Seguidores

martes, 14 de julio de 2015

MONTANEJOS-LOS CATALANES (11/7/2015).


Una de la rutas fijas de cada temporada, los primeros años de veranear en Montanejos, era ir a Los Catalanes. Luego, sin saber por qué sí o por qué no, dejé de ir. Por eso decidí este fin de semana volver allí y recordar viejos tiempos. 

Los Catalanes era una pedanía de Arañuel, encaramada en la ladera de la montaña, mirando al este y al barranco del Señor. Con el Magraile enfrente y unas vistas espectaculares hacia el valle del Mijares. Hoy en día son unas ruinas comidas por la vegetación entre las que es difícil desplazarse. Su nombre, según mi apreciación, le viene por el apellido de sus moradores; como en el caso de muchas otras masías. Su acceso por su cara este es complicado ya que la senda es empinada y más parece una torrentera que un antiguo camino. Sin embargo, por su lado oeste, es bastante fácil; aunque, eso sí, has de hacer algo más de cuatro kilómetros de pista asfaltada por el camino de Cortes para llegar al camino de acceso a la aldea. Lo que no me había planteado era por dónde haría el regreso: la senda que lleva a la fuente del señor, por pista hasta el embalse de Arenoso y Montanejos, por el GR 7...

En esta ocasión me acompaña mi amigo Paco Álvarez, compañero de fatigas en muchas rutas por estos lares a lo largo de estos años. Iniciamos la ruta, como casi todas en Montanejos, desde la Plaza de España. Desde aquí, enfilamos la calle de la Avenida Fuente de Baños y en la primera esquina, nos desviamos por la derecha bajando hacia el río. 

En este punto nos desviamos a la derecha bajando hacia el río.



Llegamos al cruce con la CV 20, cruzamos y seguimos bajando hacia el río.



Los calores de estas semanas también llegan a Montanejos. Pero, las noches suelen ser más benignas que en la costa. Además, hoy nos ha amanecido con algunas nubes, fruto sin duda de las temperaturas tan altas. Por eso no podemos ver la cima de la Copa.



Enseguida llegamos al "pontet", zona de baño muy frecuentada. A esta hora temprana en la que casi todos duermen todavía,  presenta este aspecto tranquilo y silencioso en nada parecido al gentío que lo ocupa y la algarabía que producen en las horas centrales del día y de la tarde.



Como hemos de coger agua de la Cerrada, nos desviamos, nada más pasar el puente, a la izquierda y buscaremos el camino que nos lleve hasta la fuente.


El camino transcurre paralelo al río por nuestra izquierda y a las pequeñas huertas que aún quedan, por nuestra derecha.



El paseo junto al río es agradable. Llegamos cerca de este segundo puente que cruza el Mijares. Pero nosotros no llegamos hasta él y nos desviamos a la derecha por un camino entre huertos que nos sube hasta la Cerrada.



Por este camino subimos hasta la Cerrada.




Ya casi arriba, nos volvemos para ver el pueblo, dormido aún, esperando un nuevo amanecer.



El agua corretea por las acequias que bordean las huertas y caen de unos canales a  otros buscando llegar a todos los rincones.



Y llegamos al paraje de la Cerrada. Es éste lugar de encuentro de vecinos y veraneantes, que en las tardes calurosas se acercan aquí a refrescar en la fuente y descansar a la sombra de los plátanos, mientras conversan apaciblemente de problemas más o menos trascendentales de la vida cotidiana.



Cargamos agua, fresquísima, en la Cerrada y le echamos un trago. Agua fresca donde las haya por la zona. Tenemos la suerte de que este año, con las lluvias, se ha recuperado. En el 2012 un pequeño hilillo de agua nos hizo temer por su desaparición.




Desde aquí, miramos hacia el tajo del barranco de la Maimona y el Morrón. Las nubes no nos dejan verlos con la nitidez que desearíamos.



Una decena de metros y salimos a la carretera de Zucaina. Seguiremos por ella, dirección Zucaina, algo menos de un kilómetro antes de desviarnos. 



Algún punto de la carretera nos ofrece esta bonita panorámica de Montanejos.
La foto parece estar sacada en un día otoñal o de invierno. Nada más lejos de la realidad. El calor ya se hacía notar un poco.



