorrido que vosotros (quizás un poco más), puesto que llegamos a Vinuesa a hora de comer y por la tarde solo nos dio tiempo de hacer esa corta ruta por este paraje. Pero fue suficiente para constatar la espectacularidad, y energía también, que desprende y mucha, del lugar. Evidentemente, al igual que vosotros, nos quedamos con ganas de más, y también tenemos en la agenda, esa que no para de engordar, hacer íntegro el recorrido del cañón.
Bonitas fotos, y como siempre una narración rica en detalles y perfectamente documentada.
Un abrazo.
¡Hola Dani! Ya vi tu entrada cuando la pusiste. La verdad es que me encantó. Me quedé con las ganas de recorrerlo de punta a punta. Será una pasada. Aún así, disfruté el corto tramo que realicé y espero recorrerlo entero algún día.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Emilio!
ResponderEliminarEn esta ocasión habéis ido lejos, pero vaya si ha valido la pena.
Espectacular entorno con unos hermosos bosques y unas formaciones calizas espectaculares, otro sitio que me apunto a la lista que cada vez se va haciendo más y más larga...
Piensa que el hecho de no haber podido hacer entera la ruta es la excusa perfecta para volver.
Un abrazo.
¡Hola David! Como dije a Dani, el cañón del río Lobos te hechiza de tal manera que te entran unas ganas irrefrenables de recorrerlo entero. Pero en esta ocasión no veníamos a eso sólo. Engordamos la agenda buscando el momento adecuado. Pero lo recomiendo encarecidamente a todo el mundo, aunque sea el trayecto más corto y turístico que aparece en el post.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarSi en poco mas de cuatro kilómetros,te maravillas con ese fantástico entorno,hacer todo el recorrido del Cañón del río Lobos,sera una maravilla,multiplicada por seis...jejeje.
Es indudable que cuando conoces un ''rincón'' tan espectacular como este,las ganas de volver se te quedan latentes.Pues nada apuntada en esa agenda que difícilmente acabaremos algún día...jajaja
Un abrazo.
¡Hola Juane! ¿Te imaginas veinticinco kilómetros de espectacular cañón?
EliminarUna pasada y una maravilla de la naturaleza. Como dices, si disfruté en cuatro kilómetros escasos, entero debe ser el no va más. Te lo recomiendo.
Un abrazo.
Hola Emilio!
ResponderEliminarMi agenda también sigue engordando.... El Cañón del Río Lobos es uno de esos sitios, que siempre me ha llamado la atención y que de momento no he conseguido hacer (he tenido un par de intentos, pero parece que no era el momento de hacerlo).
Como siempre un excelente trabajo, donde nos das una imagen fiel de esta maravilla de la naturaleza.
Un abrazo.
¡Hola José Vicente! Este es uno de los recorridos aptos para todos los públicos a no ser por su longitud, pero como puede ser recortada a gusto de cada uno, puede dar mucho juego. Espero hacerlo entero algún día.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio: Visita hecha hace unos cuantos años con el recorrido por lo mas emblemático del lugar pero con la espinita clavada de no haber realizado toda la ruta completa que me queda pendiente y con la excusa perfecta de volver para cumplir mi sueño. Un abrazo. Emilio-Ro
ResponderEliminar¡Hola Emilio! Pues eso, lo que nos pasa a todos, que hacemos un trozo y nos quedamos con ganas de hacerlo de un tirón. Pues nos lo apuntamos en las pendientes. Lo hablamos y nos vamos para allá enseguida.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarHa sido una pena que no pudierais hacer la ruta más larga.
El cañón es precioso.
Nosotros la hemos hecho dos veces desde la ermita hasta el puente de los siete ojos y otra vez la hicimos desde Hontoria del Pinar hasta el puente.
Bueno, os animamos a que volváis para hacerla porque realmente merece la pena.
Soria tiene unos parajes espectaculares y realmente no queda muy lejos de casa para escaparse en algún puente.
Tus fotos como siempre muy bonitas.
Un abrazo
Carlos y María
¡Hola María! Qué caros sois de ver por estas tierras. Estáis más por el extranjero que por acá. Una preciosidad de cañón que tenéis la suerte de haber recorrido en su totalidad. Me dais una envidia sana. Pero ahí queda en las pendientes para que, en cualquier fin de semana, nos decidamos.
EliminarUn abrazo para los dos.