VIII MARCHA SENDERISTA RIBESALBES (10/5/2014)

El pasado sábado 10 de mayo se celebró la VIII marcha senderista por Ribesalbes, con una gran afluencia de senderistas (algo más de 100), con muchas ganas de pasarlo bien y recorrer otro de los itinerarios de este término municipal. En estas marchas senderistas, los protagonistas son los participantes y los reencuentros entre buenos amigos, que aprovechamos estos eventos para saludarnos e intercambiar opiniones y vivencias.

En esta ocasión acudieron a la cita, entre otros muchos, nuestro buen amigo Juanjo Carrasco y Vicente Gimeno (Caminatas a las 8), Jesús y Silvia (Anda con Tío Canya), Álex y todo el grupo de Casiaventurilla, José Luis, Rosario y su grupo (La esencia de las cosas) y , por supuesto, Pascual Vicent Albalat, Maite, Zaida, Vicente Olucha (Los caminos de Bilbo), Carlos y demás componentes de Ribesalbes, amigos de Onda como José Mariano Palanca y su gente, junto con gente venida desde diferentes puntos tanto de los alrededores como de lugares más lejanos (Valencia, Torrent, Xávia...). El grupo contó también, como es habitual, con la presencia del alcalde de Ribesalbes, José Medina, que compartió ruta con todos los senderistas. Y por último, comentar que en varios puntos del recorrido tuvimos avituallamiento para reponer agua.

A partir de las 8, los inscritos fueron recogiendo la camiseta y confirmando la asistencia. Mientras esperábamos la salida, los saludos y reencuentros fueron la tónica general.

Nuestro grupo nos hicimos una foto antes de la partida: Juanjo, Luis,Chelo y Vicente. 

Agachados un servidor y Emilio Romero.

Sobre las 8,30 se inició la ruta. El grupo se dirigió hacia el puente sobre el Mijares.

Cruzamos el puente sobre el Mijares con ánimo.

Cruzando el puente, pudimos constatar el mal que está haciendo la sequía este año.

Caminamos un tramo por la carretera de acceso a la población.

Y nos desviamos a la izquierda por una calle por la que accederemos al cauce del embalse.

El bajísimo nivel del agua es más que evidente.

Precisamente el bajo nivel del embalse hizo que la organización cambiara el recorrido inicial para que camináramos por lo que fue el antiguo cauce del Mijares. Imaginamos la zona con la huertas trabajadas y a los labradores en sus tareas. Tiempos ya lejanos que no volverán.

En este arenoso tramo, eran escasas las zonas en las que encontramos agua.

Caminamos sobre el arenoso lecho del embalse. Parecía que anduviéramos por la playa.

Subimos en algún punto para volver a bajar al lecho poco después.

De esta manera salvamos alguna zona con agua.

A bajar de nuevo.

En algunos puntos era preciso reorganizar al grupo.

Subimos definitivamente del cauce del embalse y retomamos el camino por una pista.

Y después un corto tramo de senda que nos lleva hasta la carretera.

Recorremos algo menos de 200 metros por la carretera y la cruzamos.

Nada más cruzar, otra vez reagrupamiento. A la sombra, que ya va haciendo calor.

Ahora transitamos por la partida de la Saera.

Desde la senda podemos fotografiar dos buenos conocidos: Turio (izq) y Peña Saganta (der).

También, como caminamos a cierta altura, vemos el trascurrir del Mijares por el término de Ribesalbes. Los cuidados y alineados campos de naranjos contrastan con el desconchado de la montaña debido a la cantera o mina de caolín.

Un meandro del Mijares.

La cantera de Caolín más cerca.

Y llegamos a una zona más poblada por pinos, elegida por los organizadores por la sombra, para hacer aquí el almuerzo.

Tras el almuerzo, toca seguir. Caminaremos durante un rato junto al canal cota 220.

Canal de la cota 220.

En este punto, marcado por el hito de piedra, dejamos la cota 220 y seguimos por una senda.

La fila de uno es la formación en esta estrecha senda.

Descendemos hacia una pista y seguimos hacia nuestra derecha. Tenemos la Atalaya frente a nosotros.

