El concepto filosófico que sugiere que todos los eventos en el universo se repiten infinitamente, volviendo a ocurrir una y otra vez en ciclos eternos fue popularizado por Friedrich Nietzsche, aunque este concepto tiene su base y fundamento en el estoicismo. Se trata del “eterno retorno”. La ruta que os presento tiene algo de “eterno retorno”, puesto que lo repetimos una y otra vez, a pesar de su sencillez, confirmando de esta manera el concepto acuñado por Nietzsche.
Os presento una sencilla ruta en Montanejos (una más en este bonito enclave) adecuada para estirar las piernas y matar el gusanillo senderista que nos llevará hasta el castillo de Montanejos, situado en lo alto de un cerro, siguiendo el SL-CV 104; después visitaremos una de las fuentes de la localidad, la del Canturro, para volver de nuevo a nuestro punto de origen. Ruta sencilla pero que nos proporcionará una gran satisfacción por las vistas desde el cerro del castillo del que apenas quedan unos restos.
Como suele ser habitual, empiezo mis rutas en Montanejos desde la plaza de España, silencioso y vacío a estas tempranas horas de la mañana.
Como hacemos habitualmente, posamos ante la cámara antes de iniciar la ruta. A la izquierda, Rafa Lafuente y, a su lado, un servidor.
Callejeamos por el dormido pueblo buscando el puente de San José. El silencio invade las calles y nosotros nos sumamos a él.
Llegamos al puente-acueducto de San José. que cruza el río Montán.
Nos asomamos para ver el cauce del río Montán, que vierte a unos metros sus aguas en el Mijares. Vemos que lleva agua, cosa que no suele ser habitual y de lo cual nos alegramos.
Cruzamos pues el puente de San José.
A mitad del puente, dos hornacinas lo jalonan. Una con una imagen de San José, que le da nombre. Y otra con la imagen de la Virgen de los Desamparados.
El cauce del río Montán lleva agua como comenté antes. La Dana de octubre es la causante de ello. No suele ser muy habitual.
Al final del puente, varias paletas direccionales nos proporcionan diferentes alternativas. Nosotros elegimos el SL-CV 104 que nos subirá hasta el castillo.
Pocos metros después, en este cruce de pistas, seguimos a la izquierda por la de arriba.
Nos detenemos breves instantes para disfrutar y admirarnos de la perfección de la naturaleza que podemos comprobar en estas flores de cardo azul, con forma de una perfecta esfera.
"Así pasa la vida, como raro espejismo.
¡La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!"
César Vallejo
Subimos por la pista y nos volvemos para fotografiar la nueva caseta forestal del Morrón de Campos, que más bien parece un chalet.
También tenemos una bonita panorámica del Morrón de Campos y una vista parcial de Montanejos.
Aproximadamente a un kilómetro del puente de San José, dejamos la pista para coger la senda que sale a nuestra derecha y que está señalizada con un poste.
Es una bonita senda entre pinos, empedrada aún en algunos tramos.
"Blanca senda, camino olvidado,
¡Bullicioso y alegre otro tiempo!
del que solo y a pie de la vida
va andando su larga jornada, más bello
y agradable a los ojos pareces
cuanto más solitario y más yermo."
Rosalía de Castro
¿Y qué decir de las mariposas ("Festón blanco", Hipparchia fidia) que avanzan por delante de nosotros como una escolta del amo del castillo que nos lleva hasta él?
"Nadie envidiará tus galas
ni tu existencia dichosa,
pero yo sé, mariposa,
que alguien envidia tus alas..."
Vicenta Castro Cambón
En este tramo el camino está labrado en la roca.
La senda presenta tramos muy vistosos flanqueado por gráciles y altos pinos que producen una buena sombra.
No se nos debe pasar desapercibido ningún detalle de las rutas por pequeño que sea porque nos perderíamos bellezas tan singulares como las de este clavelito común que captó nuestra atención.
"Abrid, frescas rosas;
resplandeced, claveles;
de su jardín, ¡oh, árboles!, vestíos,
de lindas hojas verdes;"
Rosalía de Castro
Y seguimos caminando y desde la altura que nos proporciona la pista que seguimos, vemos en el fondo las casas de la Alquerías.
El poste nos indica el final del SL-CV y la altura del cerro: 704 m. Detrás los restos de la torre principal.
