LA MOLA DE SEGART (3/12/2011)

No teníamos ninguna ruta prevista para este fin de semana. Pero había ganas de salir. Necesitábamos pues una ruta no muy larga y que no requiriera de un desplazamiento muy lejano. Yo tenía ganas de subir a la Mola de Segart, más aún después de haberla visto, en la lejanía, desde el Pi del Salt. Le dije a mi amigo Rafa Medina si venía conmigo y allá que nos marchamos a las 8 de la mañana a Segart para realizar esta corta pero interesante ruta por las vistas que podemos divisar desde su cima. No sabíamos si subir por detrás, por la pista y la senda que lleva a su cumbre o intentarlo por la denominada "caries". Las circunstancias que ahora contaré nos llevaron a subir por detrás, dejando para otra ocasión la subida por la canal. Lo de "Mola" (muela) le viene que ni pintado a esta montaña por el perfil que ,desde algunos puntos, presenta. La foto que encabeza esta entrada lo demuestra. Es el perfil exacto de un molar, con su caries entre medias incluida.

A Segart "se  accede ... desde Valencia por la autovía de acceso norte de esta ciudad  V-21 , a través de la salida 1A hacia V-23/Sagunto/A-23/Teruel de la  V-23 , continuar recto por la  CV-3007 , tomar la salida V-23/A-23 en dirección Puerto de Sagunto/Teruel/AP-7/Castellón, en la  A-23  tomar la salida 7 hacia Albalat de Taronchers/Segart/Estivella por la  CV-326  y luego la  CV-329 ."(Fuente: Wilkipedia).

Segart es un pequeña población del Camp de Morvedre, situada a unos 300 msnm en las faldas del Garbí (601 m.). Llegamos sobre las 8,45 de la mañana. Cruzamos todo el pueblo en busca de un sitio donde dejar el coche. El pueblo no tiene demasiado espacio para estos menesteres. A la salida del pueblo lo dejamos aparcado en la carretera. Nos hicimos la foto de rigor ante de comentzar la ruta.

Posando con mi amigo Rafa antes de comenzar la ruta.

No teníamos el inicio de la ruta muy claro. La referencia que buscábamos era la Font del Campaner, pero no encontrábamos ninguna indicación que nos condujera hacia ella. Justo en ese instante, otro coche paró junto al nuestro y de él bajaron cuatro senderistas según pudimos apreciar , no por nuestra intuición detectivesca, sino por las mochilas y bastones que llevaban. Les preguntamos por la Font del Campaner ,pero no la conocían, pero al comentarnos que iban a la Mola como nosotros y que ellos subían habitualmente cada año y conocían bien el camino, les propusimos acompañarlos, a lo cual no pusieron ningún pero, por lo que les estamos muy agradecidos. Ellos habían subido siempre por la parte trasera que rodea lo Mola y la sube por detrás. Este hecho nos decició a subir con ellos por ahí y no por la canal como teníamos previsto en principio. Los cuatro amables senderistas venían de "Els Valls" y eran Enric, Juan y los hermanos Miguel Ángel y Remi. Con ellos íbamos a compartir la ruta. Así pués, empezamos a caminar sobre las 9 h. hacia la Mola.

El camino comienza siguiendo durante un tramo el GR 10, en dirección hacia Puçol. Hasta que llegamos a un pequeño collado que da a una pista forestal, donde abandonaremos esta senda y seguiremos por la derecha. 

Bajamos por la carretera a la salida de Segart y ya podemos ver el perfil de la Mola ante nuestros ojos.

Al poco encontramos esta señal del GR que gira a la derecha y que debemos seguir.

Seguimos por esta pista que coincide con el GR 10.

Al poco de salir podemos ver, a lo lejos, esta estampa de Segart a los pies del Garbí.

Seguimos caminando en animada conversación mientras el camino iba en ascenso.

En un recodo del camino nos encontramos con la tan traida y llevada Font del Campaner. Nuestros compañeros de ruta habían pasado siempre por aquí pero desconocían su nombre. De ahí que no nos hubieran sabido dar referencias de ella. Ahora ya conocían su nombre.

A partir de aquí el camino se estrecha y se convierte en senda que transcurre por una bonita pinada en la que también podemos ver sureras, romero, jara...

Entre ramas divisamos nuestro objetivo.

Seguimos en ascenso por esta bonita senda.

Seguimos subiendo hasta llegar a una pista forestal. En este punto seguimos por la derecha hasta llegar a un cruce en forma de Y griega, el cual seguiremos por la izquierda para ir dando la vuelta alrededor de la Mola.

