EL TURIO (FANZARA, 11/1/2014)

Unas fotos en Facebook de nuestro amigo Pascual Vicent Albalat subiendo al Turio (655 m) por la pedrera, nos hizo a muchos los dientes largos. Como quiera que llevábamos mucho tiempo queriendo subir a esta montaña en término de Fanzara, cuya peculiaridad es la redondeada forma de su cumbre, no dudamos ni un minuto en responder a la convocatoria para subir a esta montaña tan especial.

La convocatoria reunió a cantidad de buenos amigos en la antigua yesera, reconvertida después en  restaurante y hotel,  que se encuentra en la CV 20 de Onda a Puebla de Arenoso junto a la carretera una vez pasado el desvío hacia Fanzara. A la fenomenal ruta que nos esperaba acudieron los amigos de Casiaventurilla , Goterris y sus compañeros del Centro excursionista de Vila-Real , Salva de Senderistas Valencianos y Vicente Villaplana, vecino de Fanzara, conocedor del término y su historia que amenizó la marcha con la explicación de todas las cosas que sabía sobre la zona.Todos juntos con Pascual íbamos a disfrutar de una excelente mañana de senderismo por tierras del Alto Mijares.

En este punto dejamos nuestros vehículos.

Antes de empezar, saludos y cambios de impresiones entre los participantes.

Cruzamos la carretera para buscar el inicio de la senda que habríamos de coger.

Esta cinta indicaba el inicio de la bonita senda que estábamos a punto de encarar.

La senda transcurre por una bonita pinada paralela al barranco del Turio durante un buen tramo.

Entre los pinos, iluminado por la luz del sol, aparece la redondeada cima del Turio.

 La senda asciende suavemente.

Vicente Villaplana amenizaba la marcha contándonos sendas y caminos del término.

Algunos tramos de la senda estaban empedrados.

Junto a la senda encontramos este corral. A partir de él la pendiente va a ir en aumento.

La meseta redondeada del Turio parece inaccesible desde aquí. Pero Pascual supo encontrar un acceso por esta cara este.

Hemos ido adquiriendo altura y al detenernos a respirar, contemplamos el fondo del valle, donde encontramos la bonita estampa de Fanzara.

 Llegamos hasta el corral del Turio. 
Estas arcadas las vemos en estas construcciones típicas de toda esta zona.

Hemos de llegar hasta la base de estas peñas subiendo por una empinada pedrera. Al levantar la vista hacia ellas, evidenciamos la presencia de un rebaño de cabras. Acercando con el zoom comprobamos que una de ellas nos vigila desde su privilegiada atalaya.

La senda se difumina y ahora habremos de acometer la pedrera, que con fuerte pendiente nos debe llevar hasta la base de las rocosas paredes de la meseta del Turio.

No existe senda, se trata de ir ascendiendo teniendo como referencia las paredes del Turio.

La pedrera tiene una fuerte pendiente, lo que convirtió este tramo en el más duro de toda la jornada.

Nos dirigimos a la punta rocosa que vemos en la izquierda de la foto. Desde allí, siguiendo junto a las rocosas paredes del Turio, nos dirigiremos hacia la derecha para encontrar una pequeña canal que nos llevará hasta la cima del Turio.

Ya estamos cerca de nuestro primer objetivo.

Llegamos a nuestro primer objetivo (el extremo de las pared rocosa) y nos detenemos en este mirador natural sobre el valle del río Chico. En la lejanía, en el valle del Mijares, añadimos a Toga para nuestra colección de "Pueblos desde las alturas".

También, frente a nosotros, el imponente espolón de la Peña Saganta (726 m).

Esta panorámica nos ofrece una visión completa de la Peña Saganta.

Tras unos minutos de contemplación, retomamos el camino. Ahora caminaremos por la base de este cortado rocoso hasta esa pequeña canal que vemos frente a nosotros en la foto.

En todo el tramo de la pedrera y en éste, bajo los cantiles del Turio, hubimos de extremar las precauciones para evitar resbalones y caídas.

Mirando hacia atrás echamos un vistazo hacia el recorrido que acabamos de hacer.

