CAMINO LEBANIEGO CASTELLANO, 8ª ETAPA: CERVERA DE PISUERGA - SAN SALVADOR DE CANTAMUDA (23/9/2025)
Todos los viajes nos dan algo. Todos los viajes nos transforman un poco. Respiramos otros aires y de ellos extraemos, aun sin darnos cuenta, el perfume del sentir de otras gentes ajenas a nuestra realidad.(“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)
“El Camino Lebaniego Castellano es una antigua ruta de peregrinación bastante desconocida aunque tenga una tradición de más de cinco siglos. Al igual que el Camino Lebaniego que parte de San Vicente de la Barquera ambos tienen en común su meta en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde se venera el fragmento de mayor tamaño del “Lignum Crucis” que se conserva en la cristiandad. Este Camino Lebaniego Castellano cruza toda la provincia de Palencia de sur a norte transcurriendo en sus primeras etapas paralelo al Canal de Castilla en su ramal norte y posteriormente recorriendo gran variedad de paisajes hasta llegar a tierras cántabras ya en sus dos últimas etapas, finalizando en el ya citado Monasterio de Santo Toribio de Liébana. El Camino Lebaniego Castellano se puede dividir en once etapas que cubren un total de 226 km aproximadamente. Hemos de decir que, desgraciadamente, los servicios de albergues, hospedajes y restauración no son suficientes y necesitarían de un impulso por parte de la Diputación Palentina que hiciese de este bonito camino un recorrido más practicable y llevadero a los “crucenos”, que es el nombre que reciben los peregrinos que realizan este camino medieval.”
Nuestras etapas del Camino Lebaniego Castellano coinciden básicamente con el recorrido oficial, aunque pueden presentar alguna variación en función del lugar en el que pernoctaremos o comeremos, o de evitar tramos engorrosos, peligrosos o innecesarios. En general, el camino está bien señalizado y podemos seguirlo sin track, aunque es conveniente ser conocedor de alguna variante que nos puede interesar.
Afrontamos en esta octava etapa una de las rutas más bellas de este camino. Es una etapa ya con algo de desnivel y con alguna subida que nos hará sacar lo mejor de nosotros mismos. En compensación caminaremos por preciosos bosques de robles y hayas y transitaremos por valles solitarios donde disfrutaremos de naturaleza y montaña. Desde Cervera hasta Estalaya compartiremos recorrido con el GR 1 y con la "Ruta del Oso" (PRC-P5).
DATOS GLOBALES TOTALES DEL CAMINO LEBANIEGO CASTELLANO
- 225,810 km en once etapas. - 2796 m de desnivel positivo. - 3039 m de desnivel negativo. - 51 h 38 min tiempo en movimiento. - 62 h 49 min tiempo total.
DATOS DE LA OCTAVA ETAPA
- 18,62 km. - 415 m de desnivel positivo. - 310 m de desnivel negativo. - 4 h 19 min tiempo en movimiento. - 5 h 12 min tiempo total.
Madrugamos como suele ser habitual y desayunamos de manera frugal. Salimos poco antes de las ocho. Nos esperan algo más de dieciocho kilómetros en una etapa con alguna que otra cuesta que nos hará sacar los colores, pero preciosa.
Comenzamos a caminar cuando el silencio aún reina en la población y
la oscuridad se opone a dejar paso a la luz del día.
Salimos de Cervera de Pisuerga siguiendo la misma calle del albergue, la carretera CL-626 hacia el norte de la ciudad. El silencio reinante se aprecia hasta en la fotografía.
"y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio."
Andrés Eloy Blanco
Pasamos por debajo del mirador de la iglesia de Santa María del Castillo.
Y salimos de Cervera llegando al Puente de San Roque, que salva las aguas del Pisuerga.
Si en las primeras cinco etapas el Canal de Castilla fue protagonista, en las siguientes el Pisuerga ha adquirido total protagonismo.
Pero nosotros no cruzamos el río, seguimos de frente y alcanzamos la entrada al Parque La Bárcena. Es un amplio parque en el que poder pasear y pasar un buen rato. Nosotros seguimos nuestro camino.
