Los ríos han sido siempre fuente de inspiración para todo tipo de artistas: escritores, pintores, poetas, músicos…y no únicamente por su valor para subsistir, sino que en muchos casos, su constante fluir hacia un final inexorable se ha comparado con la vida, una vida que fluye también hacia un final que no podemos eludir. En nuestro camino, como en el de los ríos, nos encontraremos con dificultades y parabienes, con felicidad y dolor, con alegrías y penas, con risas y llantos…De ahí viene muchas veces la metáfora de llamar “río” a nuestras vidas. En esta ocasión, caminaremos paralelos junto a un río, el Palancia. Vida y río paralelos, como si de lo mismo se tratara, como una sola cosa con un mismo destino inexorable que no podemos eludir y al que todos estamos abocados.