Tras subir esta pequeña canal, nos encaramamos ya a la meseta del Turio. Desde allí, a pesar de la bruma, tendremos ocasión de disfrutar de unas extraordinarias vistas en 360º

Posando en el pilón del Turio.

Y empezamos a disfrutar de las vistas: pantano de Ribesalbes (hacia el noreste).

Peña Saganta (hacia el oeste).

Argelita, a los pies de la muela del Buey Negro, con Penyagolosa al fondo (hacia el norte).

Vallat.

Fanzara desde el Turio.

Hacia el sur, el pico Espadán.

La Rápita.

Argelita, ahora aumentada con zoom.

El castillo del Buey negro. Al fondo, Penyagolosa.

Toga, de nuevo.

A escasos metros del pilón del Turio encontramos la boca de esta sima, una de las más profundas de la comunidad y una de las varias simas que encierra esta montaña.

Como era de imaginar, aprovechamos este enclave privilegiado para reponer fuerzas almorzando.

Otra bonita panorámica de Peña Saganta desde la cima del Turio.

Aprovechamos para hacernos una foto de grupo antes de retomar la marcha.

Ahora descenderemos por la otra ladera por una senda bastante evidente. 

Espadilla a los pies de Peña Saganta y detrás Toga.

Esta senda es bastante transitable, aunque también tiene una buena pendiente.

La senda que baja del Turio desemboca en este punto en el camino del Turio. Lo seguimos hacia la derecha.

Seguimos por este camino durante unos centenares de metros.

El camino tiene excelentes vistas.

En este punto, marcado por este hito, abandonamos el camino. Pascual nos va a conducir hasta la entrada de otra sima del Turio y después enlazaremos con el cortafuegos por el que transcurre la línea eléctrica, recientemente limpiado.

La senda no está marcada, pero avanzamos sin mucha dificultad.

En algún punto vale la pena detenerse a admirar el paisaje.

Levantando la cabeza también tenemos buena vista: el Turio.

Esta es la entrada a la sima.

Retomamos el camino y salimos al cortafuegos en este punto.

Ahora descenderemos por este "ancho camino" hasta la senda de inicio que recorrimos por la mañana.

De vez en cuando nos detenemos para obtener excelentes panorámicas.

La Yesera frente a nosotros. Hacia allí nos dirigimos.

El cortafuegos también tiene buena pendiente.

El Turio desde más abajo.

Vista retrospectiva de la bajada del cortafuegos.

En un punto dejamos el cortafuegos para enlazar de nuevo con la senda de inicio.

Y llegamos hasta el punto de inicio. 

Pero aquí no término la jornada. Hubo postre. Vicente Villaplana nos condujo hasta la aldea morisca de la Alcudia, cuyo entorno limpió de broza y malezas.

Corral de la Alcudia.

Restos de lo que parece una muralla.

Desde la colina en la que se encuentran estos restos, la visión es privilegiada.

Más restos de muralla e incluso la base de una torre circular.

Vistas de la vega del Mijares desde la Alcudia.

Fanzara y la ermita del Santo Sepulcro en primer término con su cúpula azul.

Murallas de la Alcudia enmarcadas por el Turio detrás.

Parte exterior de las murallas.

Tras la visita a las ruinas de la Alcudia, cruzamos la carretera y por un camino frente a nosotros, recorremos unas decenas de metros hasta la fuente de la Alcudia.

Fuente de la Alcudia, donde aprovechamos para beber y rellenar botellas.

Tras esta visita y para redondear la mañana, nos comimos una excelente paella en armonía y  buen ambiente.

No podía faltar la paelleta para redondear el día.

En resumen, una bonita ruta pero con dificultad alta a pesar de su corto recorrido debido, sobre todo, al ascenso por la pedrera que se realiza campo a través sin ruta marcada o determinada, poco recomendable para quien no esté acostumbrado a moverse por estos terrenos pedregosos, inestables y de fuerte pendiente por la peligrosidad que entraña. El resto de la ruta es más llevadero. Imprescindible el GPS.

Trakc de la ruta.