EN EL CORAZÓN DE ESPADÁN (19/5/2012)

Buscábamos una ruta que nos permitiera entrenar para la travesía de "Carros de foc" que tenemos prevista para primeros de julio. Hace unas semanas vi en el blog de Trotasendas una ruta por la sierra de Espadán que conectaba seis cimas y que se ajustaba a lo que buscábamos, tanto por la dureza como por la duración de la misma y  siguiendo su track de la ruta , decidimos realizarla este sábado.

Se trata de una circular de unos 16 km que une las cimas del Batalla (975 m), el Bellota (956 m), Peñas Blancas (930 m.), Cerro Gordo (900 m.) y las de la Peña Pastor (989 m.) y Gurugú (1014 m). La ruta presenta fuertes desniveles tanto de subida como de bajada y por ello se puede calificar de difícil ya que requiere de una buena forma física y estar habituado a transitar por la montaña. Ruta dura pero preciosa que nos ha permitido disfrutar del paisaje característico y peculiar de la sierra de Espadán y panorámicas extraordinarias de toda la zona.

Sobre las 7,30 de la mañana estábamos en Aín (498 msnm), concretamente en la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento. Después de los preparativos habituales , nos hicimos la también habitual foto de grupo.

Plaza de Aín.

De izq. a der. Luis,Emilio Romero, Jaume y servidor.

Sobre las 8, comenzamos la ruta dirigiéndonos a la fuente de San Ambrosio, a la que se llega bajando por el precioso lavadero de Aín.

Coqueto lavadero de Aín.

Bajamos junto al lavadero hacia el arroyo que pasa junto a la población y llegamos a una zona recreativa con paelleros donde se encuentra la fuente de San Ambrosio.

Fuente de San Ambrosio.

De aquí nace la senda hacia el barranco del palomar (SL V 28) que seguiremos durante un rato entre campos de cerezos, huertas, alcornoques...

Pala de dirección hacia el barranco del Palomar, que seguimos.

La pista comienza ascendiendo un poco.

Vamos dejando atrás el pueblo.

Los alcornoques van a ser compañeros de viaje durante todo el camino.

Aín a nuestras espaladas presentaba esta bonita estampa, con el Gurugú de fondo entre nubes y rodeado de cerezos algunos ya granados con deliciosas cerezas.

Magnífico ejemplar de alcornoque, uno de tantos que encontraremos en este privilegiado lugar de la geografía valenciana.

En este punto nos desviamos a la derecha para enfilarnos al barranco del Palomar.

Enseguida nos adentramos en un bosque encantado.

Grandes ejemplares de alcornoques a izquierda y derecha nos acompañan por este mágico lugar.

Notamos que estamos en la parte de la umbría porque  parece que nos  encontremos en la selva. Frondosa vegetación llega a cerrar en muchos puntos la senda.

Después de un tramo por el barranco del palomar, abandonamos éste por una senda a la derecha que en considerable pendiente nos subirá al Batalla por su cara este.

En este punto, la senda que habíamos tomado hacía un rato, sale a esta pista forestal que hemos de cruzar para seguir subiendo de nuevo por una senda de gran pendiente .

Como se ve en la foto, la senda es muy tupida. En muchos puntos está prácticamente cerrada por la vegetación. Además, las nubes que cubrían a estas horas el monte, dejaban su huella en forma de agua en las plantas, que nos iban mojando a nuestro paso, hasta acabar bastante mojados.

Después de un rato de duro ascenso que pone a pruebas nuestras piernas, llegamos a una zona con menos vegetación, ya a pocos metros de la cima y aunque que el cielo aparece nublado, distinguimos distintos puntos a nuestro alrededor.

Veo, a los pies de los órganos de Benitandús, que con las nubes no se aprecian.

Aquí ,estirando al máximo el zoom de la cámara, intuimos más que vemos, los emblemáticos órganos de Benitandús.

Se ha abierto alguna nube y vemos bien, en el fondo, el castillo de Aín.

En esta toma vemos Alcudia de Veo y a su derecha, un poco elevado, la silueta del castillo de Mauz.

En la vertiente este, contemplamos entre nubes la cercana población de Eslida y al fondo Artana.