En este punto temina la senda y enlazamos con esta pista que seguiremos hacia la derecha durante unos cientos de metros.

En frente nos encontramos la Mola con ese perfil tan característico.

Después de un rato encontramos una bifurcación en Y griega y tomamos la izquierda. La derecha también nos lleva al mismo sitio, pero la tomaremos al bajar.

De subida el perfil va cambiando.

Este es el perfil que muestra en su cara oeste.

Al llegar al alto del collado hemos de estar pendientes de esta senda que sale a la derecha y que nos lleva a la cima de la Mola.

La senda tiene una fuerte pendiente en su primer tramo, lo que obliga a hacer un esfuerzo extra. Luego se suaviza un poco.

Al llegar a la cima nos encontramos con una meseta. En un primer tramo nos encontramos con un pilón del C.E.V. con una placa metálica que indica la dirección y altura de las cimas más representativas que podemos ver desde allí.

Posando en el pilón con Rafa.

Aquí se pueden ver la dirección y altura de los picos de alrededor.

En frente el vértice geodésico.

La foto de grupo: de pie. Rafa,Juan,Miguel Ángel  y Remi; abajo, Enric y yo.

Segart desde las alturas.

El vértice geodésico en solitario, vigilante mudo de las tierras de alrededor.

Aunque hacía un viento un tanto molesto y frío en la cima, decidimos buscar un resguardo y almorzar. La vista merecía la pena. Desde la altura el bocadillo sabe mejor. En estas ocasiones es cuando se puede apreciar la experiencia senderista de un grupo. En este caso, nuestros improvisados compañeros de ruta demostraron serlo. Llevaban el material indispensable que todo buen senderista que se precie debe llevar en el momento del almuerzo: un buen bocadillo, sus olivas, frutos secos, un buen vinito, fruta variada y un cremaillo excelente que nos revivió a todos. Como véis, excelentes senderistas.

El momento del almuerzo.

La vista era preciosa. Ante nuestros ojos, los rascacielos de la Pobla de Farnals. El sol intentaba tímidamente dejarse ver entre las nubes que se lo impedían, reflejándose en el mar de la manera que véis en la foto.

Reconfortados por el almuerzo emprendimos el regreso. De camino hacia abajo, algún aficionado al rebollón recogío algunos ejemplares, algunos de buen tamaño.

Durante la bajada, la panorámica también era estupenda. A nuestra derecha, asentada en el valle del Palancia, Albalat dels Tarongers.

Albalat dels Tarongers, en el valle.

También es fácilmente visible el Pi y la Cantera del Salt.

También podemos ver en la lejanía, en la montaña del centro, el castillo de Serra.

Rafa mostrando los ejemplares recolectados.

De nuevo en la pista forestal, ahora hemos de dirigirnos a la derecha para dar la vuelta a la Mola por el otro lado. esta pista nos devuelve a la bifurcación en forma de Y griega de la subida, pero esta vez de bajada. En ella seguiremos por la izquierda hasta llegar al enlace con el GR 10 hacia Segart, que nos conducirá por el mismo camino de la ida hacia el pueblo.

Al iniciar la bajada una fina llovizna empezó a caer y amenazó con convertirse en lluvia, pero no fue así y nos permitió llegar a Segart sin habernos mojado demasiado.

Segart en la lejanía. Empezaba a estar sumida en una neblina que propició una pequeña llovizna que no fue a más.

Bifucación en Y griega. Ahora de bajada, veníamos por la pista que vemos a la derecha de la foto.

De nuevo la Font del Campaner, custodiando el camino. No manaba agua.

De nuevo en las proximidades de Segart.

Llegando al pueblo.

Habíamos terminado. Eran las 12 del mediodía. Unas 3 horas nos había costado completar el recorrido de unos 8 km aproximadamente. Una hora y cuarto la subida, tres cuartos de hora el almuerzo, y una hora la bajada. Llegados a nuestros coches, nos despedimos con un hasta pronto, con el deseo de que la montaña nos vuelva a unir en otra ocasión. Hemos tenido la suerte de conocer a unos excelentes amigos que, como nosotros, disfrutan de la montaña y tienen la necesidad de sentirla y vivirla a menudo. Hasta pronto amigos.

El peculiar perfil de la Mola se despidió de nosotros con un "hasta pronto", invitándonos a volver en otro momento, para contemplar desde su modesta altura ,las preciosas vistas de las tierras que la rodean.

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