Como decía Santiago, personaje de "Primavera con una esquina rota" de Mario Benedetti, “La única ventaja de este tiempo baldío es la posibilidad de madurar, de ir conociendo los propios límites, las propias debilidades y fortalezas, de ir acercándose a la verdad sobre uno mismo, y no hacerse ilusiones acerca de objetivos que uno nunca podría lograr, y en cambio aprontar el ánimo, preparar la actitud, entrenar la paciencia, para conseguir lo que algún día sí puede estar al alcance.” En estos meses en blanco, en los que no he podido salir a la montaña, baldíos a esos efectos, sí los hemos aprovechado para todas esas otras cosas que nos ayudan a volver con el ánimo necesario para afrontar una nueva etapa.