Esta es la crónica de una frustración. Era la segunda vez que intentaba subir a dos cimas de más de 1000 m de la Sierra de Espadán: el Pinar o Alto de la Santa (1100 m) y el Alto del Pinar (1044 m). Por segunda vez no iba a poder ser por el mismo motivo: una pertinaz lluvia que no cesó en toda la mañana.
El día prometía mal tiempo y lluvia, pero la ilusión es más fuerte que la realidad y allí que nos marchamos, hacia Villamalur, a intentar por segunda vez (crónica del primer intento) subir a estas dos emblemáticas cimas de Espadán.Pero la realidad nos iba a marcar de nuevo la ruta.
A las 8,30 nos encontrábamos en la Rambla de Villamalur con la ilusión de completar la ruta programada. En esta ocasión acudió a la ruta mi amigo Javi Nieto (La voz de la Tierra) y su mujer Tere. Justo antes de comenzar empezaron a caer las primeras gotas que ya no nos dejaron en toda la mañana.
El día prometía mal tiempo y lluvia, pero la ilusión es más fuerte que la realidad y allí que nos marchamos, hacia Villamalur, a intentar por segunda vez (crónica del primer intento) subir a estas dos emblemáticas cimas de Espadán.Pero la realidad nos iba a marcar de nuevo la ruta.
A las 8,30 nos encontrábamos en la Rambla de Villamalur con la ilusión de completar la ruta programada. En esta ocasión acudió a la ruta mi amigo Javi Nieto (La voz de la Tierra) y su mujer Tere. Justo antes de comenzar empezaron a caer las primeras gotas que ya no nos dejaron en toda la mañana.
Posando ilusionados de izq. a der. servidor, Javi Nieto, Tere, Jaime, Eduardo, Amparo y Ricardo.
El cielo estaba completamente cerrado. Los presagios eran malos. Esos nubarrones no tenían pintan de abrirse durante toda la mañana. Pero aún así, iniciamos la ruta. Desde Villamalur hasta Torralba caminaremos en todo momento por un tramo del GR 36 y el PR-CV 276 que coincide durante un tramo hasta el alto de la Sierpe.
El cielo estaba muy cubierto. Era evidente que con un cielo así las vistas serían nulas.
Alto de la Sierpe.
La senda no pierde su encanto ni con la lluvia.
La nubes avanzaban con lentitud y la lluvia no era excesiva, pero sí contínua.
Se nota que avanzamos por la umbría del Pinar. Tiene algunas zonas donde los helechos alcanzan grandes dimensiones, pero a estas alturas están secos.
En vez de aclararse el tiempo, parece que empeora.
En las proximidades de Torralba pasamos junto a las ruinas del castillo de Villahaleva.
Alto de San Cristóbal, en las proximidades de Torralba del Pina.
Fuente El Cerezo.
Y ya Torralba ante nuestros ojos, en medio de la pertinaz lluvia.
Torralba del Pinar.
Como la lluvia continúa, decidimos entrar en el bar, secarnos un poco, almorzar y esperar a ver como evoluciona el tiempo.
Ha parado algo la lluvia, pero las nubes siguen ahí, amenazantes, indefinidas, imprevisibles... Desde luego no auguran que se vayan a marchar en breve. Los vecinos nos comentan que no vale la pena subir al pico. La visibilidad será nula y es lo mejor de la subida: las bonitas vistas. Decidimos que hacer el esfuerzo de subir con estas condiciones climatológicas para no disfrutar de la altura no vale la pena. Desharemos, pues, nuestros pasos y volveremos a Torralba por donde vinimos.
Poco a poco, la lluvia va amainando; aún así, por momentos, llueve.
Aún así, la senda nos encanta y disfrutamos caminando por ella.
Desde el Alto de San Cristóbal fotografiamos el valle que recorre la senda que recorremos.
El Castillo de Villahaleva en su enclave tan particular.
No hemos podido completar la ruta, pero caminar por esta senda nos ha valido la pena. Es un placer caminar por ella.
A partir de la una del mediodía, parece que las nubes se quieren deshacer y el sol asoma tímidamente entre ellas. Pero ya es demasiado tarde.
Alto de la Sierpe.
Pilón de término entre Villamalur y Ayódar.
La senda serpentea en algún tramo.
Y la Sierra de Espadán en todo su esplendor.
En el montículo de la izquierda ya adivinamos las ruinas del castillo de Villamalur.
Aproximación con el zoom del castillo.
Y definitivamente ha dejado de llover , el sol empuja para hacerse paso entre las ya debilitadas nubes.
Villamalur y su vigilante castillo frente a nosotros.
Precioso y tranquilo, Villamalur se seca al sol.
Y llegamos al punto de partida: la rambla de Villamalur.
De nuevo la inclemencias meteorológicas nos han impedido redondear la ruta que teníamos prevista. Aunque nos sentimos frustrados, estamos contentos por dos razones. La lluvia le hace falta a la montaña. Esta caída hoy seguro que le va a venir bien. Por otra parte, hemos caminado por uno de los tramos de senda más bonitos del GR 36. Por ambos motivos nos sentimos recompensados.
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Trakc de la ruta.
