Dice un refrán alemán que "los ojos se fían de ellos mismos, las orejas se fían de los demás." Nosotros queremos fiarnos de nuestros ojos y no enterarnos de las cosas por lo que nos cuenten, sino que queremos verlas "in situ" para disfrutar de ellas en vivo y en directo.
Quisimos fiarnos de nuestros ojos y nos fuimos a disfrutar del precioso paisaje que se puede contemplar en la sierra de Gúdar, concretamente nos fuimos a Fuentes de Rubielos. Allí realizamos una bonita ruta que recorre el PR-TE 21, que nos lleva a la ermita de Sta. María Magdalena, al vértice del Peñarroya y a la ermita de Sta. Isabel. Iniciaremos nuestro recorrido en Fuentes, junto al parque infantil Saleras. Desde allí iremos a la parte alta del pueblo, cruzaremos las carretera junto al cementerio y cogeremos una senda que nos llevará hasta el collado de los Santos, aunque antes pasaremos por la ermita de la Magdalena. Llegados al collado de los Santos, dejaremos el PR-TE 21 para realizar un tramo del PR-TE 30 que nos llevará hasta el mirador del Salto, con muy buenas vistas. Luego regresaremos al collado y lo seguiremos de nuevo para pasar por el vértice del Peñarroya, para ir después al promontorio donde se encuentra la ermita de Sta. Isabel. Desde aquí, descenderemos por una senda que nos regresará de nuevo a Fuentes de Rubielos, pasando por el barrio del Calvario y su fuente.
Ya recorrimos este PR-TE 21 en 2011. Ya han pasado algunos años y esta vez hemos añadido a ese recorrido un apéndice que le aporta un valor extra: el mirador del Salto.
Madrugamos como siempre y en verano aún lo hacemos todavía más. Hemos de minimizar lo máximo posible los calores estivales.
“Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.” ( Miguel de Cervantes)Comenzamos desde el parque infantil Saleras. Allí encontramos el Peirón de la Granja. Buen punto para iniciar nuestro recorrido.
Antes de iniciar la ruta, nos hacemos la foto de grupo. De dech. aizq. Emilio Jr., Miryam, Carmen y servidor.
Salvados los rituales de inicio, empezamos a caminar ya cuesta arriba buscando la parte alta del pueblo.
Pasamos frente a la torre de la iglesia parroquial de la Asunción.
"En el negro callejón
donde en tinieblas paseo,
alzo los ojos, y veo
la iglesia, erguida, a un rincón."
José Martí
Preciosa la malva real (Alcea rosea) que nos hizo detenernos unos instantes.
"¡Qué pura, Platero, y
qué bella esta flor del camino! Pasan a su lado todos los tropeles- los
toros, las cabras, los potros, los hombres-, y ella, tan tierna y tan débil,
sigue enhiesta, malva y fina, en su vallado solo, sin contaminarse de impureza
alguna." (J.R. Jiménez, "Platero y yo")
Nos encaminamos hacia la zona del cementerio en una subida que nos va haciendo entrar en calor.
A nuestra izquierda vemos el promontorio en el que se encuentra la ermita de Sta. Isabel y al que subimos la semana pasada desde Rubielos de Mora. Según una sentencia hindú "Muchas son las laderas hacia la misma cima de la montaña.", efectivamente, hoy subiremos desde Fuentes de Rubielos por "otra ladera".
Ya en los últimos metros antes de salir a la carretera, nos encontramos con uno de los árboles monumentales que vamos a poder disfrutar durante la ruta: se trata de un gran nogal "La noguera del Sastre".
"…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco."
J.R. Jiménez
Salimos a la A 232 y cruzaremos a la otra parte para iniciar el sendero PR-TE 21.
Junto a la carretera, a nuestra izquierda, dejamos el cementerio.
"En el blanco cementerio
fue la cita. Tú te fuiste
dejándome en el misterio
como nadie, solo y triste."
Arturo Borja
Estos postes de madera nos indican dirección, distancia e inicio de dos senderos. El PR-TE 21 lo haremos entero y del PR-TE 30 realizaremos solamente un tramo.
El sendero se inicia con unos rústicos escalones de madera.
Es un bonito sendero cuyo primer Km se realiza por un pequeño recorrido botánico en el cual encontramos las distintas especies de la zona con un letrero con su nombre. En muchos letreros el nombre es prácticamente ilegible. En otros casos, al letrero le falta la especie que cita.
