Nuevamente, nuestra querida Calderona sale a nuestro encuentro y nos ayuda a pasar un buen sábado disfrutando de la montaña un día en el que por motivos familiares (mamá cumple 91 años y eso hay que celebrarlo en familia) no podía desplazarme muy lejos. Por otra parte, mi reciente lesión de rodilla merece algún descanso de vez en cuando y éste era el fin de semana elegido para ello. Pero uno no para de darle vueltas al asunto y echa de menos la montaña. Por eso pensé que una ruta cercana y corta no me podría hacer mucho daño y me permitiría acudir a la celebración familiar.