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miércoles, 30 de junio de 2021

BORRIOL: ALJIBES, POZO DEL PORTUGUÉS, FUENTE DE LA TEJA, ERMITA DE SAN ANTONIO ABAD (19/6/2021)



Imagino que nos pasa a todos lo mismo. Cuantas más rutas haces, más consciente eres de las que aún te quedan por hacer y te das cuenta de que el camino recorrido hasta ahora puede ser más o menos largo, pero que aún te queda mucho por andar. En todos los ámbitos de la vida pasa lo mismo. Esto nos ocurre a menudo y una muestra de ello es la ruta de esta semana en Borriol. Nunca habíamos venido hasta aquí para hacer una. Pues bueno, la hemos hecho y nos hemos dado cuenta de las que aún nos quedan por hacer. Pues tendremos que volver, claro.


Se trata de una entretenida ruta en la sierra de Borriol que nos lleva a dos aljibes de la ruta 2 "ruta dels aljubs", concretamente los del Güenyo y Bernal, bordeando la roca de la Dama. A continuación, tras pasar por la Piedra, nos desviaremos por la tupida senda del Pozo del Portugués que transcurre  por el barranco de las ermitas y que nos lleva a esta fuente. Seguiremos después en busca de la segunda fuente y tras pasar por la base del tossal del Castellet, accederemos a la fuente de la Teja, de fresca agua y con una balsa que recoge el agua que mana de ella. Es un buen lugar para detenernos a almorzar. Seguiremos nuestro camino que nos llevará, ya a pocos kilómetros de Borriol, a la modernista ermita de San Antonio Abad, de reciente construcción (2016). Desde aquí sólo nos quedarán escasos dos km hasta Borriol, donde después de un paseo por sus calles (podremos ver el Portalet, el Museo municipal, la plaza del Pozo, la cruz del Peiró...) llegaremos al punto de inicio, que se encuentra en la Calle San Bartolomé, en la zona norte de la población.

Últimamente el cielo no nos es propicio en cuanto a la presencia del sol. Hoy no iba a ser diferente. Unas amenazantes nubes y una ligera llovizna que fue a más durante unos minutos, nos recibió a nuestra llegada a Borriol. Y de camino, el barro que las gotas llevaban incorporado, se encargó de ensuciar el parabrisas e impedir que tuviéramos una visión adecuada de la carretera. 

“El sol no lleva sino su sencilla túnica de luz. Las nubes se adornan con magnificencia.” (Rabindranath Tagore)

Calle San Bartolomé, punto de inicio de la ruta de esta semana.



La habitual e inevitable foto de grupo para el recuerdo. De izq. a der. Rafa Lafuente, Ana, Emilio Romero y un servidor.


Comenzamos subiendo por esta calle con la lluvia que nos obligó a ponernos el chubasquero que fue adquiriendo un tono marrón en muy poco tiempo.

A unos centenares de metros del comienzo, nos encontramos con esta construcción de piedra en seco: "Els fornets de Cominells".


El panel nos informa de que se trataba de hornos para fabricar cemento blanco muy utilizado en construcción.


A través de este puente llegaba la materia prima a los hornos desde las canteras cercanas.


Frente a los hornos vemos este camino, balizado con un poste que vamos a seguir a la derecha. 
En un principio, seguiremos la "ruta 2" dels aljubs, siguiendo la dirección que marca la paleta superior "La Pedra (La serra per la roca de la Dama)".



"Tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar."

                          Federico García Lorca


Entre la bruma y las gotas de agua, la cima del Bartolo se hace evidente.



Caminamos paralelos a un barranco.


El reclamo de la lluvia hace asomar la cabeza al caracol.

"Caracol, col, col
saca los cuernos al sol
que tu padre y tu madre
también los sacaron."



Nos desviaremos unos metros hacia el aljibe del Güenyo.


Aljibe del Güenyo.
El club de caza "La Muntanya" de la localidad ha estado rehabilitando los aljibes del término para intentar que todos estén abastecidos de agua  y en buenas condiciones.


Junto al aljibe, una pequeña caseta de aperos.


Estuvimos a punto de salir corriendo. El espantalobos fue el causante. El ruido de las semillas en el interior de la cápsula al mover la planta supuestamente ahuyenta al cánido y a nosotros por empatía.


