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miércoles, 5 de marzo de 2025

FANZARA-SANT JOAN DE PENYAGOLOSA, XXVIII EDICIÓN (1/3/2025)


“El hombre es cuerpo, mente y alma, pero también es todo lo que toca y todo lo que hace. Los sitios que visita el hombre son el hombre mismo. Sus pasos son él, el sendero que recorre también es él. No puedes estar en el Camino sin que el Camino no esté en ti.” (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo). Muchas certezas en este párrafo que podemos aplicar a nuestra subida de Fanzara a Penyagolosa. Para nosotros este camino ya es nosotros mismos, nos identificamos totalmente con él convirtiéndolo en algo nuestro y por eso volvemos una y otra vez.

Este año se ha celebrado la XXVIII edición de la subida de Fanzara a Sant Joan de Penyagolosa. Este año ha sido organizada por la Peña Amigos Fanzara Penyagolosa de reciente creación y colaboran el Ayuntamiento de Fanzara, Autoescuela Mijares y Bar D'Abajo de Fanzara. Es la octava vez que realizamos esta preciosa travesía. No sabemos cuántas más nos quedarán, es por eso que la abordábamos con la misma ilusión, o tal vez más, que las anteriores.

Esta bonita ruta comienza muy pronto. Su largo kilometraje, unos cuarenta kilómetros, hace que la salida sea muy temprana y que el día empiece con un madrugón a las dos y media de la mañana. A las cinco hemos de estar en Fanzara para que los organizadores cuenten el número de personas que acuden y cobren la cuota por participar. Este año las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas y pudimos comprobar in situ que se cumplieron.

Siempre hemos dicho que aunque repitas una ruta, jamás será como las demás. Siempre hay nuevos elementos y matices que la hacen diferente. Es la octava vez que la realizo y os voy a mostrar que esta edición ha sido diferente a la del año pasado, por ejemplo, haciéndola distinta a pesar de ser el mismo recorrido. Lo mismo pasaría si la comparara con las ediciones anteriores. Únicamente haré una comparativa con la del año pasado y ésta. Ambas tienen su encanto a pesar de sus diferencias.

Nos plantamos a las cinco en el Bar D'Abajo donde la organización recauda la cuota de inscripción a los participantes. Si el silencio a esta pronta hora suele ser grande, en esta ocasión la lluvia que caía lo acentuaba. 

En el interior del bar los participantes además de pagar la inscripción cargamos las pilas ante la dura ruta que nos espera y que la lluvia dificultará. ¿Y qué mejor que un "cremaet" para tomar fuerzas?


Antes de iniciar la ruta y después de avituallarnos, nos volvemos a asomar a la calle para ver cómo va el tema de la lluvia: sigue lloviendo.


Fotografiamos también, bajo la lluvia, la moderna escultura con el nombre de la población que vimos por vez primera el año pasado.


Los participantes van llegando poco a poco. Parece que la lluvia echado para atrás a algunos participantes que han preferido quedarse en casa. (foto de Emilio Romero)


Emilio Romero suele hacernos un selfie antes de partir. De izquierda a derecha Rafa Lafuente, servidor y Emilio Romero, autor del selfie que constata nuestra participación en esta edición pasada por agua.


Antes de partir, la foto habitual del grupo de senderistas participantes en la travesía. (foto de Vicente Olucha)


Tras la foto de rigor, el grupo comienza a caminar por las mojadas y silenciosas calles de Fanzara.


A nuestro paso por las callejuelas del pueblo, podemos disfrutar de alguna de las obras del MIAU (Museo Inacabado de Arte Urbano) que tan famoso ha hecho a Fanzara. 


Una lluvia fina nos va mojando mientras recorremos las últimas calles del pueblo. Pero seguimos disfrutando de pequeñas obras de arte en este museo urbano al aire libre.

Una ventana abierta. La lluvia. Y un lejano recuerdo.
Una calle vacía. Nada más que una calle y el viento.