El sendero asciende poco a poco y nos hace ir entrando en calor.
Y en este tramo encontramos el segundo árbol monumental. Se trata en esta ocasión de un pino: el pino de Roso.
También nos encontramos con la presencia de carrascas y encinas de gran porte.
En este cruce dejaremos por un momento el PR que llevamos para acercarnos hasta la ermita de Sta. María Magdalena, construida en el S. XV.
En el paraje de la ermita se respira una gran tranquilidad.
En un panel nos informamos de diferentes detalles de la historia de esta sencilla y restaurada ermita.
Tras visitar la ermita, volvemos al PR y seguimos ascendiendo. A nuestra izquierda vemos el promontorio al que subiremos más tarde.
En la subida encontramos varias matas de espantalobos.
Preciosa esfera de cardo azul.
"Yo quisiera al espacio los ojos
alzar y poder
embriagarme de azul un instante.
Mi alma ¡ay! mi alma de azul tiene sed."
Vicenta Castro Cambón
La altura alcanzada nos permite amplias vistas sobre el llano. En la lejanía, Sarrión.
El sendero toma un poco más de desnivel antes de llegar al collado.
Poco antes de llegar al collado de Los Santos, alcanzamos a reconocer la cima de Santa Bárbara de Pina.
Y llegamos al collado de los Santos. Aquí dejaremos momentáneamente el PR-TE 21 para seguir el PR-TE 30 del que haremos un tramo hasta el mirador del Salto para volver hasta aquí y seguir de nuevo el PR-TE 21.
Desde el collado distinguimos indefectiblemente, el perfil inconfundible del Penyagolosa.
Seguimos pues la paleta dirección Nogueruelas.
Una de las múltiples mariposas que adornaron el camino se prestó a posar para mí.
Apenas bajamos cien metros del collado nos encontramos con otra paleta que seguimos a la izquierda.
Seguimos ahora un ancho camino.
"Blanca senda, camino olvidado,
¡Bullicioso y alegre otro tiempo!
del que solo y a pie de la vida
va andando su larga jornada, más bello
y agradable a los ojos pareces
cuanto más solitario y más yermo."
Rosalía de Castro
A orillas del camino vemos un bebedero de animales. ¿Sabéis que vimos en él?
Pues esto, una rana tomando el sol en la orilla esperando para darse un chapuzón.
"Viento entre las mieses,
croar de las ranas,
callados cipreses
y luces livianas."
Valle Inclán
En este punto, giramos a la derecha siguiendo el camino de la Muela. Tras visitar el mirador del Salto, volveremos por el camino de la izquierda, con lo que el tramo que vamos a realizar, tendrá la forma de una "raqueta".
Encontraremos varios enebros de gran y bonito porte. Éste es uno de ellos.
Campos de cereal bordean el camino, aunque no están plantados.
Encontramos, bailando para nosotros, muchas y diferentes especies de mariposas. Alguna como la de la foto, era inédita para mí. Se trata de una niña celeste (Polyommatus bellargus)
"¡Quién fuera mariposa!
Flor del aire, luciente y fugitiva;
envidio esa existencia temblorosa,
que siempre en pago de la miel que liba,
deja un polvo de oro en cada rosa."
Julio Flórez
Aquí giramos a la izquierda y dejamos el camino de la Muela.
Pasamos por otra pequeña balsa...
...y llegamos a este monumental "enebro de la Muela".
Una maravillosa obra de la naturaleza digna de admirar.
Como reza el panel, 250 años nos contemplan; bueno, o lo contemplamos nosotros.¡Ojo, y el panel no es de hace poco!
Un precioso camino nos lleva hasta el mirador del salto. A pesar de que pudiera parecer que el calor nos apretaba, nada de eso. Primero por lo pronto del día y segundo por la agradable brisa que a mil metros de altitud nos refrescaba.
Enebros y sabinas jalonan el camino a modo de centinelas cuidando la planicie.
Ahora más evidente el Penyagolosa.
Llegamos al mirador del Salto. El panel necesita de un pequeño arreglo.
El mirador da a un profundo barranco por el que corre el río del Morrón y frente a él se encuentran las altas paredes de las "Peñas del Salto", de ahí el nombre de este mirador.
Junto al panel informativo, un banco de madera nos invita a sentarnos y disfrutar del paisaje.