El nombre común de algunas plantas es curioso. Sería interesante conocer la etimología, el motivo de ese nombre: Uña de gato (Raïm de pastor).


A las algarrobas aún les falta un poco.

"Ya de su creación, tal vez, alhaja
algún sereno aparte campesino
el algarrobo, el haya, el roble, el pino
que ha de dar la materia de mi caja."

                                Miguel Hernández



¡Cuánta flor silvestre en los vallados,
qué festones y encajes
primorosos de musgo y de verdura,
qué colorido y follaje en los árboles
mientras las brisas mansamente corren
como aliento de ángeles!
  
                                       Rosalía de Castro


Por lo que comentaba arriba de los nombres, curioso también éste del cardo corredor: ¡pero si no se mueve del sitio."


El camino es cómodo y la lluvia ha cesado.


Ahora más evidentes las antenas del Bartolo.


El aladierno estaba exuberante y presentaba infinidad de frutos.


Normalmente no nos fijamos en las adelfas y lo cierto es que sus flores son también espectaculares.

"Me miré en tus ojos
pensando en tu alma.

Adelfa blanca.

Me miré en tus ojos
pensando en tu boca.

Adelfa roja.

Me miré en tus ojos.
¡Pero estabas muerta!

Adelfa negra."

                            Federico García Lorca


Los conejitos piden su protagonismo, ligeros, sencillos, bellos...


Es común ver la hierba pincel, pincelillo o periquillo crecer entre las grietas de las rocas.



El sendero conserva el empedrado en algunos tramos.



La altura también nos permite ver una pequeña zona de Borriol. Su zona norte.


La roca de la Dama.


Las hojas suculentas de la uña de gato sugieren que está adaptada a terrenos poco húmedos y son capaces de almacenar en ellas agua que cubre sus necesidades ante la escasa humedad.


Junto al camino, vemos esta madriguera, aunque desconocemos a quien sirve de morada.


"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"

                                                     Amado Nervo


Vamos bordeando la Roca de la Dama, que llevamos siempre de referente.


Esta especie de antena corona la cima de la Roca de la Dama.


Gracias a la altura que hemos alcanzado podemos ver la ciudad de Castellón. Una lástima que el día no acompañe y nos permita una mejor visión.


En este punto vemos estos ribazos de piedra en seco que bordean campos. De aquí dejaremos el sendero unos metros para ir a buscar el segundo aljibe.


Pasamos por este corral en ruinas y llegamos enseguida al aljibe.


El aljibe Bernad. Este no tiene pozal para sacar el agua.


Y éste es el interior del aljibe.



Difícil definir dónde se encuentra la belleza de estas florecillas silvestres, ¿en su color?, ¿en su forma?, ¿en su sencillez?, ¿en su soledad?.... Para nosotros es una sensación, algo que nos conmueve, que nos invita a detenernos y recrearnos con su visión...


Una lástima que las nubes y esa neblina tan persistente nos impida la vista sobre la Plana y el mar.



Pero nosotros seguimos caminando, ahora por terreno despoblado.

"Mil amigos tengo;
di con un camino,
di con un camino que saben los pájaros,
camino que lleva del alma a lo íntimo."

                                Vicenta Castro Cambón


Desde que descubrimos esta curiosa planta, la nevadilla o sanguinaria (así llamada por sus propiedades hipotensoras), la vemos en todas nuestras rutas cuando antes nos pasaba desapercibida.


Otra muestra de construcción de piedra en seco. Se trata de un refugio contra la lluvia.


Perfecta forma esférica natural.


Los caminos rurales también no gustan y en la ruta encontramos tramos de estos caminos.


La peña del Corn. otra cima que nos queda pendiente para visitar.



Sus antenas ampliadas con el zoom.



Entre pinos, olivos y almendros, transcurre el camino.


Y llegamos a la Piedra, que es este monolito en mitad de una gran explanada.


En la explanada de la Piedra, ocupa un espacio principal una monumental carrasca.


Una preciosa mata de candilera, aún por florecer. Se trata de una planta de propiedades diuréticas.