                                         José  Ángel Buesa


En la parte alta del pueblo, en la salida prácticamente, nos topamos con el edificio del lavadero municipal.


Esta obra mural, aunque algo borrosa, nos despide a la salida de Fanzara.


Nada más empezar, la subida es fuerte. En los primeros kilómetros tendremos que aguantar una buena pendiente, que al ser de inicio, nos pondrá a prueba. La altura conseguida en pocos metros nos permite tomar esta foto de "Fanzara la nuit".


Entre la lluvia y la oscuridad fue imposible sacar ninguna foto en los primeros kilómetros. Lo más decente (y no es nada buena) es esta foto en la primera parada de la ruta en la zona del Cabezo Royo aproximadamente a unos siete kilómetros del inicio y apenas rayando el alba.

"Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro cielo no esperes, ni otro infierno."

                 Jorge Luis Borges

"Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra."

Alejandra Pizarnik

La lluvia cesó sobre las ocho y media y nos daría una tregua durante unas horas, mientras seguíamos nuestro camino.


La nubosidad era abundante y nada hacía presagiar que fuera a mejorar el tiempo.
Esta nubosidad nos impidió la visión de cimas que pudimos ver en otras ediciones.


Esta foto de la pasada edición (2024) está tomada aproximadamente en el mismo punto que la anterior. Es plausible la diferencia.


El grupo camina compacto bajo una fina y ligera llovizna que para algunos apena incomoda.


Aproximadamente en el kilómetro diez de la ruta salimos a la carretera de Lucena a Argelita (CV-193) . La seguiremos durante unos tres kilómetros y medio, cuando nos desviaremos a la izquierda después de almorzar en el Juncar.


 En este punto recibimos la agradable visita de Pascual Vicent Albalat, un habitual de esta ruta que por problemas físicos no ha podido realizar en esta ocasión, pero quería saludar a los participantes. (foto de Emilio Romero)


Caminamos por la CV-193 pasando por diferentes masías.
 (foto de Vicente Olucha)


La primera de ellas es el Mas del Moro, en la que podemos comprobar que hay algunas casas rehabilitadas.


Nos llama la atención la cantidad de romeros floridos que aportan belleza y vistosidad en un día tan gris y lluvioso.

"Vámonos al campo por romero,
vámonos, vámonos
por romero y por amor…"

   Juan Ramón Jiménez


La siguiente masía, aproximadamente a un kilómetro del Mas del Moro, es la del Perxano, también en buen estado aparentemente. Deberíamos ver asomar detrás la cima del Penyagolosa, pero en el día de hoy no la veremos.


Preciosos almendros en flor, que anuncian la inminente primavera, pero que desentonan en el invernal ambiente de hoy.

"Almendro de la gracia sorprendida,
regalo de un invierno;
almendro que haces puente esta mañana
entre mi alma y lo eterno."

        Antonio López Baeza


A medio kilómetro del Mas del Perxano se hace siempre un reagrupamiento que sirve además para disfrutar de un espectacular mirador sobre la Muela del Buey Negro. 
(foto de Vicente Olucha)


Aquí veis la imponente Muela del Buey Negro.


Aquí, ampliada la foto con zoom, apreciamos los restos de la muralla del castillo que allí se ubicó, datado en el S. XII y de origen musulmán. Se trata, por su extensión, de uno de los más grandes de la provincia de Castellón y de la Comunidad Valenciana.


Justo frente a la Mola, vemos la no menos imponente Loma Sincabo.


Y en este espectacular punto, se nos ocurrió esta tontería.


Tras disfrutar de las espectaculares vistas sobre la Muela del Buey Negro, seguimos nuestro camino con la suerte de encontrar motivos para seguir disfrutando de él. Aquí tenéis, por ejemplo, este bonito pino de tres brazos junto al camino que nos obliga a detenernos y lo hacemos con gusto.