Toda la superficie ocupada por el castillo fue limpiada en el año 2020 para dejar al descubierto los escasos restos que quedan. Desde el mes de mayo de ese año, promovido por el Ayuntamiento y autorizado por la Dirección General del Patrimonio de la Consellería de Educación, Cultura y Deporte, se ha limpiado el recinto de vegetación, lo que ha permitido que los restos que ya se veían en esas condiciones, ahora sean más evidentes y, al mismo tiempo, ha posibilitado que salgan a la luz otros que permanecían ocultos. Desgraciadamente, cinco años después, la vegetación ha vuelto a crecer y las ruinas del castillo han vuelto a su aspecto anterior al desbroce.
Estos serían los restos del torreón principal.
Llegamos al aljibe, bastante bien conservado aún. Además de su función de abastecer de agua al castillo, estaría también relacionado con servir para las abluciones antes de los rezos hacia la Meca.
Vista del aljibe desde el otro lado.
Otro elemento visible son los restos de esta torre en el flanco sur del castillo. La base está relativamente bien conservada.
Nos dirigimos hacia el oeste para encontrarnos con los restos muy desdibujados de lo que fue otra torre.
Tras la visita cultural a las ruinas de lo que fue el castillo de Montanejos o de la Alquería, toca disfrutar de las vistas en trescientos sesenta grados que desde aquí se divisan.
Hacia el sur destaca el Alto de las Palomas.
Hacia el valle del río Montán destacan el Puntal de la Atalaya y Sta. Bárbara de Pina.
"El valle es de oro amargo,
y el viaje es triste, es largo.
¿Oyes? regaña una guitarra. ¡Calla!"
César Vallejo
Hacia el noroeste encontramos tal vez la panorámica más interesante. Con las cimas que podéis ver en la foto. De izquierda a derecha: Morrón de Campos, los Castillejos, La Redonda, el Cantón, los Molares, Peñacalva y la Copa.
Hacia el noreste, se alza la Copa.
Hacia el este, el Magraile y el Plano.
Hacia el norte, asoma tímida la cima de Penyagolosa.
Vistas del helipuerto, junto a la carretera CV-195.
Fácilmente reconocible, el cementerio de Montanejos, la última morada.
“¡A cuántos triunfos tienes que renunciar, pobre Platero!¡Tu vida es tan sencilla como el camino corto del cementerio viejo! (J.R. Jiménez, “Platero y yo”)
El Morrón de Campos y los Castillejos.
Y ampliamos con el zoom para poder observar mejor la nueva caseta forestal que culmina la cima del Morrón de Campos, moderna y suponemos que bien equipada, al menos en apariencia. En contraste, podemos ver junto a la nueva caseta, en verde, la primera caseta de observación que hubo en la cima.
Y aquí veis la antigua caseta del Morrón de Campos. Como se puede apreciar, el cambio es total.
Desde la cima del castillo también disfrutamos de esta típica imagen de Montanejos.
Y también asoma levemente la Alquería.
No le sirvió este intento de camuflaje a este grillo de arbusto, aunque casi lo consigue. Desde luego, su colorido tan particular se presta al camuflaje.
Pasamos de nuevo antes los restos de la torre principal antes de volver a bajar del castillo por el sendero que nos trajo hasta aquí.
Iniciamos la bajada por el mismo sendero que nos trajo hasta el castillo.
La bajada, ya conocida por acabar de haberla subido, nos invita a la reflexión.
“La profesión de mi ejercicio no consiente ni
permite que yo ande de otra manera. El buen paso, el regalo y el reposo, allá
se inventó para los blandos cortesanos; mas el trabajo, la inquietud y las
armas sólo se inventaron e hicieron para aquellos que el mundo llama caballeros
andantes, de los cuales yo, aunque indigno, soy el menor de todos.”
Apenas doscientos metros de bajada, dejamos el SL-CV 104 para desviarnos por esta senda que sale a nuestra derecha.
El primer tramo transcurre entre pinos.
Luego pasa entre campos de olivos y almendros abandonados.
Nos detenemos unos segundos y echamos la vista hacia arriba y observamos el cerro con los restos de la torre principal y la del flanco sur.
El corto sendero sale a una amplia pista que seguiremos hacia la derecha.
Seguiremos por ella aproximadamente un kilómetro y medio hasta encontrar otro cruce.Y mientras disfrutaremos del paisaje y el silencio que nos rodea. Al fondo, el puntal de la Atalaya (izq.) y el pico Sta. Bárbara de Pina (der.).
