MONTANEJOS: CINGLO DE LOS CASTILLEJOS (10/8/2024).
“¿No
amáis las montañas? ¿No son vuestras amigas las montañas? ¿No produce su vista
en vuestro espíritu una sensación de reposo, de quietud, de aplacamiento, de
paz, de bienestar?” (Azorín, “España”). En esta ocasión no buscamos una gran ruta para lucirnos, sino que buscamos simplemente esa sensación de reposo, de quietud, de aplacamiento, de paz, de bienestar...que nos proporcionan las montañas cada vez que subimos a ellas.
Nueva ruta en Montanejos, corta pero intensa, que nos lleva a disfrutar de preciosas panorámicas desde el Cinglo de los Castillejos. Esta ruta se marcó hace bastantes años como una ruta lineal de ida y vuelta. Pero desde hace unos cuantos años una senda tal vez utilizada por cazadores, daba la posibilidad de enlazar los Castillejos con el Coladillo haciendo factible un recorrido circular e incluso combinar la subida a los Castillejos con otras rutas del entorno (Los Estrechos, la Bojera, el Morrón de Campos...). De hecho las marcas que podemos encontrar son blancas y rosas y se corresponden a un sendero marcado hace unos años: "Los Castillejos y Morrón de Campos", que ya habíamos realizado nosotros con anterioridad.
Es fundamental en verano madrugar para hacer cualquier ruta para evitar las horas de más calor. Una vez más madrugamos para empezar. Antes, como hacemos habitualmente, una foto de inicio.
Salimos de Montanejos por la Avenida Fuente de Baños.
Pasamos junto a la fuente del león.
Salimos a la CV-20 dirección a la Fuente de Baños. Al fondo, La Copa que visitamos la semana pasada.
El Sol ya alumbra algunas cimas del entorno.
Pasamos por el puente sobre el río Maimona.
Al final del puente el antiguo albergue de escaladores, hoy en día reconvertido en Albergue-restaurante.
Seguimos la carretera unos doscientos metros. Al fondo, la iluminada cima del Morrón de Campos.
Junto a la carretera encontramos este poste direccional que marca el inicio de un sendero.
Subimos por él.
A unos cien metros otro poste nos va a marcar el camino. Nos vamos hacia la izquierda siguiendo la pala que dice "Cinglo de los Castillejos".
Vamos subiendo poco a poco. Vemos la zona del campo de fútbol.
Una pequeña mata de "gata rabiosa" nos llama la atención.
"Orgullo de la enramada,
blanca y leve florecilla,
más que todas delicada,
y más que todas sencilla."
Carolina Coronado
A escasos cien metros del cruce encontramos una reconstrucción de un tramo de trincheras de la guerra civil correspondiente a la línea del Mijares. Esta reconstrucción es reciente (unos cuatro años).
Tramo de trinchera.
Un panel nos explica un poco la historia que en esos infaustos años sucedieron por estos lares.
Se trata de un corto tramo de trincheras de la guerra civil que han sido excavadas muy recientemente que pertenecen a la línea del Mijares 1938. Éste es el aspecto actual del enclave que ha perdido por descomposición los sacos terreros que le daban aspecto de veracidad y de como eran en su origen.
Éste era el aspecto que presentaban las trincheras en 2022.
Nuestro camino sigue por un bonito sendero que sigue por el interior de la pinada. Los primeros rayos de sol nos iluminan.
Como pasa en muchas de nuestras rutas, las mariposas son fieles compañeras y su presencia anima nuestras rutas. Éste es el caso del festón blanco (Hipparchia fidia) que posó para nosotros.
"Tiene la mariposa cuatro alas;
tú tienes cuatro versos voladores;
ella, al girar, resbala por las flores;
tú por los labios, al girar, resbalas."
Salvador Rueda
Cogemos altura rápidamente, lo que nos permitirá ir teniendo vistas cada vez más aéreas del barranco de la Maimona. En la foto la casa de la Maimona, primera estancia mía en Montanejos allá por el año 91 del pasado siglo.
En el sendero, nuevas paletas direccionales que no estaban la primera vez que subí a los Castillejos allá por 2011 y que advierten que se trata de un tramo de alta dificultad.
Las rutas en solitario te acercan a tu interior y te hacen reflexionar.
"Hay canas en mi cabeza; hay en los prados escarcha;
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna primavera de la vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan."
Rosalía de Castro
El sendero en este primer tramo es muy agradable y transcurre por una tranquila y bonita pinada.
Más mariposas nos rodean en alegres piruetas a nuestro alrededor como alegrándose de nuestra presencia, como haría un buen anfitrión al recibir a un visitante.
"¿No eres tú, mariposa,
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos
y de sus cumbres agrias?"
Antonio Machado
Tampoco faltó la presencia de un grupo de cabras que nos miraron entre sorprendidas y curiosas.
A medida que ascendemos, los pinos van menguando y el sendero se abre sobre el borde de la montaña.