“Sabe Platero que, al llegar al pino de la Corona, me gusta acercarme a su tronco y acariciárselo, y mirar el cielo a través de su enorme y clara copa…” (“Platero y yo”, J. R. Jiménez)


El año pasado por este tramo ya podíamos ver asomar la mole del Penyagolosa.
Esta edición ni por asomo. El objeto de deseo nos era esquivo y lo sería durante toda la jornada. Una pena. (foto de 2024)


Seguimos por la carretera y nos encontramos con la tercera masía. Se trata del Mas del Barbero. Esta masía está en ruinas.


Cómodo caminar por la carretera que hace que el grupo vaya más o menos compacto.
Aún nos faltarán unos veintiséis kilómetros para Sant Joan.


A los trece kilómetros y medio llegamos al Mas del Juncar. En esta masía se hace siempre la importante parada del almuerzo. Este año más importante si cabe debido a que la lluvia y el frío endurecieron algo más la ruta y era necesario recuperar fuerzas para lo que aún nos quedaba por recorrer.


Esta vez el porche de una de las casas sirvió a la organización para montar a cubierto el dispositivo de avituallamiento que todos agradecemos, sobre todo el café calentito que ayudaba a combatir el frío.


Nosotros también llevábamos provisiones.


En ediciones más benignas climatológicamente hablando, la organización monta la "paraeta" en las inmediaciones de la fuente del Juncar que veis en la foto. Después del almuerzo nos acercamos para hacerle una visita.


El caballo que nos acompaña en la ruta también repone fuerzas y descansa en la hierba junto su perrillo escudero.

"Pasión del movimiento,
la tierra es tu caballo.
Cabálgala. Domínala.
Y brotará en su casco
su piel de vida y muerte,
de sombra y luz, piafando."

          Miguel Hernández


Fuente de San Vicente del Juncar.


Estas son las secas balsas de la fuente. Una pena.


Este panel cerámico junto a la fuente, nos recuerda su nombre.


Paso a paso vamos dejando atrás el Mas del Juncar.


A escasos trescientos metros del Juncar dejamos la carretera para seguir por la Cañada Real de Aragón, que llevamos siguiendo casi todo el camino.


A escasos metros de la carretera encontramos el Mas de Panolla.


Tras pasar el Mas de Panolla se nos abre un amplio horizonte con el que se recrea nuestra vista.
Y eso que seguimos sin ver nuestro objeto de deseo.


¡Mirad el panorama que veíamos el año pasado!
Totalmente diferente al de éste pero ambos, al menos para mí, de igual belleza.




Atisbamos cerca del camino este refugio de piedra en seco.


El camino es amplio. El viento sopla con fuerza y eso hace que la sensación de frío nos haga ir abrigados.


"Me peina el viento los cabellos
como una mano maternal:
abro la puerta del recuerdo
y el pensamiento se me va."

            Pablo Neruda


En este tramo encontramos bastantes masías, corrales o casas de labranza. La mayoría de ellas en estado ruinoso.

Otro ejemplo de corral o casa de labranza en estado de ruinas.


En el camino encontramos diferentes encrucijadas. Debemos elegir la correcta.
“Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca.” (Popol Vuh)


Precisamente, la visión de estas masías me llevó a reflexionar sobre este pasado relativamente reciente y escribí una entrada como sencillo homenaje a este tipo de vida tan austera, dura y sacrificada, prácticamente de supervivencia. Esta casa de la foto fue la portada de la entrada que os comento. Cada vez que realizo esta travesía fotografío esta casa. Esta vez no podía ser diferente.


Esta foto la tomé en 2012, en mi segunda participación en la subida. Por aquel entonces se conservaba en mejor estado que hoy. Pero ya vemos que el tiempo pasa inexorablemente para todos. Si pincháis en el enlace podréis leer el sencillo artículo.



Esta masía quedaba lejos de nuestro camino, pero siempre me llamó la atención. Creo que se trata del Mas de Reduela. Desde la lejanía parece que hay casas en buen estado.