"¡Sólo, a veces, se enciende la llama de una rosa,
o el oro polvoriento de una naranja brilla!
mas, dentro de este otoño, hay tanta primavera
en gérmenes; y es todo tan dulce y apacible,
que antes de abandonarlo, mi corazón quisiera,
oyendo el melodioso suspirar de la fuente
y soñando con una lindaraja imposible,
sobre este viejo banco dormir eternamente..."
Francisco Villaespesa
Frente a nosotros, al fondo, Peñacalva a la izquierda y el Cabezo de las Cruces al centro.
Tras disfrutar de las vistas y el silencio que se respiraba en el mirador del Salto, seguimos nuestro camino por esta bonita altiplanicie.
Hacia el sur, de nuevo destaca el pico Sta. Bárbara de Pina.
Hacia el sureste, el Morrón de Campos de Montanejos.
Tampoco se nos escapa a la vista la cima del Alto de las Palomas.
Y otra "niña celeste" libando la flor del espliego.
Y llegamos al cuarto árbol monumental de nuestra ruta. Se trata de la llamada "Trabina del casucho", por estar ubicada junto a una masía con ese nombre. Se trata de una preciosa sabina albar.
Este panel se encuentra ya en mal estado, pero aún alcanzamos a ver algunos datos, como por ejemplo su edad, unos doscientos años, más los que lleva el panel puesto junto a la sabina.
El paisaje es maravilloso. Ahora pasamos junto a una zona donde pacen tranquilamente una manada de vacas completamente ajenas a nuestro paso. Nosotros tampoco tenemos ningún interés en molestarlas. A la ida no se encontraban allí.
Llegamos de nuevo al collado de los Santos. Proseguiremos con el PR-TE 21 que dejamos momentáneamente para visitar el mirador del Salto.
Antes nos detenemos en el collado para disfrutar del horizonte infinito que contemplamos desde aquí. Abajo vemos la ermita de Sta. Mª Magdalena.
El sendero se enfila hacia el vértice geodésico del Peñarroya. Pasamos junto a un peirón obituario.
"No se hacen tortillas sin cascar algunos huevos" (don Ibrahim en "La piel del tambor", Arturo Pérez Reverte). Si queremos llegar a la cima, habremos de esforzarnos. Sin esfuerzo no hay recompensa.
El esfuerzo no sólo lo vemos recompensado llegando hasta la cima, sino disfrutando también del excelso paisaje que vemos mientras recorremos el sendero. En la foto, Fuentes de Rubielos.
Junto al camino un antiguo corral para recoger al ganado.
Un polvoriento sendero nos lleva hasta el Peñarroya cambiando de una a otra vertiente. Ahora por la vertiente norte.
Ante un paisaje tan especial, no podemos por menos que reflexionar mientras nos detenemos un momento y pensar que...“Voces, ruidos, gente, olores, tiranía del
reloj dejaban aquí de tener sentido.” (Arturo Pérez Reverte, “La carta
esférica”)
Alcanzamos el vértice geodésico del Peñarroya (1241 msnm). No confundir con el Peñarroya máxima altura de Teruel con sus 2028 msnm.
Tras conquistar la cima, la foto que lo atestigua.
“Además estoy seguro de que la cumbre es solo un segundo, un breve segundo, un destello instantáneo, y no hay derecho a prórroga.” (Martín Santomé en “La Tregua”, de Mario Benedetti)
Tras disfrutar de las vistas desde el vértice del Peñarroya, seguimos nuestro camino en busca del siguiente objetivo: la ermita de Sta. Isabel.
Y más mariposas jalonaban nuestro camino.
"¡Cómo está la mañana! El sol pone en la tierra
su alegría de plata y de oro; mariposas de cien colores juegan por todas
partes, entre las flores..." ("Platero y yo", J.R. Jiménez)
Caminamos sobre la cota de los mil cien metros y las vistas son excepcionales.
En la foto, casi a vista de pájaro, la pedanía de Los Cantos (Puebla de Arenoso, Castellón)..
Seguimos caminando por el cordal con buenas vistas hasta que tomamos contacto visual con la ermita de Sta. Isabel.
Vistas a la Laguna y la Masía de la Laguna.
El sendero desemboca en la pista de acceso a la ermita desde Rubielos de Mora. Desde aquí ya tenemos a un paso la ermita.