Mirando al sur, vemos enfrente nuestro, tapado por las nubes, el Puntal de l'Aljub (948 m.), que ya hemos visitado en otras ocasiones (ver Chóvar-Puntal de l'Aljub-Bellota).

En la cima de nuestro primer objetivo, realizamos la foto de grupo.

Pico Batalla (975 m.)

Después de un breve descanso para tomar agua y algo de comer para reponer fuerzas, nos dirigimos hacia el Coll de Barres, donde iniciaremos nuestra segunda ascensión del día.

La senda de descenso tiene pendiente y hay que ir con cuidado de no resbalar, pero no es muy larga y cosa de poco estamos en el Coll de Barres.

Cruce de sendas en el Coll de Barres (754 m).

Dado que no hemos descendido mucho (200 m. más o menos), la subida hasta el collado donde hemos de tomar el desvía al Bellota no es excesivamente dura y es bastante llevadera.

En este punto iniciamos la subida hasta el collado donde se bifurca la senda: a la izquierda al Puntal de l'Aljub, a la derecha al Bellota.

Echando la vista atrás observamos el perfil del Batalla, que acabamos de dejar.

A medida que ascendemos, la senda se va haciendo más tupida y envuelta por la vegetación propia de Espadán.

Zona de umbría y por lo tanto más húmeda, con vegetación propia de estas zonas.

En el collado, nos dirigimos hacia la derecha, para cresteando llegar al Bellota.

Ante nuestros ojos, el Bellota.

A nuestras espaldas el Puntal de l'Aljub y el cresteo que nos llevaría hasta él y que hoy no seguimos.

El pinar del retor antes de llegar al collado de Peñas Blancas.

La punta del Bellota nos espera, sólo nos queda crestear un poco.

Ya en la cima del Bellota encontramos estas construcciones de la guerra civil. Enfrente la punta del Carrascal, y detrás el calle del Palancia.

Peculiares formaciones rocosas del Bellota tapizadas de un musgo amarillento que les da un peculiar aspecto. Al fondo Chóvar.

El Batalla encima de la cresta que va del Puntal de l'Aljub al Bellota.

Posando con las antenas del Puntal detrás de mi.

La foto del Bellota, segunda cima del día.

Segorbe a vista de pájaro desde el Bellota.

Chóvar acunado por los brazos de la Sierra de Espadán.

Desde el Bellota vemos en primer término, Peñas Blancas, detrás la Peña Pastor, Gurugú y pico Espadán (de derecha a izquierda), nuestros próximos objetivos.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta el collado de Peñas Blancas, donde a la izquierda buscamos la senda que desciende suavemente hacia nuestro cuarto objetivo del día.Este descenso y la subida a Peñas Blancas no es muy agresivo para nuestras piernas, dado que no descendemos en exceso y el tramo es por ello bastante llevadero.

De camino a Peñas Blancas, a nuestra izquierda la punta del Carrascal.

Desde la loma de Peñas Blancas, mirando hacia atrás, reconocemos a la izquierda (al fondo) el Puntal de l'Aljub con sus antenas y la punta del Bellota a la derecha.

En el centro de la imagen Aín. A su derecha el Batalla. aún nos queda mucho para llegar.

En la cima de Peñas Blancas.

Después de la foto de grupo iniciamos el descenso hacia el Cerro Gordo, también suave. En la foto se ve la senda que nos lleva hasta allí. Detrás Peña Pastor y Gurugú.

Descendemos para volver a subir al Cerro Gordo.

Almedíjar en el fondo del valle.

Poste de Cerro Gordo (900 m). Tras él el Puntal de l'Aljub y Bellota.

Foto de grupo en Cerro Gordo.

Iniciamos a continuación el descenso hacia el collado de Ìbola, de bastante pendiente y con mucha piedra suelta. Al poco de descender decidimos parar a comer en una sombra del camino, antes de iniciar el ascenso a las dos últimas cotas del día.

Iniciando el descenso vemos frente a nosotros el Espadán.

Un parón para comer.

Después de comer convenientemente y sin privarnos de nada, iniciamos el resto del descenso.

Descendiendo Cerro Gordo hacia el collado de Íbola.

En el collado de Íbola se inicia la Senda que conduce a Peñas Pastor y al Espadán. Éstas, en un punto se separan: a la izquierda sigue hasta el Espadán, a la derecha a Peña Pastor y Gurugú.