Junto al camino, un castaño nos muestra sus frutos aún encapsulados.
No tardarán en caer maduros.
Encontramos este panel que nos informa de las cuatro últimas etapas que nos quedan y que transcurren por esta comarca.
Desde el punto de información iniciamos un bonito paseo entre robles paralelo al Pisuerga.
Una bonita senda junto al río. Encontramos varias salidas de la senda para tener alternativa en caso de crecida del río. Están señaladas.
Es un maravilla caminar junto al cauce de los ríos.
“Los ríos
profundos corren en silencio, los arroyos son ruidosos.” (Proverbio hindú)
El rumos del agua del río ...nuestros pensamientos y reflexiones.
“Estoy vivo. Mientras estoy comiendo, no hago
nada más que comer. Si estuviera caminando, me limitaría a caminar. Si tengo
que luchar, será un día tan bueno para morir como cualquier otro.” (camellero
en "El Alquimista", Claudio Coelho)
A poco más de tres kilómetros de haber comenzado a andar llegamos casi sin darnos cuenta a Arbejal, al que accedemos cruzando un puente sobre el Pisuerga.
El Pisuerga a su paso por Arbejal.
Nos hemos dado cuenta de que además de por Valladolid, el Pisuerga pasa por mucho sitios.
Este panel en la entrada de Arbejal nos recuerda que desde Cervera nuestro camino comparte recorrido con el GR-1 y con la Senda del Osos, PRC-P5. Lo hará hasta Estalaya.
Cruzamos por Arbejal (143 hb.). Vemos un bar, pero a estas horas está cerrado. Nos hubiera venido bien que estuviera abierto para desayunar. Pero encontramos varias fuentes.
Seguimos la indicación de este panel, que confirma que seguimos coincidiendo con el GR-1 y la Senda del Oso. Nos dirigimos al embalse de Requejada.
Vamos saliendo del pueblo y nos espera un repecho que se hace durillo por el desnivel y porque aún nos nos ha dado casi tiempo de calentar músculos.
En mitad de la subida se encuentra la iglesia de San Andrés.
Imponente su campanario.
"Ante el pálido lienzo de la tarde,
la iglesia, con sus torres afiladas
y el ancho campanario, en cuyos huecos
voltean suavemente las campanas,
alta y sombría, surge."
Antonio Machado
Nos acercamos a su entrada que tiene este original porche con columnas de madera.
Tras pasar el edificio de la iglesia aún nos queda un poco de subida por esta calle empedrada.
(foto de Miguel Banacloche)
Un poco más y llegamos arriba.
Justo al terminar la subida, nos encontramos con este mirador. Se trata del mirador de Arbejal, que nos viene perfecto además de para disfrutar del paisaje que tenemos enfrente, para recuperarnos de la subida y que nuestro corazón recupere el latido normal.
Seguimos nuestro camino.
Nos dirigimos al embalse de Requejada.
En estas etapas encontramos bastantes matas de endrinas.
Desde este desvío por la derecha iniciaremos otra subida durante algo menos de dos kilómetros que nos hará entrar en calor.
En esta nueva bifurcación seguiremos por la derecha y comenzaremos a bajar primero de manera más suave y luego de forma más abrupta.
Apenas hemos cogido el desvío a la derecha seguimos por un sendero que sale por la izquierda.
Menos mal porque de seguir de frente nos habríamos tenido que enfrentar a la vaca y tiene todas las de ganar.
Entramos en un magnífico bosque de robles que va a hacer nuestras delicias durante un buen rato.
"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."
Pablo Neruda
La verdad es que fue una maravilla caminar por este precioso bosque. Teníamos la sensación de estar atravesando un mundo mágico en le que éramos vigilados por los seres que lo habitan y que nos veían con cierta curiosidad y extrañeza, atentos a lo que hacíamos.
Tras una bajada un tanto vertiginosa, atisbamos ya las aguas del embalse de Requejada, que embalsa las aguas del Pisuerga. En la actualidad se utiliza para riego, abastecimiento de agua y producción eléctrica.
