Tras unas semanas sin poder salir a la montaña, aprovechamos que ya estamos en Montanejos para volver a disfrutar de la naturaleza. Hemos ido varias veces desde la Puebla de Arenoso a Olba o al revés por el PR-VT 126. Hace un tiempo vi en el blog de Jesús (Anda con Tiocanya) una preciosa circular que unía estas dos poblaciones. Este ha sido el momento de poder realizarla, aunque en mi caso, con dos pequeñas variaciones: obviamos la bajada a la masía del barranco del Lobo y no accedimos a la población de Olba. Aún así, la ruta vale mucho la pena.
Se trata de una entretenida y bonita ruta circular que pasa por diferentes masías abandonadas, pasa junto a dos sencillas ermitas, nos sube al morrón de Olba y nos devuelve a la Puebla de Arenoso por el PR-CV 126.
Madrugamos bastante para que el calor no nos coja, aunque hemos de decir que gran parte del recorrido transcurre por dentro de preciosas pinadas que nos protegen del agobiante sol de julio.
Nos acercamos hasta la fuente de la Salud, a la salida de la Puebla de Arenoso, dirección a Olba. Desde aquí iniciaremos la ruta.
Nos acercamos hasta la fuente de la Salud, a la salida de la Puebla de Arenoso, dirección a Olba. Desde aquí iniciaremos la ruta.
En el paraje de la fuente encontramos este peirón o humilladero, típico en esta zona en los caminos. Éste se encontraba situado junto al puente colgante que cruzaba el Mijares y fue traído aquí para preservarlo de las aguas del pantano que iba a ser construído.
Aunque un cartel nos informa de la no aptitud del agua para el consumo humano, hemos bebido en muchísimas ocasiones de esta fuente de fresca agua y nunca tuvimos ningún problema. De hecho, echamos un buen trago antes de iniciar la ruta. Y, por supuesto y con más razón, a la vuelta.
Nos hacemos una foto de grupo mi soledad y yo junto al peirón y nos encomendamos a él para que nuestro viaje tenga un final feliz.
Salimos por el puente que cruza el barranco de los Caños.
Aparece por primera vez en la ruta el segundo de mis acompañantes: mi sombra.
Fuera, la luna platea
cúpulas, torres, tejados;
dentro, mi sombra pasea
por los muros encalados.
Con esta luna parece
que hasta la sombra envejece.
cúpulas, torres, tejados;
dentro, mi sombra pasea
por los muros encalados.
Con esta luna parece
que hasta la sombra envejece.
(Fragmento del poema de Antonio Machado "La luz, la sombra y el bufón")
Unos centenares de metros después, junto a la carretera, encontramos estos postes de señalización que seguiremos a partir de ahora.
El camino en ascenso nos va a llevar a la fuente del Almajal.
Al ir subiendo, empezaremos a tener bonitas vistas, si nos volvemos, de la Puebla y el bello entorno en el que se encuentra, con la cola del embalse de Arenoso y la Cruz del Viso de telón de fondo.
Su rumor y su presencia es constante y su efecto en el paisaje evidente: una exuberante vegetación nos rodea.
Fuente del Almajal.
Junto a la fuente, por la parte trasera, seguimos por esta estrecha senda en ascenso donde la vegetación sigue siendo la protagonista.
La gran variedad de flora también tiene reflejo en la variedad de flores que encontramos en el recorrido. Nos paramos siempre a contemplar y disfrutar de la bella sencillez de las flores.
Cuando camino solo y veo florecillas silvestres solitarias, me siento identificado con ellas. Imagino cómo se sentirán en su soledad y aislamiento y pienso que, como me pasa a mí, esa soledad les hace vivir de manera especial y diferente todo lo que les rodea.
Este chinche verde (Nezara viridula) es un ejemplo de lo que digo. Algún tipo de atracción sentirá hacia esa planta que le hace permanecer en ella.
Encontramos restos del antiguo empedrado que nos indican que era un camino transitado. En este caso, era el camino que subía a la masía del Chorrico.
Estaba adentrándome en un espacio que si bien en otro tiempo perteneció al hombre, ahora, tras la despoblación de la masía, ha pasado a pertenecer a las cabras que pueblan el lugar. Este bello ejemplar que me miraba, me lo recordaba. Le transmití mentalmente que no se preocupara, que mi intención no era invadir su espacio, ni molestar.