En la zona de la cantera se hace un corto descanso para reagrupar a la gente y se aprovecha para hacer una foto de grupo.


El pasado año, desde aquí, teníamos esta espectacular vista del gegant de pedra.
Las nubes nos lo han impedido ver en esta ocasión.


Dejamos el amplio camino y seguimos una estrecha senda que nos hace caminar en fila de uno.
(foto de Emilio Romero)


Descendemos por la senda para volver a un ancho camino.
Siempre, los paisajes abiertos me sugieren versos o fragmentos de descripciones de libros de viajes, de lugares, etc. Por ejemplo, éste. (foto de Emilio Romero)

"Esté el horizonte triste;
¿el paisaje ya no existe?;
un día rosa persiste
en el pálido poniente...
Llueve, llueve dulcemente."

       Juan Ramón Jiménez


Foto de 2024 desde el mismo lugar.


Abordamos ahora un tramo cómodo de caminar y con el amenazante cielo sobre nuestras cabezas.


Un poco más adelante pasamos por la fuente de la Penella.

"La rosa:
tu desnudez hecha gracia.
La fuente:
tu desnudez hecha agua.
La estrella:
tu desnudez hecha alma."

       Juan Ramón Jiménez


Seguimos caminando bajo un cielo encapotado pero que con la tregua nos da un pequeño alivio.


Llegamos al puerto del Revolcador.
En este punto a nuestra izquierda se encuentra el término del Castillo de Villamalefa. A la derecha, el de Llucena.


Aquí siempre se hace una pequeña parada de reagrupamiento antes de seguir.
Desde aquí deberíamos tener otra vista del Penyagolosa, pero seguíamos sin verla.


Enseguida cruzamos la CV-190.


Seguimos por un pedregoso, incómodo y estrecho sendero que nos obliga a ir en fila india.


Desde el sendero, divisamos vagamente el perfil de nuestro querido Morrón de Campos, que tantas veces hemos visitado. Visto entre las nubes es prácticamente irreconocible.


¡Pero mirad el año pasado si se veía bien!
Esta visto que el aspecto del cielo y de la atmósfera lo cambia todo.


Salimos una vez más a la cañada Real de Aragón. Ahora el caminar vuelve a ser más cómodo después de la incomodidad del sendero que acabábamos de dejar.


Otra bonita montaña que no hemos visitado y eso que nos encanta su aspecto. Se trata de El Tis, en Villahermosa del Río.


Y llegamos a otra gran masía en abandono. Se trata del Mas Quemado, en otro tiempo importante punto en la cañada Real de Aragón. Hoy en día relegado al ostracismo y la ruina.


Tratamos de imaginar esos tiempos pretéritos en los que esta gran masía tuvo vida y vivió su esplendor. Estas masías abandonadas y en ruinas son la clara muestra de que nada es eterno. Todo pasa y todo queda que dijo el poeta.


Y el pasado, pasado es y allí queda. Pero nosotros somos presente y hemos de continuar nuestra marcha.
Desde aquí deberíamos ver al coloso. Pero unas densas nubes nos lo impiden.


Una vez más apreciamos qué diferencia hay del año pasado al presente. 
Siendo la misma ruta, ya veis que es bien distinta. Nunca te bañas dos veces en el mismo río.


Otra parada esperada y de cierta duración es la del Mas del Campo, que vemos en la foto.


Aquí vemos al grueso del grupo recargando pilas. Llevamos unos veinticuatro kilómetros y aún nos quedan otros dieciséis.


Mientras descansábamos veíamos unas desafiantes nubes que amenazaban con dejar caer su gran cargamento de agua.

"Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego encienden las sangrientas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!"

        Gustavo Adolfo Bécquer


Tras el descanso, retomamos el camino. El viento sopla con cierta virulencia y además es frío, lo que nos hace ir abrigados.


