EL MONTGÓ (13/10/2013)

Otra emblemática montaña valenciana ocupó este estupendo sábado senderista: el Montgó. El Parque Natural del Montgó, en la Marina Alta, se alza sobre las llanuras colindantes de Ondara-Dénia y Javea-Gata de Gorgos y fue declarado Parque Natural, por parte de la Generalitat Valenciana el 16 de Marzo de 1987. Es un enclave privilegiado del que se han aprovechado diferentes culturas a lo largo del tiempo desde el hombre primitivo, pasando por íberos, romanos y musulmanes. Nosotros hemos aprovechado esta excepcional situación para realizar un maravilloso sendero circular que nos ha permitido contemplar las inigualables vistas que ofrece esta singular montaña.

Tres años después hemos vuelto a esta emblemática montaña. Las 8,30 fue la hora elegida para iniciar la marcha. Si la vez anterior salimos de Jesús Pobre, en esta ocasión iniciamos el recorrido desde Denia, en concreto desde la ermita del Pare Pere, donde se encuentra la entrada al Parque Natural del Montgó.

 

 El grupo preparándose para iniciar la ruta.

 Un panel informativo nos indica la entrada al Parque Natural del Montgó. Conviene echarle un vistazo ya que te da una idea general de la zona que vamos a recorrer.

 Iniciamos la ruta por un camino de tierra que empieza a subir suavemente por la ladera del Montgó.

 Como siempre, la foto de grupo. De izq. a der. Jaime, Rafa, Concha, Carmen, servidor, Mari, Chelo, Luis y Ricardo agachado.

 A medida que ascendemos, empezamos a tener buena panorámicas de Denia y de sus numerosas (y excesivas, a mi parecer) urbanizaciones. Aunque nada comparado a las vistas que tendremos después desde la cima.

 El murallón rocoso de la mole también nos llama poderosamente la atención.

 Desde aquí no se intuye senda de subida. Parece una muralla inexpugnable.

 Todo el recorrido está indicado con postes o paneles de dirección que nos van guiando hacia la cima, como este de la foto. Seguimos a la derecha en dirección a la cima.

 Ahora ya hemos ganado bastante altura y la panorámica mejora. El castillo de Denia destaca enclavado en el montículo que vemos en el centro de la fotografía.

 De nuevo otro poste. La dirección a seguir es clara.

 El caminos se ha transformado en una estrecha e inclinada senda que va ascendiendo por las paredes del Montgó. Durante el recorrido vamos a ver en varias ocasiones magníficos caracoles de un tamaño poco habitual.

 Las estupendas vistas impregnan nuestras pupilas. Una pena que las nubes y algo de bruma enturbiaran la claridad de las fotos.

 A veces, la señalización está en el suelo. Las indicaciones son claras. En este punto el grupo se fraccionará definitivamente en dos. Unos harán un recorrido más corto y suave a la Cueva del Agua. El resto haremos un recorrido más duro y subiremos a la cima del Montgó.

 La senda hasta el desvío a la cueva del agua transcurre por la umbría del Montgó. Algunos tramos de la misma requieren de algo de atención y cuidado especial y más si la roca resbala al estar húmeda, como en este caso porque había llovido durante la noche. Además, como se aprecia en la foto, la senda está trazada justo al borde del precipicio y un fallo puede ser peligroso.

 Otra señal en un nuevo cruce.

 Esta senda nos lleva primero hasta un collado, ya a una altura considerable. Como veis, el Mondúver y sus antenas sobresalen al fondo. Algo más adelante, la sierra de Segària nos muestra su afilada cresta.

 Aún no hemos llegado al punto más alto y ya paramos a deleitarnos con las estupendas vistas de la Marina Alta a nuestros pies.

 Este es el único punto en el que nos despistamos. Aquí no había panel y la senda sigue a la derecha. Nosotros continuamos rectos por encima de las piedras y aunque vimos esta flecha roja que indica claramente la dirección, no le hicimos caso. A escasos 20 m. la senda que llevábamos se cerraba demasiado y nos dimos cuenta de que el camino era equivocado. Regresamos hasta este punto y continuamos ya sin ningún tipo de dudas.

 Sierra de Segària y Sierra del Migdia frente a nosotros. Ondara se adivina entre las dos lomas.

 La sierra de Bèrnia frente a nosotros.