Bueno Emilio, esto siempre hay que mirarlo por el lado positivo, al menos os fuisteis con el almuerzo en el bar, que de vez en cuando tampoco viene mal, y salisteis de ruta, que a mi me ha tocado estar todo el finde encerrado en casa con un catarrazo de aúpa y esperando vuestras crónicas como quien espera a dios para quitarme un poco el mono de encima jajajaj.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola Dani! Si al final acabamos contentos y satisfechos. Además esta lluvia (y más) le hace falta al monte. Por supuesto, el almuerzo (y el creamillo) un gustazo y la senda también preciosa. Resumiendo: un excelente día.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio:
ResponderEliminarTienes razón, si la primera impresión fue sentir frustración, después, una vez concluida la ruta, la sensación es sentirse recompensados. Una, por poder caminar por esos senderos de la sierra de Espadán; dos, por poder hacerlo con la gente que aprecias; y tres, por la paciencia de esperar esa tercera ocasión para poder culminar nuestro proyecto inicial.
Aunque estaremos de acuerdo que la lluvia le dio otra perspectiva y un encanto diferente a la ruta.
Hasta el sábado que viene.
Un abrazo.
Ricardo Vivó
¡Hola Ricardo! Como le digo a Dani, al final nos fuimos más que contentos. Lo pasamos bien (y por agua también pasamos). No hay que darle más vueltas. Se hizo lo que se pudo, aunque creo que nos faltó un segundo cremaet para redondear la jornada.
EliminarUn abrazo.
Hasta el sábado si no plou.
Hola Emilio
ResponderEliminarYa sabes eso de..."a la tercera va la vencida" o "no hay dos sin tres", pues nada a la otra será esta parte de Espadán es preciosa y no te importará repetir ese tramo, seguro que no.
Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP
¡Hola Jose! Pues ya tengo en mente algún día suelto por ahí para volver a ver si a la tercera va la vencida. Y efectivamente no me importará repetir (será la séptima vez que paso por ahí) . Eso haremos.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio:
ResponderEliminarLa serra encara està molt seca, a vore si tornes pronte a fer la ruta que cal que ploga més. ;)
Parlant més seriosament, com bé dius malgrat que te banyes la muntanya està preciosa quan plou o després de ploure i paga la pena banyar-se un poc per a disfrutar-la.
¡Hola Xavier! És de veres, a lo millor sóc jo que atrau la pluja. Si és així caldrà que torne mes vegades, perquè a la terra li fa falta. La veritat és que cal que ploga i també disfrutes de la muntanya quan plou.
EliminarSalutacions.
Vaya día Emilio!!! Hay montañas que se resisten a ser conseguidas pero seguro que a la tercera va la vencida... Seguro que por ganas no será.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola Álex! Es cierto que hay montañas que se resisten. Tal vez en eso resida su encanto. Pero lo volveremos a intentar. ¿Será por ganas?
EliminarUn abrazo.
Hay que mirarlo con la perspectiva positiva; la lluvia envolvió la caminata y la hizo diferente, además este monte nuestro está falto de agua. Habrá otra ocasión, ¡pero que no sea en Julio! jajaja.
ResponderEliminarViva el cremaet!!!
¡Hola Javi! La verdad es que lo pasamos bien y disfrutamos viendo como la tierra se impregnaba de ese líquido elemento que tanta falta le hace.Viva el cremaet!
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio, no hay frustración, sino días diferentes, paisajes nuevos que también tienen su encanto a pesar de las nubes y el agua, y sobre todo la experiencia de compartir un día en la montaña. No olvidemos que la naturaleza es como es, y que hay que aceptar el tiempo que nos viene. Las cumbres te siguen esperando, no se van.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola Fernando! Lo denomino frustración porque al final no conseguimos lo que nos habíamos marcado (por segunda vez), pero evidentemente no porque no disfrutáramos (que lo hicimos) y asumiendo que la naturaleza manda y nosotros nos adaptamos a ella. Además la lluvia nos hace mucha falta. La tierra tiene sed y las fuentes están secas.
EliminarUn abrazo.
Hola, Emilio!
ResponderEliminarAy, la frustración! Como una patada al estómago!
Pero somos de generaciones, donde nos hicieron ver que esta respuesta emocional no era tan nociva para futuros conflictos.
A que después del almuerzo, los amigos, la escandalosa lluvia por el cuerpo.. pasó el trago?
A que piensas volver, a la tercer va la vencida" y conquistar las dos cimas..?
Ya nos contarás!
Un abrazo!
¡Hola Vicente! Pues ,efectivamente, pienso en volver. Y al final, nos fuimos la mar de contentos, con nuestra ruta del sábado. Ya os contaré el retorno.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarDicen que a la tercera va la vencida.Alguna vez será.Lo bueno del senderismo y a quienes nos gusta,es la ilusión y el empeño,el tiempo es otra cosa,no lo podemos controlar.
Lo importante es que al final viste el vaso medio lleno y lo positivo del camino que anduvisteis.
Un abrazo.
¡Hola Emilio!
ResponderEliminarUna ruta muy bonita, con el toque especial que le da la lluvia.
Tranquilo que a la tercera va la vencida.
Yo estos días he tenido que abortar una salida de 2 días por los pirineos con raquetas, con noche en un refugio libre sin guarda, también a causa del tiempo, pero será por días, ya se hará en otra ocasión.
Cuando la vuelvas a intentar o vayas a realizar alguna otra avisa, que estaré durante el mes de febrero por Valencia.
Un abrazo.
Si la madre naturaleza siempre te pone trabas cuando te decides a dos de mas de mil, es porque lo que quiere es que hagas tres de mil. Bueno a la proxima sera, almenos hicisteis algo ese dia.
ResponderEliminar¡Hola Sugoi! Pues tienes razón. A lo mejor es que con dos de mil no hay bastante. Estudiaremos lo de los tres de mil.
EliminarSaludos.