Salvaremos un pequeño resalte rocoso que dada la edad que tenemos nos obligó a apoyar un poco las manos para impulsarnos: ¡Ay, añorada juventud!
Acercándonos con cuidado al borde del precipicio, podemos ver el fondo del barranco. Esta vista no es apta para los que padecen de vértigo, aunque vale la pena pero siempre con la debida precaución.
El sol asoma ya de manera evidente y va iluminando la Rosada, que adquiere esa tonalidad que le da nombre.
Ya vemos el cinglo de los Castillejos, al que vamos a subir en unos momentos.
Luego llegamos a un terreno menos espeso de vegetación, aunque con algunos ejemplares de sabinas y enebros con lo que llegamos al último, empinado y abrupto tramo final, en el que habremos de mostrar un mayor cuidado que hasta ahora debido a la cantidad de piedra suelta y deberemos seguir el sendero ayudándonos por las estacas que marcan la dirección a seguir, ya que en este tramo la senda se desdibuja bastante.
La pinada deja paso al monte bajo y a la roca desnuda y suelta.
El sendero está muy descompuesto con mucha piedra suelta y una buena pendiente que acelera nuestro corazón y nos hace ensanchar los pulmones al máximo. En algún tramo nos guiamos de los hitos para seguir la senda.
Ya hemos alcanzado la cima y tenemos vistas en trescientos sesenta grados. En la foto las vistas hacia el este: La Copa.
En este punto marcamos la cima de los Castillejos.
Hacia el norte, esta bella imagen del Morrón de Campos y el estrecho de Chillapájaros, algo oscurecido porque aún no recibe la luz del sol. Es, sin duda, una de las panorámicas más espectaculares que podemos disfrutar en Montanejos.
También, desde aquí, nos gusta hacer zoom sobre la cima del Morrón de Campos. La caseta de vigilancia forestal en construcción claramente visible.
Ésta es la anterior caseta forestal que va a ser sustituida.
Hacia el norte, la Redonda y el Cantón.
Paredes de Rosada sobre el barranco de la Maimona desde los Castillejos.
Llegados a este punto, toca sentarnos a descansar y disfrutar de esa sensación de reposo, de quietud, de aplacamiento, de paz, de bienestar...que nos proporcionan las montañas que comenté al principio de esta entrada.
Nuestro espíritu se apacigua ante tanta belleza, serenidad y silencio y por un momento nos quedamos mudos ante el espectáculo impresionante de la Naturaleza.
"Belleza que yo he visto
¡no te borres ya nunca!
Porque seas eterna
¡yo quiero ser eterno!"
Juan Ramón Jiménez
Tampoco están mal las vistas hacia el fondo del barranco que aquí alcanza una gran altura como es posible ver en la foto.
Aquí, aumentado con zoom, se ve mejor un dique. En el cauce de este barranco, desde su nacimiento hasta aquí hay alguna presa más de este tipo para contener la furia del agua, que ha labrado en este tramo un profundo y espectacular tajo en la piedra caliza.
En el barranco de la Maimona existen muchas vías de escalada. Algunas de ellas acaban en la parte alta de los Castillejos. En esta roca vemos anclajes que evidencian que nos encontramos en un tramo con vías de escalada.
Tras disfrutar unos minutos de las vistas desde los Castillejos, seguimos caminando por el cordal con vistas a ambas vertientes.
El trazado del cordal es algo incómodo en algún punto. Además desde el incendio de marzo del año pasado, nos encontramos con árboles y arbustos quemados, que afean la senda.
Éstas son las señales que marcan esta ruta.
Desde el cordal seguimos teniendo excepcionales vistas. Aquí el dique de la presa de Cirat y al fondo el estrecho de Chillapájaros.
Y aquí la Rosada en todo su esplendor y el impresionante tajo del barranco de la Maimona.
Vistas hacia el fondo arenoso del barranco de la Maimona, asomándonos al precipicio pero siempre con mucha precaución.
Las horribles consecuencias del incendio son bien visibles y nos producen una profunda pena.
Pero ante paisajes tan desoladores que estropean la belleza primigenia, también aprendemos y sentimos y nos damos cuenta que la vida no siempre es bella. Junto a la belleza encontramos la fealdad. Son monedas de la misma cara y con ambas hemos de convivir. Podemos aplicar este principio a la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, lo bueno y lo malo, la alegría y la tristeza...
Recorremos unos quinientos metros de cordal y lo abandonamos por un senderillo algo desdibujado que sale a nuestra derecha.
El primer tramo de este senderillo algo desdibujado que nos dejará en el Colladillo, tiene bastante pendiente, piedra suelta y pinocha por lo que tendremos sumo cuidado para no resbalar. Conveniente el uso del bastón.
Bajamos hasta este collado. Lo cruzamos y seguimos la senda algo desdibujada que está enfrente de nosotros por la parte derecha.