Al lado de la carretera, en el collado de Íbola, parte esta senda hacia nuestros dos últimos objetivos.

En el ascenso, bastante duro después de las horas que llevamos, contemplamos el Cerro Gordo delante de nosotros.

En este punto la senda se bifurca. Nosotros nos vamos a la derecha.

La senda se empina y mucho y nuestras piernas se resienten en el ascenso. Hemos de parar a tomar aire de vez en cuando. Además, la senda es bastante abrupta y enmarañada.

Pasamos por alguna pedrera como la de la foto.

Pedregosa senda de subida.

En un punto encontramos las paredes de estas trincheras que bordean la ladera en su cara norte.

A partir de aquí la senda se enmaraña y es complicada de seguir.Perdemos el track por momentos y hemos de improvisar un poco.

Desde la Peña Pastor las vista son fabulosas.

Foto de grupo.

 

La punta del Gurugú ante nosotros.

Conseguidos nuestros dos último objetivos ya sólo nos queda regresar. Volvemos sobre nuestros pasos y regresamos al cruce donde encontramos el poste roto. Una  vez allí iniciaremos un vertiginoso descenso hacia Aín por una senda con fuerte desnivel y bastante técnico, en el que hay que bajar con mucha precaución, puesto que hay zonas difíciles y complicadas.

Volvemos de nuevo por la zona de las trincheras que se conservan bastante bien.

Señal de dirección rota. Es una lástima que no se intente reparar.

El descenso es vertiginoso y técnico, pero precioso, con rincones maravillosos, entre pinos y alcornoques.

En el descenso ya vemos la meta:Aín descansando en el fondo.

Encontramos este majestuoso castaño en la senda de bajada. En él podemos apreciar la huella de la primavera en los árboles: follaje recién estrenado.

En la bajada, el valle del río Veo con Alcudia de Veo a la izq. y Veo al fondo, más a la der.

La senda transcurre entre alcornoques.

En un momento la senda llega a una zona de ribazos ya más plana y pierde su pendiente. Se suaviza el recorrido y caminamos rodeados por enormes ejemplares de alcornoque que evidencian en sus cortezas el aprovechamiento que las gentes de esta zona han hecho de tan preciado elemento.

Al caminar entre estos majestuosos alcornoques, te da la impresión de transitar por un parque Jurásico.

El sendero nos lleva a la carretera. Ahora únicamente nos queda dirigirnos hacia Aín para terminar la ruta.

En este punto termina la senda.Hacia la derecha llegaremos a Aín en poco más de 1 km.

El Batalla ante nosotros antes de entrar en Aín.

Panel cerámico a la entrada de Aín.

Eran las 5,15 de la tarde. Las nubes se disiparon totalmente hace mucho. En poco más de 9 horas habíamos realizado la ruta. Nuestras piernas y rodillas se encontraban bastante resentidas del esfuerzo, pero había valido la pena. Nos encontrábamos felices y muy satisfechos de haberlo conseguido. Ahora sólo quedaba lavarnos un poco en el lavadero, cambiarnos, callejear un poco por las sinuosas calles de este precioso pueblo de montaña que guarda aún el antiguo trazado morisco de sus calles y casas.

Volvimos de nuevo al precioso lavadero, esta vez para refrescarnos en sus limpias aguas y descansar un poco de las fatigas y calores del día.

Dos bellos rincones de Aín. El pueblo invita a callejear por su limpias y silenciosas calles, armoniosa y coquetamente adornadas con macetas con todo tipo de plantas.

Acabamos la jornada con una merecida cerveza en Eslida y algunas compras de miel y regresamos de nuevo a casa cansados pero felices y satisfechos de lo que habíamos hecho. La ruta había cumplido al 100% con nuestras expectativas: nos había servido como entrenamiento (y qué entrenamiento) y nos había llenado plenamente por la belleza de los parajes por los que transcurre.

Resumiendo, una bonita pero dura ruta, no apta para principiantes por los desniveles a salvar y las fuertes pendientes tanto de subida como de bajada. Conveniente llevar el GPS. Como dije al principio, el track de Trotasendas indispensable. LLevar abundante agua pues no hay fuentes en todo el camino.

Aquí la foto del GPS de Luis con datos generales de la ruta.

Galería fotográfica.

Película.