Seguimos caminando cómodamente en ligera bajada y disfrutamos de lo que más nos gusta: caminar.
La Rosada y el Morrón al fondo.
Llegamos a este poste que marca la fuente del Chorrico, aunque no la vemos claramente debido a la exuberante vegetación. Esta fuente es una de las que se puede encontrar si seguimos la "Ruta de la fuentes", una de las rutas senderistas que pueden realizarse en Montanejos.
Caminamos cómodamente por la pista y disfrutamos del paisaje que tenemos delante:
Morrón de Campos, los Castillejos, la Redonda, el Cantón.
Algo más lejanas vemos Peñacalva y el Cabezo de las Cruces.
Seguimos bajando bastante cómodos por la pista. Al fondo, el pico de Sta. Bárbara de Pina.
También podemos ver el Puntal de la Atalaya.
O la Rosada, imponente.
Llegamos a otro cruce de pistas, el collado del Canturro, marcado por un nutrido poste direccional, señal de que convergen varias rutas aquí. Seguimos por la derecha, dirección Montanejos.
Deberemos estar atentos cuando lleguemos a la altura de este poste porque dejaremos la pista en este punto por una senda que sale justo enfrente de él, y que nos llevará hasta la fuente del Canturro.
Éste es el inicio del sendero.
El sendero baja buscando el paso entre un bancal y otro hasta la fuente del Canturro, acondicionada hace unos años, pero ahora necesitado de una buena limpieza porque hay tramos que la vegetación ha cerrado casi totalmente. Tiene bastante vegetación que va en aumento a media que nos acercamos a la fuente, llegando incluso a cerrar casi el sendero. Hemos encontrado el sendero mucho más cerrado que en el año 2022.
En algún punto hemos tenido que ir apartando la vegetación tan cerrada.
Hemos recorrido unos trescientos metros desde la pista hasta llegar a la fuente del Canturro.
El agua de la fuente se recoge en esta balsa y se utilizaba para el riego. La fuente fue limpiada cuando se trazó la "ruta de las fuentes".
Está la fuente muda,
y está marchito el huerto.
Hoy sólo quedan lágrimas
para llorar. No hay que llorar, ¡silencio!
Antonio Machado
Junto a la fuente, un panel con la historia y detalles de la fuente.
Frente al Canturro, la imponente Rosada.
Intentamos disfrutar de cualquier detalle por ínfimo que parezca y nos vamos fijando en múltiples cosas.
En este caso nos detenemos a fotografiar esta bonita chinche rayada en esta emotiva escena que nos puede recordar vagamente "La Bella y la Bestia", salvando las distancias evidentemente.
"Pájaro amante, insecto enamorado,
sienten, última vez, ardientes celos;
marchan la golondrina y sus polluelos:
se adorna el bosque de matiz dorado."
Rosario de Acuña
Tras visitar la fuente, el sendero continúa en bajada entre campos abandonados.
El camino que baja de la fuente nos deja en el cauce el río Montán, que en esta ocasión le vemos con tramos con agua porque desde la Dana ha llevado agua.
El rumor del agua corriendo por una acequia nos apartó unos metros del camino para refrescarnos un poco.
"¡Ay del que llega sediento
a ver el agua correr
y dice: La sed que siento
no me la calma el beber!"
Antonio Machado
El camino es muy agradable, aún no aprieta el sol. Además hay tramos donde los pinos nos proporcionan una buena sombra y embellecen el camino.
“Una de las cosas más agradables de la vida: ver cómo se filtra el sol entre las hojas.” (Martín Santomé en “La Tregua”, Mario Benedetti)
Preciosos nogales jalonan este camino rural.
"Miro al pie de los nogales
encima del alto cerro,
el pastor que a breves pasos
va meditando y sonriendo."
Clemente Zenea
También disfrutamos de la frondosidad y frutos de los nogales.
Vemos agua estancada en muchos casos a tramos en le cauce del río Montán.
Y ahora sí que nos encaminamos directamente a Montanejos.
Entramos en Montanejos y callejeamos de nuevo para terminar la sencilla ruta de hoy.
Y volvemos al punto de inicio de esta sencilla ruta: la plaza del España.
Compartiendo la idea del eterno retorno hemos terminado la ruta con el pensamiento de que seguro que la ruta se volverá a repetir nuevamente en un ciclo infinito y espero estar para contároslo.
Pincha en el enlace para ver las fotos de la ruta.
Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".
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