Nos encantan los árboles. No sé qué fuerza nos transmiten, qué "sentimientos" nos infunden, pero algo especial sentimos cuando estamos junto a uno. Al fondo vemos el mas de Tàfol.

"Sé bien que soy tronco
del árbol de lo eterno.
Sé bien que las estrellas
con mi sangre alimento.
Que son pájaros míos
todos los claros sueños…
Sé bien que cuando el hacha
de la muerte me tale,
se vendrá abajo el firmamento."

                     Juan Ramón Jiménez


Aquí se inicia la "senda del pozo del Portugués". Este camino que vemos se convertirá enseguida en sendero que transcurre junto al barranco de las ermitas.



Y aquí ya vamos por un precioso sendero, que casi nos recuerda a una selva.



"En la higuera me haré, después de muerto,
un higo blanco, amor,
y tú serás curruca o benteveo,
o calandria o pinzón."

                                 José Pedroni.


¿Dejamos a estas margaritas seguir su existencia o las arrancamos para preguntarles si..."¿me quiere?, ¿no me quiere?, ¿me quiere?...Evidentemente, las dejaremos donde están. Las dudas las resolveremos de otro modo.


Una bonita senda entre pinos nos conduce hasta el pozo del Portugués.


Y llegamos al pozo del Portugués.


No vimos exactamente un pozo. Vimos esta fuente de fresca agua.

"Ojos de agua de sombra,
ojos de agua de pozo,
ojos de agua de sueño.
El silencio y la soledad,
como dos pequeños animales a quienes guía la luna,
beben en esos ojos,
beben en esas aguas."

                                 Octavio Paz


Tras la visita al pozo del Portugués, el sendero continúa por una tupida senda entre pinos.


La centaura menor...ligera, volátil, delicada, perfecta.


Y el hinojo, también  tan abundante en nuestros campos y montañas.


Y pasamos por debajo del tossalet del Castellet.


Encontramos un corto tramo con piedrecilla suelta que nos puede hacer resbalar y está equipada  con pasamanos, aunque tiene alguna varilla suelta y su fiabilidad no es total, aunque tampoco es muy necesario.


Ana sorteando el paso.


Entre los pinos, podemos ver las cimas de los alrededores.



Un joven algarrobo en pleno crecimiento nos llama la atención por sus tiernas y verdes hojas.


Estas hojas de algarrobo muestran que la ligera lluvia que ha caído durante la ruta, va mezclada con barro, que mancha todas las superficies.



"Marchito y sin vida
tu ramo, aldeana,
acaso mañana
ninguno lo pida;
mas hoy que lo pinta
la luz del amor,
desata esa cinta
y dame una flor."

                    Adelardo López de Ayala


Seguimos por la senda, rodeados de naturaleza. No nos gusta perdernos ni un detalle.
Nos encanta lo que nos rodea mientras caminamos.


Buscamos la fuente de la Teja. El poste es claro en ese sentido: derecha.


Vemos desde el cruce, el más de Julià.


La abundante vegetación nos señala que estamos muy cerca de la fuente.


Esta es la fuente de la Teja.


Y ésta, la balsa en la que vierte su caudal.


La fuente rebosa de culantrillo, esta especie de helecho que nace en zonas húmedas (fuentes, cuevas, pozos, aljibes...)


El almuerzo es uno de los momentos estelares de nuestras rutas. Comienza siempre con todo un ritual para la preparación de lo que vamos a comer.


Y siempre solemos inmortalizar el momento. ¿Por qué será?
Por cierto, mientras comíamos algunas gotas empezaron a caer. Menos mal que la cosa no fue a más.


Tras el almuerzo, hemos de continuar. Es más pesado caminar con la panza llena. Pero siempre, siempre, el paisaje nos hace más llevadero el trance.


Salimos de nuevo al cruce donde nos desviamos a la fuente de la Teja para retomar el camino. Ahora seguiremos a la derecha por una amplia pista que va a ir subiendo poco a poco y acabará convirtiéndose en una empinada senda.


Las mariposas revolotean graciosas y juguetonas alrededor nuestro. Son como niños pequeños que reclaman nuestra atención y se mueven inquietas para aquí y para allá. Nosotros queremos corresponder y siguen con nosotros unos pasos hasta que retornan a sus quehaceres porque han visto una flor vistosa que las ha llamado. Intentamos fotografiarlas, pero son tan traviesas que es muy difícil hacerlo.