En este punto abandonamos la carretera de Zucaina para desviarnos a la derecha por el camino de Cortes y del campo de tiro. En su origen fue una pista de tierra que fue asfaltada más tarde. Hace años que no se vuelve a asfaltar y el firme deja mucho que desear en algunos tramos. Eso sí, es un camino muy bonito.



La pista es estrecha y bastante empinada, aunque que sube bien. En algunos puntos presenta curvas bastante cerradas.




La Alquería de Montanejos, mientras caminamos por la pista.




Avanzamos con pinos a ambos lados que nos acompañan durante nuestro caminar. En un recodo del camino podemos ver frente a nosotros las ruinas de Los Catalanes.



En la cuneta vemos esta liebre víctima de una alimaña.



A muy pocos metros antes de llegar hasta el punto más alto de la pista, vemos este entrador a la derecha por el que nos tenemos que desviar.




Recuerdo que aquí nacía una corta pista que apenas tenía una cincuentena de metros y a continuación se convertía en un tupida senda que conducía a Los Catalanes. En esta ocasión comprobé que la pista ahora es mucho más larga (de hecho no llegamos hasta el final de la misma) y siguiéndola nos deja muy cerquita de la aldea.




En una curva a la izquierda vemos este muro caído de un bancal y aquí es donde dejaremos el camino que traemos para buscar una senda más evidente que marcada y que nos conducirá hasta la aldea en aproximadamente cuatrocientos metros.



Ya tenemos frente a nosotros algunos muros de antiguas viviendas. Ahora buscaremos el mejor camino que veamos para ir moviéndonos entre estas ruinas.



Paco junto a las ruinas de una de las viviendas.



Avanzamos entre vegetación y montones de piedras buscando la ermita que recordamos está en un pequeño llano.



Imaginamos lo duro de vivir en este lugar y nos preguntamos qué fue lo que movió a una persona o un grupo de personas a instalarse en este punto.



Y llegamos hasta la ermita, que aún se mantiene en pie, eso sí, en muy mal estado y sin la techumbre, que perdió sin duda hace muchos años.


Más o menos el lugar está como lo recordábamos. Aunque eso sí, tuvimos la misma sensación que tenemos cuando encontramos a un conocido que hacía tiempo que no veíamos. Siendo el mismo, algo nos delata que el tiempo no pasa en balde para nadie ni nada. Alguna arruga más, canas, mirada serena...La ermita también tenía alguna grieta más, más vegetación a su alrededor, un silencio grande la rodea...


He puesto dos fotos tomadas prácticamente desde el mismo lugar, para comparar. La primera es actual, la otra está hecha a mediados de los 90 (más o menos).


Ermita de Los Catalanes hoy (11/7/2015).



Ermita de Los Catalanes a mediados de la década de los 90.



Posando con Paco en el porche de la ermita.




En este frontal aún se lee el año de construcción y el constructor: Año 1862. La hizo José Catalán.



La estructura de la ermita es muy sencilla, con una única nave de reducidas proporciones, sin apenas adornos, pero con pequeños y sencillos detalles que muestran la delicadeza, la sensibilidad y el mimo que puso su constructor.




Otro detalle del altar central.




Detalle de la sacristía.




Y aquí vemos la maraña de vegetación que poco a poco va tapando las viejas y derruidas casas y que acabará tragando este lugar. Recuerdo esta placeta algo más despejada hace 20 años.


Recuerdo también que uno de los veranos, al acercarnos a la masía, notamos la senda de acceso muy limpia, recién arreglada. Al llegar a la ermita, encontramos un iglú, con tres chabales durmiendo, utensilios de construcción, bidones de agua, herramientas agrícolas...Nos estuvieron contando que su idea era establecerse allí, arreglar alguna casa en mejor estado (ya habían seleccionado un montón de tejas en mejor estado), limpiar algún trozo de tierra para cultivar, poner panales de abejas...No quisimos ser muy duros con ellos (tenían ilusión) pero sabíamos que del invierno no pasaban. Además, apenas manaba agua de la antigua fuente que abastecía la masía. En fin, todo eran pegas para que alguien pudiera establecerse allí. En efecto, al año siguiente volvimos y poco quedaba de aquellos muchachos: algún bidón de plástico, alguna herramienta abandonada. Dura vida la de estas masías.