La subida a la masía del Chorrico es muy bonita y bien trazada para suavizar la pendiente. En la foto apreciamos las zetas que hace el camino en la subida.
Nos gusta disfrutar del paisaje. Nos gusta empaparnos de naturaleza y llevarnos con nosotros toda la belleza, tranquilidad y serenidad que la altura nos permite percibir.
Comprobad lo que os digo observando esta bella imagen de la Puebla en un enclave privilegiado y maravilloso.¿No disfrutáis contemplando este paisaje? ¿Qué pensamientos os sugiere? Vale la pena el esfuerzo físico que nos supone subir a las montañas para poder disfrutar de vistas así.
Pocos metros antes de acceder a la masía, un cable para el ganado nos cortaba el paso. Lo abrimos, pasamos y los volvimos a cerrar. No encontramos ninguna vaca en el recorrido, aunque pensamos que tal vez pudiera haber habido.
Y éste era el aspecto en el año 2013.
Seguimos y nos acercamos a la fuente de la aldea, de la que aún mana agua.
En este camino nos encontramos con esta casa que es la mejor conservada de todas.
Pero enseguida la dejamos para coger este sendero por la derecha.
Para enseguida dejarla y seguir por este sendero junto al cartel metálico que nos avisa de la proximidad de abejas, por lo que caminaremos con precaución.
Pasamos junto a un bebedero para animales.
Y salimos a esta pista que hemos de seguir a la izquierda. Pero antes de hacerlo, nos salimos y nos acercamos al borde para disfrutar de las vistas, ya que nos encontramos a buena altura (850 m aproximadamente). Y esto es lo que vemos...
Fuentes de Rubielos.
Volvemos a la pista y seguimos por el amplio camino y siempre rodeados por pinos y un acogedor silencio que nos acompaña, solo roto por el chirriante canto de alguna chicharra de vez en cuando.
¡Qué contraste ente la sencillez de esta ermita rural y la grandiosidad de cualquier catedral!
Esto me lleva a pensar que en la vida, a veces utilizamos o deseamos cosas costosas, enormes... cuando podemos usar otras más sencillas y económicas que nos van a servir para lo mismo ¿no?
Nos asomamos por la ventana de la portezuela de la ermita y obtuvimos esta foto de su ornamentado interior. Su sencillez, de todas formas, está a la vista.
Dejamos atrás la ermita.
Como digo siempre, caminar es más que el simple hecho de mover las piernas. Cuando caminamos por la montaña, nos gusta disfrutar de todo lo que encontramos a nuestro paso y ser conscientes de todo lo que vemos, oímos, olemos, tocamos, sentimos...Por ello, esta simple flor de cardo nos entretiene y no pasamos de largo ante ella. También tiene su encanto.
De nuevo asoma mi sombra. A veces va delante, otras viene detrás o a los lados. Pero a veces no la veo y me pregunto a dónde habrá ido, si me habrá abandonado o si lo hará algún día.
El sendero por el que venimos de la ermita desemboca en este camino ancho que seguimos por la izquierda.
Otra particularidad agradable durante todo el camino fue la presencia de numerosas mariposas que revoloteaban a mi alrededor, escrutando curiosamente qué tipo de ser sería. Parafraseando la conocida película de Kevin Costner, podría haber titulado esta entrada "Bailando con mariposas".
Os muestro algunos ejemplos.
Una verdadera maravilla poder disfrutar de la belleza, ligereza y volatilidad de las mariposas.
Continuamos desde el Cerrito por un precioso bosque, donde el silencio nos sigue acompañando.
Cualquier cosa nos llama la atención y nos entretiene.
Es un gozo caminar por sendas así, donde la soledad y el silencio son las mejores compañeras de viaje.
Ahora empezaremos a disfrutar de las vistas.
Olba.
Las peñas de Santa María sobre el barranco del río Rubielos.
Rubielos de Mora.
Aprovechamos esta estupenda atalaya para pegar un bocado y reponer fuerzas. No se paga con dinero almorzar en lugares así.