A nuestra izquierda vemos la antena del pico Cueto.
Casi en la orilla del embalse, esta paleta señala nuestro camino.
"La rosa temblorosa
se desprendió del tallo,
y la arrastró la brisa
sobre las aguas turbias del pantano."
Ricardo Jaime Freyre
El sendero bordea el embalse.
Y nos lleva hasta el mirador de Santa María de Vañes.
Bajamos del mirador y el camino continua por el estrecho sendero que vemos en la foto. Son unos escasos cien metros, pero que hemos de hacerlos con precaución.
Apenas cruzados los cien metros de ese estrecho sendero con estas vistas sobre el embalse...
...el sendero entra en otro precioso bosque de robles que bordea el embalse.
En algún pequeño claro seguimos teniendo vistas sobre las aguas del embalse.
Caminar por el interior de bosques como éste también nos hace pensar que por aquí no puedes venir en coche, tienes que hacerlo con tus esfuerzo, caminando.
“Un paisaje se
conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil.” (William
Faulkner)
"Érase un verde bosque de eterna primavera,
y érase un niño iluso que vagaba al azar...
El niño entró en el bosque siguiendo una quimera;
entró en el bosque... Y nadie lo ha visto regresar."
José Ángel Buesa
"Otoño nos cita
con su son de flautas:
vámonos al bosque
de la sien de plata"
Jaime Torres Bodet
Dejamos el bosque por una de tantas cancelas que encontramos durante las etapas, sobre todo a partir de la quinta. Las encontramos de todas las formas.
Tras el bosque, salimos a campo abierto.
Nos vamos alejando del embalse y por una pequeña subida.
Subimos unos metros y vemos a nuestra izquierda las casas de Vañes (12 hb.).
Acercamos con zoom la iglesia del Salvador de Vañes.
A medida que vamos subiendo la perspectiva sobre el embalse va cambiando.
Seguimos apartándonos del embalse y seguimos por una lengua en la que desemboca el río Castilleira
Este puente sortea el río Castilleira.
Río Castilleira, afluente del Pisuerga que desemboca en el embalse.
Seguimos ahora un bonito camino entre vegetación.
Aquí vemos esta manada junto al camino que prácticamente no se altera a nuestro paso.
"Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya."
Rafael Alberti
El camino sale a la carretera PP 2173 que seguimos una veintena de metros y lo dejamos por el camino que vemos en la foto a la izquierda.
Cruzamos este puente de madera sobre el arroyo de Verdeña.
Apenas en un kilómetro entramos en Estalaya.
Antes de entra vemos la espadaña de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción.
Pasamos por sus desiertas calles y hoy no nos extraña al enterarnos que sólo lo habitan diez habitantes.
En lugar de paisanos, vimos caballos por sus calles.
A la salida encontramos esta gran fuente, que aprovechamos para beber y refrescarnos.
A la salida iniciamos un camino en subida. Estas cabras nos despidieron con su balido especial.
Estamos aproximadamente en el kilómetro doce de la etapa. Pues desde aquí hasta el kilómetro quince realizaremos una subida, que aunque mantenida nos hará esforzarnos un poco, convirtiendo este tramo en el más pesado de la etapa.
Nos encantan los árboles desde siempre. No sabría decir porqué pero me producen sensaciones especiales. Mirad, por ejemplo, el original tronco de este roble. Me pregunto si es uno o si son varios.
"Se tú como ese roble: que la herida
que abra en tu pecho el dardo de la suerte
sin causarte escozor sane enseguida."
Julio Flórez
Alcanzamos una meseta que nos ofrece esta bonita perspectiva de las montañas palentinas.
Y aquí, en esta meseta, se hace más evidente mi compañera de viaje.
"La
tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día
amenguará tu sombra solitaria."
Antonio Machado
Sigue nuestro caminar flanqueado por pequeños robles.
El suelo tapizado de hojas muestra que el otoño ha entrado ya.
"Otoño nos cita
con un son de flautas:
vamos a buscarlo
por la tarde clara."