Otra curiosidad que encontramos: esta marca de Carlos (Tío Charly del albergue Jaramacil). Hasta Los Catalanes llega el marketing.




Las vistas desde Los Catalanes se adentran en lo profundo del valle del Mijares. En la lejanía, entre la bruma, adivinamos Cirat.



Vistas hacia el valle del Mijares empañada por las nubes.



Vista del Campero.




Al final del barranco del Señor, la carretera de Zucaina.




Antenas del repetidor de Cirat.



Otro núcleo de casas.

Para volver, valoramos la posibilidad de buscar la senda que, por el barranco del señor, baja hasta la misma fuente del Señor. Indagamos un poco, pero tanta vegetación dificultaba la búsqueda. La próxima subiremos desde abajo o buscaremos con más ahínco. Así pues, decidimos volver por el mismo sitio y pensé que sería buena idea salir a enlazar con el GR 7 y bajar a Montanejos desde allí.



Oímos el ruido de un helicóptero que, sin duda, estaría haciendo un reconocimiento aéreo de la zona quemada durante la última semana.



Regresamos pues por el mismo camino hacia el camino de Cortes.



Salimos de nuevo a la pista de Cortes y ahora nos vamos hacia la derecha.




En unos 400 m llegamos al collado. Aquí tenemos a la izquierda el desvío al Campo de tiro. Nosotros seguiremos por la derecha unos 600 m más.



Seguimos caminando por la pista y vemos asomar la cima del Morrón de Campos.



Más cerca con el zoom.




La nueva tecnología nos desborda y desconocemos qué puede ser este artilugio colgado del pino.



Unos 600 m después del cruce con el desvío al campo de tiro, giraremos a la izquierda por esta pista forestal. De seguirla hasta el final llegaríamos hasta el pantano de Arenoso y de allí volveríamos a Montanejos. Pero nosotros no haremos eso.


Enseguida encontramos, en el punto que vemos en la foto, el enlace con el GR 7 que, a través de una bonita senda, nos llevará hasta Montanejos.



Volvemos a salir a la pista y nos despistamos un poco buscando la continuidad del GR. Pero enseguida salimos del despiste. Seguimos pocos metros por la pista y enseguida vemos la senda a la izquierda claramente.




La pista sube suavemente, pero al hacerlo por una bonita pinada, donde también encontramos carrascas, el caminar se hace muy agradable.




Salimos a esta pista, que viene del campo de tiro, y seguimos por el GR a la derecha.




Enseguida llegamos a este collado donde el GR enlaza con la senda de la Copa. Nosotros seguiremos por la derecha.



Descender por el GR es un lujo. Excelentes vistas nos esperan.







Panorámica de lo que nuestra vista alcanza a ver.



Y Montanejos desde las alturas.




Al fondo, una de las montañas más altas de Castellón y la Comunidad, Santa Bárbara de Pina.









Riscos de la cima de la Copa.




El GR sale a esta pista donde enlaza con el sendero de los Estrechos. 
Nosotros nos desviamos a la izquierda.



La pista  serpentea por la ladera de la Copa y se dirige a Montanejos.



Paco descendiendo por la pista. La Copa sigue sus pasos.


Hemos seguido el GR hasta este punto que veis. De seguir por el GR nos tendríamos que ir por la senda que sale a la derecha. Nosotros decidimos seguir por la pista y bajar hasta el río.




Antes de salir a la carretera pasamos junto al enlace de la senda de La Copa.



Salimos a la carretera de Zucaina (CV 195) y la cruzamos yendo ligeramente a la izquierda para seguir por un camino que entre huertas nos llevará hasta el río.



Seguiremos unos metros este "caminito".



Pasamos junto a una casa de campo.




Desde este camino tenemos unas bonitas vistas de Montanejos.



En este cruce nos desviamos a la derecha para bajar al río.



Entre huertas y con estas bonitas vistas llegaremos hasta Montanejos.



Resumiendo, estupenda ruta circular que nos lleva hasta el pasado visitando la masía de Los Catalanes. Recorreremos un bonito tramo de GR 7 y disfrutaremos de bonitas vistas durante todo nuestro recorrido. Encontramos una fuente (La Cerrada) al inicio de la ruta.


Otras entradas relacionadas.