Tras almorzar, retomamos el camino. Volvemos un tramo por la pista por la que subimos pero unos centenares de metros más abajo, nos desviaremos a la derecha para bajar dirección a Olba.
Enseguida llegamos al puente de Carlos IV. Aquí vemos el Mijares a su paso bajo este sólido puente que fue reconstruido después de la guerra civil porque fue volado. En esta restauración perdió dos de sus ojos.
El puente nos da acceso a la población de Olba, pero dado que ya hemos estado allí, obviamos la visita y seguiremos nuestro camino.
Y seguimos por la derecha para regresar a la Puebla de Arenoso, haciéndolo por el PR-VT 126 cuyas palas vemos en este poste de la luz.
Esta llamativa bignonia nos recibe a la entrada del caserío. Como sucede con las florecillas silvestres, con ella también nos entretenemos unos instantes.
El sendero atraviesa otro de los numerosos barrios de Olba, los Moyas.
Junto al sendero encontramos el paraje del Mirador al Mijares. Desde aquí tenemos una buena visa de Olba, aunque la primera vez que estuve aquí la visión era mucho mejor que ahora porque la vegetación ha crecido mucho.
Me emociona que este pequeño saltamontes se haya posado en mi mano. Me produce una gran sensación de felicidad al ver que no tiene miedo y sabe que lo voy a tratar muy bien y me deja fotografiarle.
Sigo bailando con mariposas: ligeras, delicadas, silenciosas, sencillas, juguetonas, inquietas, bellas...
Seguimos nuestro camino paralelos al viajero Mijares en su camino al cercano Mediterráneo. No lo podemos ver nada más que a través del ramaje y la vegetación, pero sentimos su rumor constante que nos acompaña en este bonito tramo.
El sendero pasa también por encima del enclave del pozo de Las Palomas y continúa hacia la aldea de Los Cantos. En la foto, la Monzona, última población de la provincia de Castellón antes de entrar en la vecina Teruel.
De frente ya vemos el Viso con su perfil particular.
Este sistema de producción de electricidad se reproduce a lo largo de todo el cauce del Mijares.
Entramos en Los Cantos y encontramos esta pala direccional en el suelo. Como decimos siempre, el mantenimiento de los senderos es tan importante como su creación.
Los restos de fósiles que vemos en el suelo así lo atestiguan.
Seguimos agradecidos a la sombra que nos proporcionan los pinos que además hacen que el sendero sea más encantador.
Pasamos junto a otro corral en ruinas. Todas estas ruinas que vamos encontrándonos en el recorrido nos hacen tomar consciencia de lo poblado y humanizado que estuvo la zona en épocas pasadas. Una pena que la despoblación haya dejado gran parte del valle del Mijares bastante despoblado.
Ahora sí que ya estamos cerca. La vista es preciosa. Vale la pena detenernos unos instantes para disfrutar de ella.
Antes, a la salida de los Cantos hay otro igual.
Antes de llegar de nuevo a la fuente del Almajal nos encontramos con el tramo más conflictivo del recorrido. Es un tramo corto pero algo caótico por los desprendimientos, el desnivel y la vegetaciòn que dificulta el paso. Estaremos atentos a las señales poco visibles e iremos con cuidado, incluso poniendo el culo en tierra, para evitar una caída. Este tramo requiere de una actuación para que sea menos complicado.
Salvado este escollo, volvemos a la normalidad y retornamos a la fuente del Almajal donde ya estuvimos a la mañana. Aprovechamos para beber y refrescarnos. El tramo que nos queda ya lo hicimos antes.
Recorremos los últimos metros disfrutando del paisaje aprovechando que aún estamos a una buena altura que nos permite ver el Mijares desde arriba.
Salimos de nuevo a la CV-20 y la seguimos dirección a la Puebla.
Aprovechamos, como os dije al principio de esta entrada, para refrescarnos con la buenísima agua de esta fuente, a pesar del cartel. Y así damos por terminada esta preciosa, interesante y recomendable ruta en el Alto Mijares. Ha valido la pena.
Pero nosotros, a pesar del agua que hemos bebido, seguíamos teniendo sed. Para quitarla nada mejor que una cervecilla fría en el Bar la Puebla.
Excelente manera de terminar una ruta.
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Hola Emilio!