Jaime Torres Bodet
A nuestra izquierda se ven las antenas del Cueto (1586 m)
Un pequeño y rústico banco de madera bajo estos jóvenes robles permite descansar un poco.
Sobre el kilómetro quince llegamos a este paraje especial porque se trata de un "bosque fósil".
En este panel se dan las explicaciones necesarias que ayudan a conocer y explicar este fenómeno ocurrido hace millones de años.
Paneles como el de la fotografía ayudan a interpretar la que tenemos enfrente.
Mirando el panel anterior hemos de encontrar aquí los elementos fosilizados.
La verdad es que, en mi caso, hay que tener mucha imaginación para verlo.
Tras el paso por el bosque fosilizado, seguimos unos trescientos metros y nos encontramos con otro mirador. Se trata del mirador de la Pernía. La Pernía es la comarca en la que nos encontramos y cuya capital es San Salvador de Cantamuda, donde nos dirigimos. Este panel nos ofrece una visión de lo que tenemos en frente para localizar montañas emblemáticas.
Pero como veis, el cielo se está nublando cada vez más y algunas cimas están ocultas y nos es imposible reconocerlas.
Avanzamos y vemos en el fondo del valle algunas casas de San Salvador de Cantamuda.
Las hojas de los robles ya van adquiriendo tonalidades de otoño.
Ya tenemos ganas de llegar. Parece que nos demos prisa.
Vemos San Salvador de Cantamuda, pero aún nos queda un poco. Los finales siempre se hacen eternos, no pasan los kilómetros ni los minutos.
Bajamos por un sendero. A nuestra derecha, un cercado con caballos que estaban custodiados por dos mastines que bajaron desde la parte alta del prado al ver nuestra presencia. Salvaron la cerca y salieron al camino para hacernos partícipes de su trabajo como cuidadores de la manada y que no se nos ocurriera hacerles nada a sus custodiados.
El objetivo cada vez más cerca.
Los brezales tapizan el suelo.
Salimos por esta cancela de manera sencilla.
En otras nos hemos tenido que quitar la mochila para pasar.
Pocas señales hemos visto en piedras. Aquí tenemos una.
Finalmente salimos a la carretera que nos va a llevar hasta San Salvador de Cantamuda. Nos quedan unos ochocientos metros nada más.
Llegamos por fin al Hostal La Taba, punto y final de la etapa de hoy porque dormiremos aquí esta noche.
Nuestra habitación.
Tras una reparadora ducha, bajamos a comer en el restaurante que dispone aquí el hostal.
Comimos bien como se aprecia.
En pleno esfuerzo nos hizo Nieves esta foto.
Tras la comida aún salimos al bar Pisuerga a tomar café (en el restaurante no dan). Tras el café vuelta al hostal a descansar un poco.
Tras el descanso era necesario visitar la Colegiata de San Salvador de Cantamuda (S. XII), de estilo románico, y salimos a realizar la visita. Aquí vemos el ábside.
Aquí tenéis la fachada principal con esa monumental espadaña, la mejor y más completa del románico en Palencia.
Éste es el altar mayor.
La talla que se aprecia en el altar es la imagen de El Salvador, a quien está dedicada la iglesia.
Altar románico.
Cristo Crucificado de estilo gótico (S. XIV)
Coro.
Sacristía con pinturas murales en la cúpula.
Tras la visita, nos hicimos la foto de etapa con el monumento detrás.
Nos despedimos de la Colegiata y volvimos al hostal.
La tarde se había puesto fría y algo desapacible. El arco iris es la muestra de ello. Por eso, antes de regresar, nos tomamos un café en el bar Pisuerga.
Una sencilla y apetitosa cena puso fin a la jornada.
De aquí a descansar que mañana tenemos otra etapa que, aunque corta, tendrá un buen desnivel y se nos hará dura.
"El peregrino forma parte del mundo, pero el mundo se queda y el peregrino se va". ("Los Caminos de Santiago. Arte, cultura y leyendas", José Fernández Arenas)
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