CAUDIEL: VÍA VERDE OJOS NEGROS (3/2/2021)

Como dice un aforismo oriental del Kularnava tantra, "El mismo suelo que te hace caer es en el que tienes que apoyarte para levantarte".  Y estamos empezando a levantarnos otra vez. Eso sí, despacito y con buena letra para que nada se tuerza. "Hasta en la nube más oscura hay una hebra de luz" como reza una sentencia hindú y esa hebra de luz es el recorrido que os presento en esta entrada.

Se trata de un tramo de la "Vía Verde de Ojos Negros" (la más larga de España con 167,5 km) que realizamos desde Caudiel. Es un recorrido prácticamente llano con muy poco desnivel ideal para ir cogiendo las fuerzas necesarias para emprender mayores retos. Hicimos un tramo de ida y vuelta que nos supo a gloria, después de tantos meses en el dique seco. Esta es la crónica de un feliz reencuentro con lo que más me gusta: caminar, caminar...y seguir asombrándonos de la naturaleza como si acabáramos de descubrirla: de cada árbol, de cada flor, de cada pajarillo, de cada piedra, de los aromas de las plantas...

Como viene siendo habitual, sin haber cantado aún los gallos y cuando empezaban a desvanecerse las sombras de la noche, estábamos ya en el punto de inicio.

De noche blanca corría,

blanca corría la luna

y yo corría tras ella.

De repente la perdía

de repente aparecía.

                Liber Falco

Empezamos en uno de los lavaderos de la población, en concreto éste en la calle Puente, justo al lado de la Vía Verde. El silencio imperaba en el lugar: "El silencio siempre es elocuente; es el fluir perenne del lenguaje. El silencio es elocuencia permanente; es el mejor idioma" (Ramana Maharshi).

La foto de grupo antes de empezar: Rafa Lafuente y un servidor.

Y no tenemos que desplazarnos para iniciar nuestra ruta. Podemos ir hacia el norte o hacia el sur. En este caso lo haremos hacia el norte. Caminaremos hasta que nos parezca y daremos la vuelta. Aquí mismo empezamos nuestro camino. Respiramos hondo y volvemos a sentir la emoción de volver a comenzar una ruta. Momento inefable.

Apenas llevamos unos pasos vemos lo que va a ser la tónica general del recorrido. Se trata de un camino encerrado entre dos taludes, con puentes que lo cruzan por alto y túneles que tendremos que atravesar. 

Y llegamos al primer túnel y único del tramo que vamos a recorrer. Al poco de adentrarnos en él, un sensor encendió las luces que nos permitieron cruzarlo sin necesidad de llevar linterna. A la vuelta vimos que también hay interruptores para encenderlas manualmente.

Tras cruzar el túnel ya salimos a campo abierto y vamos reconociendo elementos del terreno familiares: en la foto., el Alto de las Palomas.

Otro monumento del patrimonio artístico de Caudiel también lo acercamos con el zoom. Se trata de la Torre del Molino o Torre de Anibal, torre defensiva de origen incierto, tal vez romana. Está reformada tanto por dentro como por fuera, siendo muy poco probable que esta reconstrucción se corresponda con la original.

También acercamos con zoom la cima del Pico del Águila, en la sierra Calderona.

Un puente más que cruza por encima de nuestras cabezas. No conté los que cruzamos por debajo.

En el corto tramo que hicimos encontramos alguna área recreativa para poder detenerse a descansar. Ésta es la primera que encontramos a poco de empezar (1,5 km),  y está situada junto a la vieja estación de Caudiel.

Vieja estación del tren minero en Caudiel.

De nuevo, la vía encajonada entre las rojizas paredes de los taludes y otro puente cruzándola. Por cierto, dos trabajadores estaban limpiando las cunetas de hierbas y manteniendo la vía en buenas condiciones. Nos gusta que se conserven las cosas. Excelente iniciativa que aplaudimos.

Más adelante, a unos 4,5 km, encontramos otra área recreativa a escasos metros de la Vía Verde. En este caso, encontramos también una fuente apta para el consumo humano como reza en la caseta de la que mana el agua de la fuente.

Por cierto, muy fresca el agua. Lo pudimos comprobar a la vuelta.

Aunque el día no era muy luminoso, la ausencia de luz solar era suplida por la explosión de la primavera, anunciada ya por los almendros en flor.

"Almendro de la gracia sorprendida,

regalo de un invierno;

almendro que haces puente esta mañana

entre mi alma y lo eterno."

                         Antonio López Baeza

El almendro de la foto anterior se encuentra en el barranco que cruza este viaducto de la Fuensanta, con ocho arcos, y paralelo a...

...éste otro de la vía nueva. Ambos se pueden contemplar juntos si bajamos hasta el fondo del barranco. En nuestro caso no lo hicimos.

El solitario almendro, copado de flores, ajeno a nuestros ojos, espléndido en su belleza nada afectada, sencilla y natural.

"Mi corazón alegras

con tu flor diminuta y tu silencio.

¡Cómo llenas las horas en abismo

de mi pasar sediento!"