Pasamos junto al Mas del Campo.


Era del Mas del Campo.


Del Mas del Campo nace una bonita senda. 


Con buen tiempo la perspectiva cambia. Pero nuestro espíritu sigue siendo el mismo.
Foto de 2024.


La senda obliga también a la marcha en fila india.


Pasamos por un corto tramo de bosque.

"Con las manos juntas,
en la tarde clara,
vámonos al bosque
de la sien de plata."

Jaime Torres Bodet


El estrecho sendero vuelve a salir a una amplia pista que va a ir subiendo en altura de manera gradual.


Vemos asomar por encima de una loma el perfil del Tis, que ya hemos estado viendo en un tramo de la ruta.

El tramo de pista por el que vamos (Camino Real de Aragón) ofrece bellas perspectivas del Penyagolosa, pero en esta ocasión tendremos que prescindir de ellas.
Foto de 2024 realizada en este tramo de pista.


Casi la totalidad del grupo nos ha adelantado. No tenemos prisa. Caminar por estos parajes es algo muy especial que nos gusta disfrutar pausadamente.


Dejamos la pista para seguir por la izquierda una senda.


Este sendero también nos ofrece vistas de este paisaje tan especial, tan agreste, tan solitario...
El Tis al fondo difuminado por las nubes.


En condiciones normales tendríamos esta vista de Penyagolosa desde esta senda.
Foto de 2024.


La senda tiene un tramo muy vistoso. Hace una curva pronunciada para salvar el barranco de Juanela y desde esta parte del sendero vemos enfrente el tramo por el que debemos ir al hacer el giro. También pensamos en la subida que nos espera.


El sendero nos lleva hasta la balsa de casa Ximo, Ahora está vallada. en otro tiempo la aprovechábamos para relajar los pies en el agua fría que contenía. Ahora es una balsa contra incendios de la Consellería.


La balsa de Ximo en 2015 que servía de bálsamo para nuestro pies. Hoy las cosas han cambiado.


En la actualidad se hace la parada a escasos metros de la balsa, concretamente en el Refugio Mas de Agustina. Antes de partir vuelve a llover.


Tras un corto descanso, retomamos la marcha pertrechándonos de chubasqueros y paraguas.


Las aliagas presentan también un bonito aspecto con sus bonitas flores amarillas. Hasta los pinchos pueden llegar a tener su encanto, ¿verdad?


Lluvia fina y nubes, compañeros de este viaje, nos impiden ver la montaña por excelencia de la Comunidad Valenciana. (foto de Emilio Romero)


El grupo, con la subida, se ha disgregado.


También nos entretenemos con este estilizado abeto. ¿Lo adornarán por Navidad?

"Tú querías que yo te dijera
el secreto de la primavera.
Y yo soy para el secreto
lo mismo que es el abeto.
Árbol cuyos mil deditos
señalan mil caminitos."

Federico García Lorca


Dejamos definitivamente la pista para seguir por la senda que nace a la izquierda.


Enfilamos el barranco del Collado o de la Abuela como se oye entre los senderistas participantes.
Recuerdo este tramo de otras ocasiones como el más pesado de la ruta. Tal vez sea por los kilómetros que llevas en las piernas ( aproximadamente treinta kilómetros) y porque es en subida hasta llegar a la masía del Collado.

"Va a llover... Lo ha dicho al césped
el canto fresco del río;
el viento lo ha dicho al bosque
y el bosque al viento y al río."

     Jaime Torres Bodet


En el barranco de la abuela toca concentrarnos y tomarlo con calma para que las piernas no nos fallen. Esta concentración nos lleva a dejar volar nuestros pensamientos.

“Viajamos de no sabemos dónde para llegar a esta vida, y viajaremos a no sabemos dónde cuando la dejemos. El último viaje lo tenemos asegurado, de la misma manera que tenemos asegurado el viaje que estamos realizando, queramos o no, por el sendero de esta vida.” (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)


El barranco es bonito, pero se hace algo duro por el kilometraje que llevamos o por tramos con piedras sueltas que dificultan caminar y por supuesto porque vamos subiendo.