ResponderEliminarMenudo rutón te ha salido.... Por lo que he visto con bastantes tramos de sombra, una buena alternativa para estas fechas.
Un saludo.
¡Hola, José Vicente! Magnífica ruta, con mucha sombra y mucho silencio y soledad. La recomiendo.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarDe vez en cuando se agradece disfrutar de la naturaleza en soledad, bueno uno con su sombra :). Veo que dentro de lo que es la Comunidad Valenciana (metereológicamente hablando), es una zona con mucho bosque, lo que es perfecto para caminar en verano, eso si, madrugando, porque si hace calor por mucho bosque que halla, tarde o temprano se acaba notando.
En cuanto a la comparativa entre la ermita y la catedral, llevado al senderismo, pues antes se utilizaba un simple mapa y ahora llevamos gps, mejor, peor ... bueno no creo que pase nada por llevar cosas más "caras" o "menos necesarias", lo importante es que esto sea algo puntual y no nos obsesionemos en tener siempre todo, lo mejor, porque al final acaba siendo una obsesión, comprar todo lo que sale en la tele o tiene el vecino, solo por el hecho de tenerlo.
Bueno, que en enrollo, jeje. Salud y montaña!
¡Hola, Eduardo! Esta zona del Alto MIjares tiene muchos bosques ya que es una zona muy agreste. Casi todas las rutas que podemos hacer transcurren por bonitos y solitarios bosques. Se disfrutan mucho. En cuanto a la comparación únicamente quería dejar constancia de que,con lo sencillo podemos alcanzar los mismos objetivos que con medios más sofisticados.
EliminarUn saludo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarCon semejantes y tan variados ingredientes, otra ruta que me apunto, para cuando amainen estos calores por supuesto, pues esa zona del Alto Mijares que limita con Teruel es toda una desconocida para mi.
Otro gran y completo reportaje, con la ruta muy bien explicada, con tus habituales reflexiones y cargada de pequeños grandes detalles, como esas macros a mariposas, bichillos y flores. Siempre es un gusto leerte, pero es que últimamente estás que te sales.
El otro día vi una ingeniosa camiseta en la que la sombra de Lucky Luke al fin le hacía morder el polvo, así que ojito con la sombra...jejeje
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Ya conoces el Alto Mijares, un lugar por descubrir. Siempre encuentras nuevos rincones, nuevos lugares, nuevas rutas que nos llenan senderísticamente hablando. Comarca muy recomendable. Gracias por tus amables palabras en lo referente a mi entrada. Intento adornar un poco la ruta para hacerla más literaria. Tal vez, para algunos, resulte algo cargante, pero yo soy así. Tendré cuidado con mi sombra, gracias por el consejo.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio,
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta ruta circular, ya que como todas tus rutas aprovecha varios senderos archiconocidos para descubrir entornos preciosos, auque me la apunto más para hacerla de cara a primavera-otocho, que con estos calores, auqneu haya sombra, no hay quien camine por el monte a según que horas.
A ver si cuando nos volvemos a ver hacemos alguna rutilla de este estilo, que el otro día la ruta que realizamos me supo a poco... jejeje
Un abrazo.
¡Hola, David! Como cuando vengas a Montanejos estarás cerquita de aquí, ya sabes, te acercas y la haces que ya te digo que vale la pena.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarBueno,veo que tienes muchas y buenas entradas en tu magnífico blog,tendré que ponerme al día...jejeje.
De entrada,ya te digo que esta me la apunto como muy próxima y más ahora que ya han pasado casi los calores estivales,aunque te comente que la del Palmeral de Pedralba sería inicio de curso y de momento tendrá que esperar...jejeje.
Un recorrido precioso en cuanto a vistas,sendero y también sombra.Recuerdo haber visto la crónica de Trotasendes Benicalap desde Olba,que creo que es similar y que ya me pareció genial,con el aliciente de cervecita a mitad de ruta,que en su caso fue en La Puebla de Arenoso y en tu caso con gran final desde esa terraza.
Sin duda ruat "pa la saca".
Un abrazo.
¡Hola, Juane! Ciertamente, te la recomiendo encarecidamente. Y te digo que cuando la hagas, me avises por si os puedo acompañar. Estaría encantado de hacerlo.
EliminarUn abrazo.