                                    Antonio López Baeza

El escenario no puede ser mejor: la sierra de Espadán como telón de un magnífico escenario.

Y su máximo representante: La Rápita.

Y, cómo no, el Espadán.

A cada metro, la naturaleza empieza a mostrarse alegre. Los almendros en flor son todo un espectáculo para la vista. Una belleza sencilla, sin estridencias, silenciosa y ancestral que te absorbe y obliga a detenerse y contemplarla con admiración y encandilamiento.  

"Almendros en flor.

La primavera

se acerca."

                    José María Hinojosa

Almendros en flor. Al fondo, el Alto de las Palomas.

"Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos,

las polvorientas encinas! ...

¿Adónde el camino irá?

Yo voy cantando, viajero

a lo largo del sendero...

—La tarde cayendo está—."

                            Antonio Machado

A los 5,5 km encontramos un desvío hacia Viver.

Junto a la vía del tren, vemos las viejas traviesas dejada ahí tras sustituirlas por otras nuevas. 

En mi opinión deberían retirarlas.

También es muy evidente el Peñascabia, asomándose reclamando nuestra atención.

A pesar de lo pasado y seguro que de lo futuro, seguimos prendados de la flor. En este caso, del almendro. Su belleza nunca nos será indiferente. Estará siempre con nosotros pase lo que pase.

"Para ti mi pensamiento,

para ti mi corazón;

para ti, flor de tormento,

mi pasión."

En un tramo de unos cien metros, nos encontramos a ambas partes, con una zona llena de hitos de los que desconocemos su motivo. Su utilidad desde luego es nula.

Aproximadamente en el kilómetro ocho encontramos esta vetusta paleta de madera que no indica el desvío a un búnker de la guerra civil. Está a diez metros y, por supuesto, nos acercamos a verlo.

Éste es el aspecto que presenta el búnker por fuera. Su forma de mesa de piedra nos recordó que no habíamos almorzado y que ya era hora de ello. Eso es lo que hicimos, no sin antes echarle un vistazo por dentro.

Ésta es la angosta puerta de acceso a su interior.

Interior del búnker. Desde luego, se trata de una construcción sumamente sólida, capaz de soportar fuertes impactos de artillería.

Tras la visita al búnker decidimos seguir unos metros más, cosa que hicimos hasta que llegamos a este otro viaducto sobre un barranco y dónde se enlazaba con el GR 7. Nos encontrábamos también muy próximos a la Autovía Mudéjar, cuyo tráfico oíamos perfectamente desde aquí.

Éste puente que soporta la nueva vía, era paralelo al viejo viaducto. En este punto decidimos volver sobre nuestros pasos.

Y como siempre suele suceder, aunque volvamos por el mismo sitio, nunca es lo mismo. Siempre encuentras elementos diferentes y llevar el sentido contrario al que llevaste a la ida, lo hace distinto.

Un ejemplo de lo que dije en el pie de foto anterior es este altarcillo improvisado en un hueco de la pared del talud que nos había pasado inadvertido en la ida.

Los campos presentan una preciosa imagen que impacta en nuestras retinas y nos obliga a hacer fotos una y otra vez. Y pensamos qué fuerza tiene la naturaleza que siempre sale adelante a pesar de cualquier tipo de inclemencia.

"Suele tal vez, venciendo los rigores

del crudo invierno y la opresión del hielo,

un tierno almendro desplegar al cielo

la bella copa engalanada en flores."

                           Juan Bautista Arriaza

La Vía Verde Transcurre durante todo este tramo, paralela a la vía del tren Teruel-Valencia. Vimos pasar dos trenes de Renfe durante la ruta.

Para nada nos ha parecido monótono ir y volver por el mismo sitio. Hemos disfrutado al máximo cada tramo. El hecho de poder hacerlo en buenas condiciones hace que uno lo valore todo mucho más y haya dejado de ser selectivo: El poder caminar, simple y sencillamente caminar, es algo maravilloso y extraordinario, el lugar por el que lo hagas, es secundario.

A la vista, Caudiel. Y al fondo, espléndida, la sierra de Espadán.

 ¡Qué mejor telón de fondo para esta primera ruta tras la prolongada ausencia!

La antigua estación de Caudiel no indica que nos queda bien poco para terminar.

Nuevamente atravesamos el túnel. En esta ocasión encendimos las luces con el interruptor.

Ya vamos viendo la luz al final del túnel tras un largo periodo.

Y a pesar de la hora, la una del mediodia, el lavadero y un silencio similar al de la mañana, nos recibe en el final de esta cómoda y sencilla ruta que nos ha sabido a gloria y que hemos disfrutado en cada momento y lugar por donde hemos pasado.

Ha sido un entrañable reencuentro con las salidas que tanto tiempo he anhelado. Espero que sea el inicio de un nuevo renacer que nos haga seguir mirando hacia adelante con optimismo: "Si sabes que estás vivo, saca jugo a tu vida. La vida es de esa clase de invitados que nunca le visita a uno dos veces" (Kabir).

La ruta en el mapa.

La ruta en Wikiloc.

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