La Ruta en el mapa.







La ruta en wikiloc.



 


Película.


13 comentarios:

  1. Hola Emilio!!. Desde luego, eres un embajador de lujo de esta zona, la conoces como nadie; Enhorabuena!!.
    Rememorar viejos tiempos también es un gran aliciente cuando salimos de rutas, recordar como era entonces aquel lugar, lo poco o mucho que ha cambiado, todo eso nos hace aflorar a veces sentimientos espontáneos, que leyendo tu relato, seguro que habrás sentido.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Álex! Pues lo dicho, hicimos senderismo y retorno al pasado, ambos ejercicios vienen muy bien de vez en cuando para saber lo que somos, de donde venimos y cómo seremos.
      Un abraz.

      Eliminar
  2. Preciosa ruta desafiando al calor, y con ese especial, estremecedor lo definiría yo, encanto que tiene visitar despoblados, como en este caso los Catalanes, me ha gustado el detalle nostálgico de la foto retro de la ermita, veo que la barba ya te acompaña desde hace bastantes años jajaja.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Dani! Ya sabes que sarna con gusto no pica. De todos modos, bastante tramo de ruta tiene sombra. En cuanto mi barba, je.je,je, nací con ella. Siempre la he tenido desde que me empezó a salir y decidí dejármela. Nunca me la quité.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Hola Emilio!

    Buena ruta hasta Los Catalanes. Una pena que por causa del incendio se perdieran los senderillos desde Los Tres Pinitos hasta el campo de tipo porque salía una circular muy chula toda por senda

    Saludos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Jesús! Nostálgica ruta a Los Catalanes que tenía ganas de realizar de nuevo. Desde el Campo de Tiro se puede acceder hasta los tres pinitos por pista y enlazar con el GR7 que es casi esta ruta que he presentado. Es una bonita circular que se puede completar subiendo a la Copa.
      Saludos.

      Eliminar
  4. Hola Emilio
    Yo creo que a todos nos pasa lo mismo, cuando haces alguna ruta de las que hacías hace muchos años y vuelves a pasar por allí, siempre recuerdas cosas bonitas.

    Y yo sigo preguntándome eso de, como viviria esa gente en aquellos años en estas masías?? Este tema me crea mucha curiosidad.

    Un abrazo
    Jose
    TROTASENDES BENICALAP

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Jose! La verdad es que me apetecía mucho volver a los Catalanes después de tantos años. Y, efectivamente, siempre afloran bonitos recuerdos y anécdotas. Y en lugares de tan difícil acceso te preguntas ¿cómo es posible que pudieran vivir aquí en condiciones mínimamente buenas?. Vida dura donde las haya.
      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Hello Emilio.

    Los Catalanes; uno de las tantos caseríos que se despoblaron y han quedado en ruinas. Nostalgía? pues para eso nada mejor que repetir de nuevo un itinerario.

    En mis últimas exploraciones he visitado bastantes masías y caseríos, y como dice Jose;¿Como vivirían en esos terrenos? Da para una tesís.

    Saludos desde este caluroso verano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Javi! Efectivamente, por la zona tenemos muchos ejemplos de masías y aldeas abandonadas.En todas ellas nos surge la misma pregunta:¿Cómo podían vivir en lugares de tan difícil acceso?. En cualquier caso, mi admiración por estas gentes capaces de sobrevivir en esas condiciones tan duras.
      Saludos, Javi.

      Eliminar
  6. Hola Emilio...
    Definitivamente lo tuyo con Montanejos,es un amor para siempre....jajaja....Bueno bromas aparte,al igual que Jose,siempre me quedo pensando como seria la vida en esas masías con las que nos encontramos en diferentes rutas...vida nada fácil...y esa ''anécdota'' de los chavales,curiosa....
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Juane! Pues sí, Montanejos es mi pasión y por eso le dedico tantas entradas y no me canso de excursionear por aquí.En cuanto a las masías, como he dicho antes, mi admiración por esas gentes.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Aquella masía la construyeron los hermanos de mi tastarabuela, y todos sus habitantes eran familia, supongo que les gustaba vivir juntos... y aunque una de las casas toca a mi herencia nunca he llegado a visitarlo, nunca encontramos la ruta. Preciosas fotos, gracias por compartirlas.

    ResponderEliminar