Junto al camino, un endrino (y no he buscado la rima).
Vistas infinitas desde un mirador que encontramos en la base del promontorio de la ermita.
Un corto y estrecho sendero nos sube hasta la explanada donde se ubica la ermita.
Apenas accedemos al enclave, encontramos unas excavaciones al parecer paradas.
Ermita de Sta. Isabel.
El edificio de la ermita se encuentra en ruinas. Únicamente la caseta de vigilancia forestal que se ubica junto al edificio de la ermita está en buen estado.
En el extremo de la explanada se encuentra este mirador con espléndidas vistas en todas direcciones. Una pena que el panel sea prácticamente ilegible.
"!Aire! ¡más luz, una
planicie verde
y un horizonte azul que la
limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!"
Manuel Gutierraz Nájera
La sierra de Javalambre.
Vistas a la masía de Los Toranes por la que pasamos la semana pasada.
Nogueruelas asomando por encima de la colina.
En el interior de la ermita, unos arcos apuntados de la nave central se encuentran en pie aún.
Tras disfrutar de las vistas y de un frugal almuerzo desde esta privilegiada atalaya, seguimos descendiendo por un sendero entre pequeñas carrascas que en su primera parte recorreremos con precaución por el desnivel y la cantidad de piedra suelta que puede hacernos resbalar y caer.
El sendero desciende rápidamente y rodea el promontorio donde se ubica la ermita. En apenas unos minutos hemos descendido bastante.
En el descenso, vemos frente a nosotros la sencilla ermita del Calvario de Rubielos de Mora, ampliada con el zoom.
El sendero llega a este punto en el que un vetusto poste de madera nos indica la dirección a seguir: izquierda.
El sendero continua a media altura por la ladera que rodea el cerro de la ermita. Es un tramo fácil y cómodo de caminar.
El sendero a media altura nos permite disfrutar de muy buenas vistas.
Vamos descendiendo gradualmente y tenemos Fuentes de Rubielos cada vez más cerca.
Hemos rodeado prácticamente el promontorio y todo el cordal del Peñarroya. Aún nos queda descender un poco.
Antes de llegar a la carretera, a donde nos conduce el sendero, disfrutamos de algunos tramos de sombra que ya empezamos a agradecer.
Y antes de llegar a la carretera, encontramos estas feas pero necesarias torres de telefonía que dan servicio al pueblo.
Cruzamos la carretera en este punto para seguir por el camino que vemos de frente.
El camino nos lleva hasta el barrio del Calvario...
Pero antes de cruzar el barrio del Calvario, nos detenemos a aplacar la sed y aliviar el calor con la fresquísima agua de la fuente que encontramos a la entrada.
"La fuente vieja, Platero, donde tantas veces me has visto parado tanto tiempo, encierra en sí, como decir, el sentimiento de la vida verdadera." (J.R. Jiménez, "Platero y yo")
Y pasamos por el silencioso y tranquilo barrio del Calvario.
El barrio del Calvario por el que pasamos hace unos minutos...
...y Fuentes de Rubielos a nuestro alcance.
Ya en la población nos llaman la atención las bayas de un saúco.
Y cerramos nuestra ruta de hoy justo donde la empezamos: junto al parque infantil Saleras.
Ha sido una bonita y entretenida ruta muy recomendable. Tal vez el otoño y la primavera sean las mejores estaciones para realizarla.
Pero nuestro camino no termina aquí, como he dicho en otras ocasiones utilizando una frase de Patrice Richard...“Lo importante no es lo que hemos hecho, sino lo que vamos a hacer.”
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Película.
Mu chulo, como siempre. Y esta vez había más gente. Incluso el hombre que ignora que no por quitarse la camiseta se va a pasar menos calor. Pero se agradece también porque el interfecto está muy bien (que no lea esto mi marido, jejejej)
ResponderEliminar¡Hola, mcarmen! preciosa ruta. Esa zona es preciosa y cualquier caminar por ella nos llena mucho. El hombre que ignora que no por quitarse la camiseta se va a pasar menos calor es mi hijo (de tal palo tal astilla) y lo hace por ponerse moreno (cosa que yo no haría). Saludios.
EliminarRuta diferente y narrativa diferente a lo acostumbrado.
ResponderEliminar¡Hola, anónimo! Me gusta contar lo que vivo a mi manera.
EliminarUn saludo.