En el sendero, que poco a poco se asienta, encontramos árboles caídos tanto del temporal de enero de 2017 como restos caídos por el incendio de marzo del 2023.
La senda que ha perdido parte de su encanto debido al incendio está surcada por el ligero vuelo de multitud de mariposas que revolotean ¿alegremente? a nuestro alrededor, lo cual hace de nuestro caminar un paseo más agradable.
"Cuando tras pasión nueva
de mí huyes veleidosa,
sé por qué el Amor lleva
alas de mariposa."
Vicente Wenceslao Querol
Ya llegamos al final del sendero que nos deja en el Colladillo. Aquí lo veis.
El sendero desemboca en el Colladillo, cruce de senderos. A la derecha enlazamos con el sendero de los estrechos. De frente, la subida hacia el Morrón de Campos por donde seguiría la ruta del Morrón. A la izquierda, el sendero desciende hacia el cauce del barranco, lo cruza y nos lleva a Montanejos por el sendero de la Bojera. Nosotros volvemos a Montanejos desde aquí siguiendo el ramal que sale por la derecha.
En la foto apreciamos el ramal que sale por la derecha que nos lleva hasta Montanejos. Se puede apreciar en la foto el poste caído en el cruce.
Nos detenemos unos instantes ante una bella, sencilla y solitaria flor de diente de león.
"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"
Amado Nervo
El primer tramo del sendero que acabamos de emprender muestra también claramente las consecuencias del pavoroso incendio.
Es muy triste ver el bosque quemado. Es una sensación difícil de definir. Y es que a veces las palabras no reflejan muy bien lo que quieres decir.
A unos cuatrocientos metros del Colladillo encontramos este poste que enlaza con el "Sendero familiar". No es nuestro camino de hoy. Nosotros seguimos por la derecha.
Algo más abajo el bosque revive y las consecuencias se minimizan y podemos disfrutar de sombra.
Este tramo de senda se solapa como he dicho antes con un tramo del marcado como "sendero familiar". Cuando marcaron el sendero colocaron paneles ilustrativos sobre la fauna y la flora que podemos encontrarnos por aquí. En este panel nos ilustra sobre la presencia del zorro en esta zona. Alguno hemos podido ver.
¡Y qué me decís de esta flor de achicoria silvestres! Está algo deslabazada, pero no pierde nada de su encanto.
"Entre las hierbas alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!"
Antonio Machado
Y en este silencio monástico que nos rodea, nos vuelven las reflexiones...
"Mientras la última luz de la esperanza
alumbre débilmente mi camino,
yo iré, sonriendo y fiel, a mi destino,
contento, como un niño; de la andanza."
Juan Ramón Jiménez
Aunque aún vemos algunos pinos quemados, el aspecto ya es más aceptable.
Éste otro panel nos informa de la presencia masiva de este tipo de pino en el Alto Mijares, el pino carrasco.
En un punto, entre las copas de los pinos, podemos ver el tramo de la Fuente de Baños, que a esta temprana hora aún no se encuentra muy concurrido.
Junto al sendero encontramos un nuevo poste. En este caso nos marca la subida a la Cueva Negra. Tampoco es el objetivo de hoy y seguimos por la senda que llevamos.
Pisamos el antiguo camino a Campos. En algún tramo disfrutamos aún del empedrado que lo pavimentaba.
Las sienes grises azotadas por vientos largos. Los
cabellos enredados en polvo, en espinas, en
ramas, a veces en flores."
Vicente Aleixandre
El sendero termina ya. Llegamos al cruce en el que nos desviamos a los Castillejos horas antes. Ahora bajamos por la izquierda.
Ya tenemos el final de la senda que nos devuelve a la carretera CV-20.
Seguimos hacia la derecha en dirección a Montanejos.
A nuestra izquierda, La Copa que visitamos la semana pasada.
A nuestra derecha, la Rosada.
Y al paso por el puente sobre el río Maimona, nos asomamos para ver justo el punto donde sus aguas se juntan con las del Mijares.
La remozada entrada a Montanejos desde la Puebla de Arenoso que da acceso al pueblo.
Nuevo paso por la fuente del león en la que nos refrescamos un poco.
Y en la plaza de España de Montanejos damos por finalizada esta sencilla pero gratificante ruta, demostrando que no es necesario hacer grandes y épicas rutas para disfrutar de la montaña.
“Hoy
he subido a una montaña levantina. Me he levantado antes de que rayara el alba.
Esta montaña tiene acá y allá grupos de pinos que exhalan un penetrante aroma
de resina. No son pinos adiestrados y amaestrados por industriales, no son
pinos plantados y cultivados en vista de un futuro aprovechamiento de sus
troncos. Estos pinos no conocen la mano del resinero. Crecen libres, rebeldes,
felices. Su tronco toma mil formas caprichosas; se tuerce a un lado, luego a
otro; se inclina hacia el suelo, después enmienda la torcedura y se levanta
airoso.” (Azorín, “Castilla”)
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