Dejamos el barranco antes de llegar a su cabecera y subimos hacia la derecha. La subida la hacemos parsimoniosa y con pasitos cortos y lentos. La veteranía nos dice que de esa manera se sube sin sobresaltos ni contracturas.


Alcanzamos ya los últimos metros, tal vez los más duros de este tramo del barranco. La subida se nos hace eterna. ¿Aún tenemos que subir hasta allí?


Alcanzamos el plano en el que se enclava la masía del Collado.
Esta reliquia de coche sigue intacta desde que hice la ruta por primera vez.
Ciertamente, el metal tarda muchísimo en desintegrarse. Aquí está la prueba.

A partir de aquí entramos en el  Parque Natural del Penyagolosa.


Parte del grupo se quedó aquí para resguardarse mejor del viento frío que soplaba.
La mayoría subimos unos metros más arriba para estar cerca de la zona de avituallamiento. Hemos de reponer fuerzas, aunque sólo nos quedan poco más de siete kilómetros, aunque se hacen eternos.
Es cierto que aquí el viento helado se hacía sentir más. De hecho, nos quedamos helados.


Aquí nos quedamos a comer. Esta foto da fe de que resistimos el frío que nos heló, aunque en la fotografía no se perciba. (foto de Emilio Romero)

Hasta aquí el grupo permaneció más o menos compacto. Pero a partir de la comida el grupo se disgregó totalmente y cada grupúsculo fue a la suya. El frío apretaba y el cansancio acumulado hacía que todos desearan finalizar lo antes posible.


Enfilamos desde aquí el último tramo hasta Sant Joan. Podemos hacerlo por pista, o siguiendo el PR que alterna tramos de la pista y tramos de senda. En nuestro caso, en esta ocasión, elegimos la primera opción más adecuada a nuestro estado físico y a la mala climatología. Hemos combinado ambas opciones en otras ediciones.


Ascendemos por la pista y echamos un vistazo a la zona de la masía del Collado donde comimos y vemos como una densa niebla la cubre en cuestión de segundos.


¡Mirad segundos después cómo la niebla lo ha cubierto todo!

"Hermano,
bajo la niebla de la tarde triste,
desnuda vuestra alma;
que el corazón es viejo y sabio.
Y el corazón existe."

            Liber Falco

Este primer tramo de pista tiene mucho desnivel y hay que esforzarse para subirla, pero nos viene bien el esfuerzo para entrar en calor.

Con otras condiciones atmosféricas, veríamos también desde aquí la localidad de Xodos. Pero era imposible con esta niebla.


Xodos en condiciones normales. (foto de 2024)


Nos detuvimos ante este bonito pino de tres troncos. Presentaba un aspecto triste que le confería el frío, la lluvia y la niebla que le rodeaba.


El año pasado también nos detuvimos ante el mismo pino. Pero es evidente que su aspecto era mucho más alegre. (foto de 2024)


Vamos a la cola del grupo. La niebla apenas nos deja percibir los que van delante de nosotros.
(foto de Emilio Romero)


Por fin, llegamos a la Banyadera. En las primeras ediciones a las que acudí, desde aquí opcionalmente se subía hasta el Penyagolosa. Yo lo hice en varias ocasiones. Desde que no existe la posibilidad de pernoctar en Sant Joan no se puede subir porque hemos de coger el autobús que nos baja a Fanzara.

Desde la Banyadera se puede ver también el Penyagolosa, pero hoy era imposible.

Desde la Banyadera cogemos la preciosa senda que baja hasta Sant Joan por el barranco de la Pegunta.


Es cierto que el barranco de la Pegunta es una maravilla. Pero también es cierto que gran parte del sendero es incómodo por la cantidad de piedra suelta que hace muy pesado caminar y más de bajada. A ello hay que añadir que el suelo estaba mojado de la lluvia y tanto las piedras como las raíces resbalaban y había que ir con mucho cuidado.