La composición caliza de las rocas del Montgó hace que hayan sufrido el fenómeno de la Karstificación por el cual, el agua disuelve las rocas confiriéndoles este aspecto de queso de gruyère o rocas con afiladas aristas que hacen incómodo caminar por encima de ellas.

 En este punto encontramos el desvío a la Creu del Montgó o Creu de Dènia, que obviamos en esta ocasión ya que habíamos estado allí anteriormente y proseguimos hacia la cima.

 Pasamos debajo de la Creu del Montgó, dejaremos para otra ocasión la visita.

 Parece que la cima nunca llega. Hay que seguir.

 Vistas hacia el sur: la sierra de Bèrnia.

 Vista hacia el norte: la cruz del Montgó, la sierra de Segària y la sierra del Migdia o del Cavall.

 Los pinos prácticamente han desaparecido de esta montaña. Este solitario de la foto resalta por ello aún más.

 Maltratado vértice geodésico del Montgó.

 A los pies del vértice encontramos esta placa informativa, de la que destacamos la altura del Montgó: 752 m.

 Aprovechamos el buen tiempo y las excelentes vistas desde la cima para almorzar.

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 Foto de grupo en el geodésico.

 Vistas hacia el mar y Xàbia cuya nitidez queda empañada por la bruma. 

el cabo de San Antonio y el cabo de San Martín enmarcan la bahía.

 La punta del Peñón de Ifach a parece a la izquierda. A la derecha Gata de Gorgos

Tras el almuerzo, las fotos de rigor y el extasiante panorama, tocaba bajar. seguiríamos por la senda que sale desde el vértice y que transcurre por la cresta que desciende hacia Xàbia. Es, tal vez, el tramo más peligroso de la ruta, en el que extremaremos las precauciones. a pesar de todo está muy concurrido y encontramos muchos senderistas tanto de subida como de bajada.

 El cordal desciende de forma abrupta y por una "senda" más intuitiva que real marcada con las señales amarilla y blanca del PR-CV 152. Las piedras con afilados cantos componen el suelo de este tramo de cresta.

 Perspectiva de la cresta.

 Este poste avisa de la peligrosidad de la senda.

 La vistas sobre el mar nos hechizan y nos obligan a fotografiar una y otra vez.

 Tras un primer tramo más inclinado y directo, la bajada se suaviza un poco y la senda empieza a zigzaguear. De nuevo empezamos a ver la imponente y verticales paredes de la cara este del Montgó.

 En este cruce nos desviamos dirección Denia por la cueva del Camell.

 Boca de la cueva del Camell, muy concurrida.

 A partir de la cueva del Camell, la senda se transforma en una pista de unos 5 km que bordea, mirando al mar, toda la ladera del Montgó: es el denominado camino de la colonia.

"El camino (de la colonia), de 5,5 kilómetros de longitud desde la ermita del Pare Pere hasta la Cova del Camell, se abrió en 1921 para acceder a las parcelas de la colonia agrícola.
Hoy es una pista forestal que permite realizar rutas de senderismo hasta la Cova de l'Aigua o hasta la Cova del Camell, con vistas al mar, en las que puede divisarse el golfo de Valencia."

(información obtenida del diario informació.es)

 Imponente vista de la mole del Montgó desde el camino de la colonia.

 El color azul del mar nos acompaña durante estos últimos kms de recorrido para así evitar la monotonía.

 El camino invita a la contemplación y amena charla.

 La hiperpoblada Denia a nuestros pies.

Poco antes de las 2 de la tarde, llegamos a nuestro punto de inicio. Tras descansar un poco y asearnos debidamente, hicimos una breve visita a la original ermita del Pare Pere.

 Un rincón de la ermita del Pare Pere. El pare Pere fue un ermitaño que vivió aquí en "meditación y ayuno" como explica un azulejo artístico en la ermita.

 Y también , como es habitual, acabamos comiendo en armonía. Nada mejor que una buena comida para completar una estupenda jornada senderista.

 Vista del Montgó desde Jesús Pobre.

 Pero aún no acabó ahí la cosa. Terminamos la jornada con un relajante paseo por la playa.

La turbias olas de un movido Mediterráneo pusieron fin a esta inolvidable jornada.

Galería fotográfica.

Track de la ruta.(los tramos que aparecen en línea recta se deben a un error de conexión del gps, pero el camino se sigue sin dificultad).