Llegamos a esta caseta con el curioso nombre de "Finca de un carretero". 

Entendemos que se trata de la caseta de una persona orgullosa de su oficio.

Aunque en estado algo ruinoso, nos llamó la atención el conjunto de azulejos que decoraban las columnas del emparrado. Eran azulejos con representaciones de diferentes oficios antiguos.

Y llegamos hasta esta balsa que regula el caudal del canal Cota 220. Aquí hubo otro reagrupamiento.

La sierra de Espadán se nos ofrecía desde aquí en todo su esplendor. El cresteo desde la Peña Pastor hasta el pico Espadán se perfila ante nosotros.

Y nos desviamos aquí por una senda que nos iba a llevar hasta la cima de la Atalaya, montaña de escasa altura (346 m.) pero con unas vistas inmejorables en 360º.áles y José Luis en pleno ascenso.

En las subidas la marcha siempre se ralentiza, ¿por qué será?.

Hacia el norte también miramos, buscando la mirada cómplice del señor de nuestras montañas: Penyagolosa.

Y una panorámica hacia el sur que tampoco está nada mal.

La Rápita.

Onda, coronada por su castillo.

Y Ribesalbes.

Pilón en la cima de la Atalaya.

Posando en el vértice de la Atalaya: servidor, Emilio Romero y Luis.

Las vistas del embalse desde aquí también son espectaculares. Se echa de menos más color azul en la foto.

Panorámica desde la Atalaya.

Y posando con el pilón de fondo.

Y desde aquí también Peña Saganta nos presenta su mejor imagen.

Otro zoom hacia Penyagolosa.

Y aquí, la casi totalidad del grupo, nos hicimos una foto.

Tras deleitarnos con las vistas y unas fotografías después, comenzamos a descender de la Atalaya.

A los pocos metros de la cima encontramos este pastoril refugio.

Ahora transitaremos por la misma carretera que a la ida.

Cima de la Atalaya, de donde venimos.

Seguimos por el camino y dejamos a la izquierda la senda que de bajada nos dejó aquí. Cruzamos ahora por un puente que cruza un brazo del embalse, junto a una construcción en ruinas (parecía un antiguo pozo de riego).

Evidentemente, la sequía impide que el agua llegue hasta aquí.

Ascendemos por un tramo un tanto inestable pero sin mayor problema.

Ahora nos dirigimos hacia un mirador natural con bonitas vistas sobre el embalse de Sitjar.

Una pena que la sequía nos prive de una mejor imagen.

A pesar de la sequía nos gusta posar en este bonito mirador.

El sol cae sobre nuestras cabezas y empezamos a acusar el calor.

Este último tramo transcurre junto al embalse. Pero la arena predomina sobre el agua y ofrece un aspecto desolador.

Algún tramo presenta agua, pero insuficiente a todas luces.

Nuevamente salimos a la carretera de acceso a Ribesalbes (CV- 191) que ya no dejaremos hasta el final.

Llegando a Ribesalbes volvemos a fotografiar, apesadumbrados, el aspecto que muestra el embalse.

A la entrada de Ribesalbes detenemos el GPS y damos por terminada la ruta. Nos espera una reconfortante ducha en el polideportivo y la comida en el centro multiusos. Antes caerá alguna cervecita bien fría, que el calor aprieta.

Y ahora os muestro unas fotos para que veáis lo que ha bajado el nivel del agua desde el año pasado.

Foto de 2014.

Foto de 2013.

En fin, una pena. Esperemos que llueva pronto, que falta hace.

Dispuestos para la comida. ¡Al ataqueeer! 

Panorámica que mostraba el centro multiusos con los comensales en plena faena.

Y terminar con unas palabras de agradecimiento a los organizadores y los preparadores de la ruta para que sigan con esta labor y podamos volver durante muchos años a esta entrañable localidad.

Entradas relacionadas.

• VI marcha senderista por Ribesalbes.
• VII marcha senderista a Ribesalbes.

La ruta en el mapa.

La ruta en wikiloc.





Película de la marcha.