"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."

                                Pablo Neruda


ç
Paneles más grandes como el de la fotografía informa de actividades que se realizaban con materiales del bosque. Por ejemplo, una actividad que se realizaba con la resina de los pinos para obtener colas y pegamentos. De aquí lo de barranco de la "Pegunta". Como vemos, a algunos les falta una renovación.

A lo largo de todo el sendero encontramos paneles como el de la foto que nos informan de la flora específica del barranco. Es como pasear por un jardín botánico.


En esta ocasión no nos hemos acercado hasta la fuente de la Pegunta, la font Nova. Pero le hicimos una foto desde la distancia.


El agua de la font Nova forma un reatillo que embellece el paisaje.

"Camino blanco, viejo camino,
desigual, pedregoso y estrecho,
donde el eco apacible resuena
del arroyo que pasa  bullendo…"

Rosalía de Castro


La magia, el silencio, el embrujo...se respira por todos los rincones de este bello bosque que puebla el barranco de la Pegunta. No los vemos, pero los intuimos. Seguro que gnomos, hadas, elfos, ninfas...nos miran expectantes y vigilan nuestro paso por su bosque. Pero saben de sobra que no constituimos ningún peligro para ellos.


El barranco de la Pegunta nos inspira y nos trae a la memoria algún que otro poema.

"Lágrimas es la lluvia desde el cielo,
y es el viento sollozo sin partida,
pesar, la sombra sin ningún consuelo,
y lluvia y viento y sombra hacen la vida."

                       Miguel de Unamuno


Ya casi al final, cruzamos este puente de madera sobre el seco barranco de la Pegunta.


Al inicio del recorrido por el barranco este panel informativo nos da razón de la flora y fauna que habita en este paraíso.


Ya sólo nos quedan unos metros por pista hasta alcanzar el ermitorio de Sant Joan.


Por fin, tras unas once horas y cuarto y poco más de treinta y nueve kilómetros, alcanzamos la meta. Llegamos a Sant Joan de Penyagolosa. Este es nuestro trofeo, haber sido capaces por nuestros medios y nuestro esfuerzo, de conseguir esta pequeña hazaña. (foto de Emilio Romero)

Aquí termina esta crónica de una nueva edición de esta fabulosa subida de Fanzara a Penyagolosa con la que nos sentimos tan identificados que ya es algo nuestro como dije al principio y que seguiremos repitiendo mientras podamos. Dejamos también constancia de que aún siendo el mismo recorrido cada subida es diferente a las anteriores y se disfruta lo mismo.

Agradecer el trabajo y el esfuerzo de organizadores y colaboradores para la realización de esta extraordinaria marcha senderista tan arraigada.

Pincha en el enlace para ver las fotos de la ruta.

Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".


La ruta en el mapa


La ruta en Wikiloc

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Película

2 comentarios:

  1. Estupenda crónica, Emilio; Gracias por participar en la travesía, y poder divulgar lo que es espíritu de la marcha, que año tras año, hace que la preparemos con mas ilusión si cabe
    Como comentas, cada año es diferente, desde el aspecto climatológico como este año, o la incorporación de senderistas que lo hacen por primera vez
    Siempre es gratificante, poder disfrutar de la travesía, desde un pueblo como Fanzara a nuestro gran macizo con es el Penyagolosa
    Saludos Emilio, y Buen Camino 🚶‍♂️

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    1. ¡Hola, Vicente! Gracias a vosotros por organizar la subida que tanto nos gusta repetir y que tanto disfrutamos año tras año. Seguid así que nosotros intentaremos repetir si nuestras fuerzas lo permiten. Lo que nos haría ilusión es poder quedarnos en el ermitorio a dormir. Esperemos que la restauración esté concluída el año que viene.
      Un abrazo.

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