A nuestro alrededor, vemos cimas y montañas que nos dicen que hemos de volver porque nos quedan muchos rincones de Borriol por conocer.


La pista definitivamente se ha convertido en una senda en constante subida que nos pone a prueba las piernas y los pulmones.


Seguimos subiendo sin prisa, pero sin pausa.


El mas de Julià otra vez.


Nos gusta el paisaje.


Solitaria, bella, azul...nos ha enamorado. 


Ya hemos alcanzado la parte más alta de la montaña que subíamos y hemos cambiado de vertiente, lo que nos permite ver Borriol.


No son de las más bellas, pero también nos encantan.

"Tiene la mariposa cuatro alas;
tú tienes cuatro versos voladores;
ella, al girar, resbala por las flores;
tú por los labios, al girar, resbalas."

                                      Salvador Rueda


Algún tramo de senda está muy descarnada, con surcos como el de la foto. Una pena.



La proximidad a Borriol es evidente. Su inexpugnable castillo así lo atestigua.



Otra construcción de piedra tal vez para refugio en caso de tormentas.



Y encontramos un mirador natural sobre Borriol. Lástima que las nubes no nos dejen disfrutar de una visión más nítida.


Y llegamos a la parte trasera de esta modernísima ermita.Podríamos denominarlo como el "ábside".


Parte delantera de la ermita de San Antonio Abad, cuya construcción data de 2016 y vemos que no tiene ninguna ventana abierta al exterior. Desde luego es de un estilo modernísimo.


Frente a la ermita, este poste. Indica dirección a la fuente de la Botalària. Seguimos en esa dirección pero no llegaremos a la fuente.


El sendero va descendiendo entre pinos.


El camino baja entre ribazos de antiguos campos y hace curvas que permiten fotos como ésta.
¡Hola, fondo norte! ¡Hola, fondo sur!


Salimos a una pista que ya no dejaremos hasta llegar a Borriol.
Se trata del camino de la Botalària.


Esta mata de gata rabiosa ataca inmisericorde a este arbusto. Desconocemos el motivo.


Ahora ya tenemos Borriol a la vista. Lo habremos de cruzar para llegar al inicio de la ruta.


Entramos en Borriol. Giramos a la izquierda por la calle Calvario.


Entre las casas vemos, en lo alto de un cerro, la ermita del Calvario. En un principio la idea era subir hasta allí, pero la hora ya no lo iba a permitir. 


Los restos del castillo también son visibles desde la calle.


También pasamos por el Portalet. Por este lado, vemos encima del arco la imagen de San Vicente Ferrer.

Por el otro lado, en una hornacina, la imagen  de Nuestra Señora de los Desamparados.



También pasamos por el antiguo ayuntamiento, convertido ahora en Museo municipal.

Y frente al Museo municipal, la iglesia de San Bartolomé.


Pasamos también por la plaza del Pozo. El nombre ya vemos de donde le viene.


Y esta esquina nos llamó la atención por la inscripción: "A pisar a ta casa, brut". 
Es cierto que hay gente muy incivil. Una pena que haya que escribir esto para que la gente sepa lo que no debe hacer.


Ya estamos casi. Doscientos metros y habremos terminado.



Pero antes pasamos por este peirón.


Y terminamos donde empezamos.


Hemos terminado una ruta más y como dije al principio, con la sensación de que nos quedan más rutas que conocer en Borriol. Al contrario de lo que pudiera parecer, que nos queda una menos, la realidad es que nos quedan unas cuantas más de la que pensábamos antes de venir aquí. Pues a ellas. No nos importa nada, al contrario.

La ruta en el mapa.




La ruta en Wikiloc

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2 comentarios:

  1. Hola Emilio: Atractiva ruta con la incertidumbre de la lluvia, que finalmente nos respetó. Una buena mañana en contacto con la naturaleza y en grata compañía. Como dices, Borriol tiene mas caminos. Ya las abordaremos. Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Emilio! Digamos que nos entretuvimos la mañana del sábado y vimos las posibilidades que presenta Borriol. Y la compañía, por supuesto, excelente. Volveremos.
      Un abrazo.

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